Regreso del Mictlán -
Aimée - 27 Oct, 2025
Según la mitología mexicana, las mascotitas fallecidas cruzan el arcoíris el 27 de octubre, regresando a visitar el hogar donde fueron felices.
Las familias suelen levantar un pequeño altar adornado con papel picado, flores de cempasúchil, la fotografía del peludito, su juguete o mantita favorita, y, por supuesto, su comida preferida y agua, para aliviar la sed del largo camino que recorren desde el Mictlán.
Esta es la primera vez que hago un altar para mis mascotas. Cuando fui testigo de Jehová, este tipo de tradiciones eran impensables. Mencionarlas siquiera era motivo de censura, y durante años viví con la idea de que recordar a los muertos de esa forma era algo incorrecto.
Desde que dejé aquel culto hace ocho años, me ha sido difícil aprender a celebrar la vida: navidades, cumpleaños, día de muertos… todo me resultaba ajeno.
Ayer, al ir de compras para preparar el altar, no sabía por dónde empezar. Tal vez suene absurdo, pero me sentía perdida y un poco culpable.
Aunque mi esposo cree que las almas regresan a visitarnos, yo no estoy tan segura. Sin embargo, el simple hecho de recordarlos con cariño me permitió conectar con algo profundo, casi sagrado.
Mientras colocábamos las flores y encendíamos las velas, decidí recordar solo lo bonito que viví con ellos.
Kitty, mi primera compañera, me dio dieciséis años maravillosos. La llevaba conmigo a todos lados, incluso de compras, y como no podía llevarla al trabajo, se quedaba con mis padres a modo de “guardería”. Fuimos inseparables.
Canito llegó un día a casa de mis papás y simplemente se quedó. Aunque yo lo adopté, él eligió a mi padre como su compañero de vida. Quiero pensar que, si el más allá existe, siguen juntos, tal como en vida.
Tutti, la gatita de mi mamá, era todo ternura. Se subía al regazo de cada visitante y ronroneaba con un cariño que desarmaba a cualquiera.
Y finalmente está Popi, el perrito que más marcó mi corazón. Lo rescaté del maltrato y al principio solo conocía el miedo. Esa primera noche, arrinconado y tembloroso, me gruñía cada vez que intentaba acercarme. Lloré, sintiéndome impotente. Pero con el tiempo aprendió que el amor también existe para los que han sufrido. Vivió conmigo ocho años… y aún lo extraño cada día.
A veces, cuando veo personas paseando a sus mascotas, siento una punzada en el pecho. Recuerdo sus miradas, su calidez, su lealtad.
Sé que ninguna mascota reemplaza a otra, pero la huella que dejaron en mí sigue viva, latiendo como un eco suave.
Es extraño sentir esta mezcla de nostalgia y libertad, de culpa y ternura. Todavía me cuesta celebrar sin pensar que hago algo “mal”. Es una herencia emocional del grupo religioso en el que crecí, y aunque me ha tomado tiempo, poco a poco aprendo a vivir con plenitud.
Hoy quiero creer que mis animalitos regresaron del Mictlán y están conmigo en espíritu. Quizás nunca lo sabré con certeza, pero los siento presentes… hoy, y siempre.
RE: Regreso del Mictlán -
Pablo Lopez M - 27 Oct, 2025
Que bonita tradicion tienes. Todavia siento nostalgia por nuestra mascota, a quien llamamos Deuterocanonico, de cariño le deciamos Deutero, lo llamamos asi porque su origen fue como rechazado, no era de raza, no tenia buen aspecto, pero si tenia mucho amor para dar, lo adoptamos de la calle, bueno, mis hijos lo encontraron, siempre husmeaba cerca del salon, un dia a mi hija se le ocurrio llevarle comida y se lo dio a escondidas de nosotros, debajo de nuestro auto y ahi se quedo el perrito esperando por mas, cada reunion aparecia por su racion de comida, un dia cuando llegamos no lo vimos asi que entramos a la reunion, cuando esta habia empezado el perro entro al salon a buscarnos como para reclamar su comida, fue una escena muy divertida, luego de eso, esperaba sentadito en la puerta del salon, cuando terminaba la reunion, como para despedirse de nosotros asi los hermanos tambien le empezaron a tomar cariño, cuando nos aseguramos que no tenia dueño, decidimos adoptarlo, ese dia que lo llevamos a casa sentimos junto con el que era el dia mas feliz de su vida, su cola lo movia tan fuerte que le causo hematomas en el brazo de mi hija, ella me decia que eran los latigazos mas felices de su vida. En casa recibio todo el amor que la calle le nego. No nos limitamos a darle una cama, comida y atencion medica, le dimos lo mas importante, el amor de una familia que aprendio a sentirlo como parte de ellos, todavia recuerdo con mucha nostalgia cuando en una ocasion ibamos a tomar nuestras vacaciones de familia, pero Deutero no podia ir en el avion, entonces sugeri a mi familia acortar las vacaciones porque tendriamos que ir en el auto, manejando muchas horas y todos al unisono lo aceptaron, mi esposa dijo, yo te ayudo a manejar y mis hijos dijeron nosotros tambien! pero ellos apenas eran unos niños. Y asi fue como Deutero tambien llego a formar parte de nuestras vacaciones, adoraba el mar como no tienen idea, le gustaba meterse al mar junto con mis hijos y nadar junto con ellos, aunque despues tuviera que babear espuma por lo salado del mar. Derrochaba amor por todos lados, siempre estaba alegre, irradiaba felicidad cuando se le hacia un cariño, aprendi mucho de el, a ser paciente, a que sin importar como nos haya ido en el dia, siempre hay motivos para ser feliz. Su lealtad innata nos enseña que su amor es para siempre. La edad nos hizo entender que ya habia cumplido su mision. La vejez le trajo muchas limitaciones pero nunca dejo de mostrar su felicidad. Fue el invitado de honor en la boda de mi hijo mayor, hasta lo acomodamos en la foto oficial de la boda y salio muy bien. Poco despues de eso, Deutero fallecio. Fue un dolor muy grande porque no sentimos que habiamos perdido a una mascota, sino que parte de nuestras vidas se fue con el. Gracias a tu post
Aimée puedo recordarlo ahora, con mucha emocion y nostalgia. Quiza no he preparado un altar para el porque eso no se acostumbra en mi zona, pero si tenerlo muy presente en mi pensamiento y en mi corazon. Las mascotas tienen mucho que enseñarnos, porque ellos ya llegan a nosotros sabiendo que es el amor y la lealtad y a nosotros nos toma toda la vida y mas aprender acerca de estas cualidades.
RE: Regreso del Mictlán -
Aimée - 27 Oct, 2025
Wow! Que linda experiencia con Deutero
Sí, las mascotitas nos dan el amor mas puro e incondicional. Nos miran con la inocencia de un niño pequeño. Como dices, es duro cuando envejecen o experimentan una enfermedad muy desgastante como me pasó con todas mis mascotitas, por eso decidí no tener más, porque sufrí mucho.
En México la muerte se conmemora de manera distinta a otros lugares, por eso muchos extranjeros nos visitan en esta época.
Gracias por contarnos estos lindos recuerdos. Si llegaras a tener más, no dudes en compartirlos.
Te mando un abrazote