Transcripción literal del Discurso pronunciado por el Dr. Teodoro Lemerd durante la Convención Nacional de Entomología  2020, llevado a cabo en el Museo Natural de La Plata:


Los que me conocen, saben que soy una persona que siempre trata de pasar desapercibida, y así he llegado a cumplir cuarenta y ocho años de carrera, sin que mi nombre fuera más allá de las paredes de este humilde centro de investigación público en el fin del mundo. Por ese motivo, al hacer este descubrimiento sentí, confieso, además de una enorme satisfacción, un profundo malestar por las repercusiones  que mi investigación inevitablemente  tendrá.


He descubierto que el cerebro de las moscas, a pesar de tener un millón de veces menos neuronas que las del cerebro humano, se comunican entre ellas de un modo muy diferente al nuestro. Las dentritas de sus neuronas tienen la capacidad de modificar su longitud y su diámetro, logrando así multiplicar las posibilidades sinápticas por un millón. Quiero decir con esto, que las moscas y los humanos, a pesar de poseer una diferencia tan marcada entre la cantidad de neuronas, tenemos cerebros casi idénticos en cuanto al rendimiento. Por favor... por favor déjenme continuar.


Gracias. Esto, sin dudas, significa que las moscas, si bien parecen vivir ajenas a nuestra existencia, se encuentran fingiendo. Ellas saben lo que hablamos, porque conviven con nosotros y han aprendido nuestro idioma. Por favor, les pido, por favor, que me dejen continuar. La evidencia hace suponer que ellas nos están estudiando a nosotros mucho más de lo que nosotros las hemos estudiado a ellas. Nuestra convivencia es, hasta el momento, pacífica, pero no podemos saber si en algún momento ellas querrán tomar el control. Es difícil saber hasta qué agh agh uahj agh.


Fue solo una increíble coincidencia que justo en ese momento una mosca se haya colado en la tráquea del Dr. Lemerd, y este se haya ahogado hasta la muerte; porque después se comprobó que padecía demencia, y que todo su estudio era producto de delirios y alucinaciones.