La trampa del pajarero Discurso de Fred Franz -
FedericoelPoliglota - 16 Aug, 2018
Hola a todos, alguien tiene en sus archivos el "legendario" discurso de Fred Franz, que dio en España sobre la Trampa del Pajarero, de antemano ya muchas gracias.
RE: La trampa del pajarero Discurso de Fred Franz -
miker - 16 Aug, 2018
No lo tengo...pero Franz a menudo perseguia y ponia trampas a los pajeros.
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miker
RE: La trampa del pajarero Discurso de Fred Franz -
Tomas Moro - 17 Aug, 2018
Basado en Salmo 91?
Creo que ya es un bosquejo...un poco pasado de años en realidad
RE: La trampa del pajarero Discurso de Fred Franz -
miker - 18 Aug, 2018
*** w75 15/2 págs. 120-126 Libertad del temor a peligros espirituales ***
Libertad del temor a peligros espirituales
PARA obtener la libertad de temor de peligros espirituales que se describe en el Salmo 91, tenemos que seguir el derrotero que éste prescribe. Con referencia a parte de este derrotero, el salmista pasa a decir: “Ciertamente diré a Jehová: ‘Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.’”—Sal. 91:2.
2 Todos tomemos nota de que es a Jehová que el salmista (o aquel a quien él representa) dice: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte.” De esta manera identifica al Altísimo y al Todopoderoso como Aquel que lleva el nombre singular Jehová. Esto está de acuerdo con lo que el Altísimo le dijo a Moisés después de su regreso a Egipto: “Yo soy Jehová. Y yo solía aparecerme a Abrahán, Isaac y Jacob como Dios Todopoderoso, pero en cuanto a mi nombre Jehová no me di a conocer a ellos.”—Éxo. 6:2, 3.
3 Cuando se explayó sobre la importancia de Su nombre, el Todopoderoso dijo a Moisés: “Ehyeh asher ehyeh.” Esa expresión, que se encuentra en el texto hebreo de Éxodo 3:14, significa: “SERÉ LO QUE SERÉ” (Traducción del rabí Leeser); o, “Llegaré a Ser todo lo que me complazca” (Traducción de Rotherham); o, “RESULTARÉ SER LO QUE RESULTARÉ SER.” (Traducción del Nuevo Mundo) Esto quiso decir que este Todopoderoso podía adaptarse a las circunstancias de su pueblo, y que, todo lo que necesitara llegar a ser o resultar ser por causa de su pueblo y en armonía con su propósito, podía llegar a ser o llegaría a ser o resultaría ser eso. Podría enfrentarse y se enfrentaría a cualquier situación con buen éxito. De modo que, por esta expresión hebrea, Él no se refería al ser existente por sí mismo, al ser eterno.
4 El nombre divino está relacionado con esa expresión. El nombre Jehová fue hecho su nombre “memorial,” “el memorial de mí a generación tras generación.” (Éxo. 3:15) Según la raíz del nombre Jehová en el lenguaje hebreo, parece significar “Él Causa que Llegue a Ser (o, Resulte Ser),” es decir, en lo que toca a Él mismo y en lo que toca a lo que Él llegará a ser o resultará ser, y no tocante a crear cosas. ¿Qué otra persona en todo el dominio de la vida con inteligencia podría darse correctamente un nombre como ése, salvo el Altísimo y Todopoderoso? Ni siquiera el Hijo de Dios, Jesucristo, asumió un nombre semejante a ése. Pudo recibir el nombre que combinó el nombre de Dios con él, como Jesúa o Jesús, que significa “Jehová Es Salvación,” pero nunca el nombre Jehová estrictamente por sí mismo.—Jer. 23:6; 33:16.
5 Correctamente, entonces, los que son representados por el salmista que habla en el Salmo 91:2 pueden decir a Jehová: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte.” Especialmente desde el año posbélico de 1919 E.C. él ha llegado a ser esas cosas para ellos, en un sentido espiritual, por supuesto. Puesto que Jehová es invisible, se requiere fe fuerte para que uno le diga eso a Él, y realmente lo diga en serio y obre en armonía con ello. Sin embargo, ¿qué otra persona hay a la cual huir para seguridad como en un refugio además de Jehová el Altísimo? ¿Qué plaza fuerte podría ser más fuerte o más difícil de atacar y vencer que el Todopoderoso mismo? Realmente fue con inspirada sabiduría que el rey Salomón de la antigüedad escribió: “El nombre de Jehová es una torre fuerte. A ella corre el justo y se le da protección.”—Pro. 18:10.
6 Al fin de cuentas, aunque ahora se hace por medio de Jesucristo el Hijo de Dios, no obstante es el nombre de Jehová que tienen que invocar las criaturas humanas caídas, pecaminosas para la salvación eterna. No solo fue el profeta precristiano Joel quien dijo eso. (Joel 2:32) Fue también el apóstol Pedro quien lo dijo en el día del Pentecostés de 33 E.C., cuando se fundó la congregación cristiana. (Hech. 2:21) Años después, el apóstol Pablo también lo escribió, en Romanos 10:13. Aunque el acceso al Altísimo y Todopoderoso se obtiene ahora solo por medio de su Mediador Jesucristo, no obstante todavía es Jehová en quien tenemos que hallar nuestro refugio y quien es nuestra plaza fuerte invencible.—Sof. 3:12.
EL DIOS EN QUIÉN CONFIAR
7 Este Jehová era más para el salmista que un refugio y plaza fuerte. Su completa declaración a Jehová es: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.”—Sal. 91:2.
8 El hecho de que el salmista lo llama “mi Dios” quiso decir que Jehová era Aquel a quien él adoraba como el Ser Divino. Esta sería una expresión apropiada para que Jesucristo mismo la usara para con Jehová, y el uso de la expresión “mi Dios” no impide que el Salmo 91 aplique a Jesucristo. Cuando estuvo a punto de morir en el madero de ejecución fuera de Jerusalén, él citó el Salmo 22:1 y clamó a su Padre celestial: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mat. 27:46; Mar. 15:34) Cierto, después de su resurrección de entre los muertos, Jesús dejó que el apóstol Tomás examinara las impresiones de los clavos en sus manos y pies, y Tomás dijo con asombro: “¡Mi Señor y mi Dios!” Pero Jesús entendió la exclamación de Tomás de la manera correcta, y también el apóstol Juan. Al registrar este incidente en su relato del Evangelio, Juan no trataba de transmitir la idea de que Jesús era Jehová Dios o que Jesús era un “Dios Hijo” trinitario; sino que Juan declara el propósito de haber registrado la exclamación de Tomás al decir inmediatamente después de la reacción de Jesús a Tomás:
9 “Jesús ejecutó muchas otras señales también delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo. Mas éstas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios [no, Dios Hijo].”—Juan 20:26-31; Mat. 16:16.
10 Una semana antes de este incidente con Tomás, el resucitado Jesús le dijo a María Magdalena, cerca de la tumba donde su cuerpo había sido enterrado: “Ponte en camino a mis hermanos y diles: ‘Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes.’” (Juan 20:17) El Padre celestial era tanto Dios para Jesús como lo era para los discípulos de Jesús. Las Escrituras inspiradas se refieren muchas veces a Jesucristo como “el Hijo de Dios,” pero nunca como “Dios Hijo.” (Mat. 14:33; 27:40, 43, 54; Mar. 1:11; 5:7; 15:39; Luc. 1:35; Juan 1:34, 49; 5:25; 10:36; 11:4, 27; Hech. 9:20; Rev. 2:18; etc.) De consiguiente al adorar al Altísimo y Todopoderoso, Jehová, como el único Dios vivo y verdadero (Juan 17:3) estamos salvaguardados de la adoración trinitaria falsa y de otras formas de adoración pagana. Jehová es el Dios en quien cifrar nuestra confianza.
11 Dijo el apóstol Pablo: “Esto fue para que no tuviésemos nuestra confianza en nosotros mismos, sino en el Dios que levanta a los muertos. De tan grande cosa como la muerte nos libró y nos librará.” (2 Cor. 1:9, 10) También, Hebreos 2:13 coloca las palabras de Isaías 8:17, 18 en la boca de Jesucristo, y dice: “Y otra vez: ‘Tendré mi confianza en él.’ Y otra vez: ‘¡Miren! Yo y los niñitos que Jehová me dio.’” No nos atrevemos a cifrar nuestra confianza en nosotros mismos ni en otros hombres mortales: “No cifren su confianza en nobles, ni en el hijo del hombre terrestre, a quien no pertenece salvación alguna. . . . Feliz es el que tiene al Dios de Jacob por ayuda suya, cuya esperanza está en Jehová su Dios.” (Sal. 146:3-5) El sabio Salomón expresó la misma regla de conducta segura, diciendo: “Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propio entendimiento.”—Pro. 3:5.
12 Por lo tanto, nuestra confianza en este Dios cuyo nombre es Jehová significa adherirnos inseparablemente a su adoración, no transigiendo con Babilonia la Grande, que es el imperio mundial de la religión falsa. (Rev. 17:1 a 18:24) ‘Confiar en Jehová como Dios’ significa creer totalmente en las Sagradas Escrituras que Él ha inspirado por su espíritu santo y guardar sus mandamientos, como lo hizo su Hijo Jesucristo. Significa proteger celosamente la adoración de Jehová Dios, manteniéndola limpia de tradiciones humanas y prácticas mundanas.
13 Pausemos aquí y notemos que, en solo esos dos versículos de apertura del Salmo 91, tenemos las cuatro importantes designaciones de Aquel a quien adoramos, también las cuatro cosas vitales que están vinculadas a esas designaciones. Considere éstas: (1) El Altísimo con su “lugar secreto” en el cual morar; (2) El Todopoderoso con su “mismísima sombra” bajo la cual alojarse; (3) Jehová con su refugio y plaza fuerte; y (4) Dios con su confiabilidad. ¡Verdaderamente ésta es una combinación invencible de factores que operan juntos para la seguridad y preservación de los adoradores verdaderos que llenan los requisitos para disfrutar de esos beneficios! Esta combinación incomparable de cualidades divinas ha estado en operación ya durante todas estas décadas pasadas de este “tiempo del fin” de este sistema de cosas, como consecuencia de lo cual hemos disfrutado de maravillosa seguridad espiritual hasta ahora. Exactamente cómo esto ha servido para nuestra seguridad espiritual el salmista procede a mostrar ahora, haciéndonos más conscientes y apreciativos de los peligros de los cuales hemos sido salvaguardados.
LA AMENAZANTE “TRAMPA” DEL “PAJARERO”
14 “Porque,” dice el salmista al detallar exactamente cómo las cosas que se mencionan en los primeros dos versículos son verdaderas y apegadas a la realidad, “él mismo te librará de la trampa del pajarero, de la peste que causa adversidades.”—Sal. 91:3.
15 El lenguaje aquí es figurativo, pictórico, pues no somos pájaros literales en peligro de la trampa de un “pajarero” literal. Pero se prosigue aquí con el asemejarnos a pájaros “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.” El salmista David se asemeja a sí mismo y sus compañeros a pájaros que realmente han sido cogidos en la trampa, pero de la cual han sido librados. En el Salmo 124:1-8 dice: “Diga ahora Israel: ‘De no haber sido porque Jehová resultó estar por nosotros cuando hombres se levantaron contra nosotros, entonces nos habrían tragado aun vivos, . . . Bendito sea Jehová, que no nos ha dado como presa a los dientes de ellos. Nuestra alma es como un pájaro que ha escapado de la trampa de los que usan señuelo. La trampa está quebrada, y nosotros mismos hemos escapado. Nuestra ayuda está en el nombre de Jehová, el Hacedor del cielo y de la tierra.’” En este caso los “que usan señuelo” no eran “pajareros” literales, y el “pájaro” que escapó de su trampa quebrada no era un pájaro literal, sino que se refiere a “nuestra alma,” el alma o vida de la nación de Israel.
16 En cumplimiento de ese salmo profético, Jehová Dios sí quebró la trampa en la que el resto ungido del Israel espiritual fue atrapado. Fue la trampa soltada por Babilonia la Grande y sus cómplices políticos, judiciales y militares. En la primavera del año posbélico de 1919 Jehová quebró esa trampa para su resto arrepentido y no dejó que los “que usan señuelo,” los pajareros simbólicos, hincaran sus dientes en la carne del “pájaro” atrapado. Después de eso el resto escapado del Israel espiritual fue introducido en el “lugar secreto del Altísimo,” y “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.” No obstante una “trampa” todavía está puesta para ellos por un “pajarero,” y Jehová tiene que librarlos de ser atrapados en ella.
17 ¿Quién, entonces, es ese “pajarero,” y cuál es su “trampa”? Por largo tiempo se ha discernido que el simbólico “pajarero” es Satanás el Diablo y se ha concordado en ello. Allá en el número del 1 de marzo de 1904 de The Watch Tower, el artículo intitulado “¡Bajo sus alas!” comentó sobre el Salmo 91:3 y dijo respecto del “lazo del cazador,” que éste era “los engaños de Satanás, en los cuales tropezarán todos los que no están protegidos.” (Página 74, columna 2) Un número muy posterior de The Watch Tower concordó con eso y dijo: “Parece seguro que ‘el cazador’ nombrado aquí por el profeta es el Diablo, y que su lazo consta de sus métodos utilizados, y de su organización, obrando de diversas y numerosas maneras engañosas para entrampar a los que profesan ser siervos del Dios Altísimo.” (Página 231, párrafo 37, del número del 1 de agosto de 1927 de The Watch Tower, que presentó el primero de una serie de tres artículos sobre el Salmo 91, Authorized Version) De todos los “cazadores” o “pajareros” simbólicos mencionados en la Biblia, Satanás el Diablo es el sobresaliente.
18 Describiendo el método del pajarero simbólico, Jeremías 5:26 dice: “Porque entre mi pueblo se ha hallado a hombres inicuos. Siguen atisbando, como cuando se agachan los pajareros. Han colocado una trampa ruinosa. Es a hombres que atrapan.” En cuanto a cómo los falsos profetas obraban a semejanza de pajareros en la nación apóstata de Efraín (el reino de Israel de diez tribus), Oseas 9:8 dijo: “En lo que respecta a profeta, hay la trampa del pajarero en todos sus caminos.” El gran “cazador” o “pajarero,” Satanás el Diablo, está empeñado en atrapar a hombres, a los que se alojan “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.”
19 ¿Qué es su “trampa” simbólica, de la cual Jehová Dios libra y mantiene en seguridad a los que continúan morando “en el lugar secreto del Altísimo”? La “trampa” simbólica que Satanás el Diablo ha puesto para los que confían en Jehová Dios como su “refugio” y “plaza fuerte” es la organización terrestre que se opone a la organización de Dios, a saber, la organización visible de Satanás. En ella el gran Adversario de Dios trata de atrapar a los adoradores de Jehová y retenerlos como víctimas, para su ruina espiritual y destrucción final.
20 Notablemente desde el año 1922 en adelante se señaló de las Escrituras inspiradas que Jehová Dios tiene una organización, que incluye a su “resto” organizado en la Tierra, y que hay una organización enemiga, la organización de Satanás, con una parte demoníaca invisible y una parte terrestre visible. Se indicó que, si uno no pertenece a la organización visible de Jehová, entonces pertenece a la organización del Adversario. Jesucristo, a quien aplica el Salmo 91 en primer lugar, perteneció a la organización de Jehová Dios. Sus discípulos fieles también pertenecieron a esa misma organización divina. Es por eso que, cuando dirigió a sus once apóstoles fieles en oración, le dijo a Dios: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:14, 16) Esto, dijo él, era por qué el mundo los odiaba.—Juan 15:18-20.
21 Por lo general una persona o criatura camina a una trampa sin saberlo. Por lo general, el trampero pone algún señuelo para atraer a la criatura confiada dentro del alcance de la trampa y soltar la trampa cuando mordisquee el señuelo. El “pajarero” Satanás el Diablo es un gran Colocador de señuelos. ¿Qué señuelo usa para atraer a la gente a su organización mundana visible, para que lleguen a ser víctimas en ella como en una trampa? El señuelo es las atracciones egoístas de este mundo, sus prometedoras oportunidades para obtener egoístamente riqueza, fama, posición y poder. Advirtiendo contra tal señuelo engañoso, Jehová Dios inspiró al apóstol cristiano Juan a escribir a los que se alojan “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso”:
22 “No estén amando ni al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él; porque todo lo que hay en el mundo —el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno— no se origina del Padre, sino que se origina del mundo. Además, el mundo va pasando y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”—1 Juan 2:15-17.
23 Ahora, mil novecientos años después que Juan escribió esas palabras, la organización semejante a trampa de Satanás el Diablo está muy cerca de pasar para siempre. Los de nosotros que hemos salido de la organización visible de Satanás y entrado en el “lugar secreto del Altísimo,” ¿por qué deberíamos desear ser atraídos de regreso a esa organización destinada a la destrucción? No tenemos deseos de ser como Demas que en un tiempo fue cristiano y acerca de quien el apóstol Pablo dijo en una carta final antes de su muerte: “Demas me ha abandonado porque amó el presente sistema de cosas, y se ha ido a Tesalónica.” (2 Tim. 4:10) La religiosa Babilonia la Grande, incluso la cristiandad, ha sido atrapada y está bien agarrada en la trampa de la organización visible de Satanás y sufrirá destrucción temprana con ella. En obediencia al mandato de Dios en Revelación 18:4 hemos salido de Babilonia la Grande y de la trampa de Satanás en la cual ella está atrapada. Al no regresar a ella, podemos seguir disfrutando de los beneficios de nuestra liberación de la “trampa del pajarero.” Bajo la “mismísima sombra del Todopoderoso” tenemos seguridad espiritual.
“LA PESTE QUE CAUSA ADVERSIDADES”
24 En el mismo versículo, junto con la “trampa del pajarero,” el salmista menciona otra amenaza potencial a la seguridad espiritual, a saber, una mortífera plaga epidémica que es muy contagiosa, infecciosa. Dice: “Porque él mismo te librará de la trampa del pajarero, de la peste que causa adversidades.”—Sal. 91:3.
25 Lo mismo que la “trampa” del pajarero, esta “peste” que causa adversidades es simbólica. Puesto que el salmista bajo inspiración asocia las dos, la peste simbólica de hoy día es algo que acompaña a la trampa del pajarero, es decir a la organización terrestre, visible de Satanás. Esta “peste” figurativa es, de hecho, engendrada, cultivada, dentro de esa egoísta organización mundana. Esta “peste” infecciosa que rabia como una tempestad a través de la Tierra es el nacionalismo.
26 Los historiadores seglares han notado el hecho de que, desde la I Guerra Mundial de 1914-1918 E.C., el espíritu del nacionalismo se ha apoderado de los pueblos del mundo. Esto es muy natural, porque esa guerra se peleó por los Aliados “para la autodeterminación de los pueblos.” Dijo el historiador británico Arnold Toynbee tan recientemente como el 21 de noviembre de 1972:
“Desde el fin de la II Guerra Mundial el nacionalismo ha aumentado al doble el número de estados independientes soberanos locales y ha reducido a la mitad su tamaño medio. . . . Los problemas estratégicos e higiénicos de la humanidad son globales y son apremiantes; no pueden ser resueltos por los gobiernos de los estados locales. Requieren el establecimiento de una autoridad global dotada de poder sobrepujante. La supervivencia de la humanidad demanda unidad política, no obstante la presente disposición de ánimo de la humanidad se está haciendo cada vez más divisiva. ¿Nos hemos vuelto locos?”
27 Satanás el Diablo, a quien Jesucristo llamó “el gobernante de este mundo,” es responsable de esta ola de nacionalismo por medio de la cual ha esperado destruir a los que han dicho a Jehová: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien de veras confiaré.” (Sal. 91:2) Esta “peste” política de nacionalismo ha causado muchas y grandes “adversidades.” A pesar del establecimiento de la Sociedad de Naciones en 1920, dictadores intensamente nacionalistas han aparecido, como Mussolini de Italia, Stalin de Rusia, Hitler de Alemania, el partido político del Japón inclinado al imperialismo, etcétera. De modo que dicha “peste” suministró la fuerza impulsora para la II Guerra Mundial. Ha dado ímpetu al patriotismo fanático, los ademanes religiosamente fervientes a los símbolos y emblemas nacionales, la preparación militar acompañada de onerosa tributación, las rivalidades internacionales, la insistencia sobre la soberanía nacional más bien que la sumisión a la soberanía universal y el reino mesiánico de Jehová.
28 Sin hablar de las adversidades que todo esto ha causado para la raza humana en general, ha resultado en penalidades especiales para los testigos cristianos de Jehová. Pero el Todopoderoso no ha dejado que se infecten de la “peste” del nacionalismo y sean víctimas del efecto mortífero que ésta tiene en la espiritualidad cristiana. No han sido atraídos ni presionados a adorar la “bestia salvaje” política que lleva el número 666, ni a su “imagen” política, las Naciones Unidas, la sucesora de la Sociedad de Naciones. (Revelación, capítulo 13; 15:2-4; 20:4) No han transigido en cuanto a dar devoción exclusiva a Dios y sostener su soberanía universal.
29 En 1939, a pesar de que rabiaba la II Guerra Mundial, se declararon unidamente en todo el mundo a favor de absoluta neutralidad cristiana para con los conflictos políticos y militares mundanos. (Vea el artículo “Neutralidad” en el número del 1 de noviembre de 1939 de The Watchtower [La Atalaya, marzo de 1940].) Aunque han sufrido, algunos hasta la muerte, por su fidelidad, Jehová Dios los ha mantenido espiritualmente seguros “en el lugar secreto del Altísimo” y “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.”
Ahi esta esa basura e ese enfermo del craneo de Freddy Franz.
miker
RE: La trampa del pajarero Discurso de Fred Franz -
miker - 18 Aug, 2018
Los discursos de este tipejo...los escrbia el...nadie los revisaba...y el exigia que fueran incluidos en la Talaya.
Un loco con delirios mesianicos.
miker