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MARCOS Y EL JESÚS AIRADO : SPLANGNISTHEIS y ORGISTHEIS.
#1

MARCOS Y EL JESÚS AIRADO

  El problema textual de Marcos 1:41 se enmarca en la historia de la curación de un hombre con una enfermedad cutánea por parte de Jesús[5]. Los manuscritos con que contamos preservan dos versiones diferentes del versículo 41; ambas lecturas se recogen a continuación entre corchetes.

  39 Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios. 40 Se le acerca un leproso suplicándole y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». 41 Y [compadecido (en griego: SPLANGNISTHEIS)/ furioso (griego: ORGISTHEIS)], extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». 42 Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio. 43 Le reprendió severamente y le echó de inmediato: 44 «Mira, no digas nada a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y haz por tu purificación la ofrenda que prescribió Moisés para que les sirva de testimonio». 45 Pero él, así que se fue, se puso a pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia, de modo que ya no podía [Jesús] presentarse en público en ninguna ciudad.

  La mayoría de los traductores vierten el comienzo del versículo 41 de tal modo que enfatice el amor de Jesús por este pobre marginado, lo presenta «compadecido» (o bien «apiadado», otra posible traducción de la palabra en cuestión). Al hacerlo, estas traducciones siguen el texto griego que recogen la mayoría de los manuscritos conservados. Y ciertamente es fácil apreciar por qué la situación suscita compasión. No sabemos la naturaleza exacta de la enfermedad de este hombre; muchos comentaristas prefieren pensar que se alude a un desorden que involucraba algún tipo de descamación cutánea y no al tipo de putrefacción de la carne que comúnmente asociamos con la lepra. En cualquier caso, es probable que su enfermedad le obligara a someterse a los dictados de la Torá, que prohibía a los «leprosos» de cualquier tipo llevar una vida normal; considerados impuros, los afectados por esta clase de males debían apartarse de la comunidad y vivir aislados (Levítico 13-14). Movido por la piedad que le despierta alguien en semejante situación, Jesús extiende su mano con ternura, toca su piel enferma y le cura.

  El patetismo simple de la escena y el carácter poco problemático de las emociones involucradas quizá expliquen el hecho de que los traductores e intérpretes de este episodio, por regla general, no hayan tenido en cuenta la versión alternativa que nos ofrecen algunos testimonios. Pues la redacción de uno de los más antiguos, el llamado Codex Bezae, al que respaldan tres manuscritos latinos, es a primera vista desconcertante y dolorosa. Aquí, el texto no dice que Jesús sienta compasión por el enfermo, sino que se enfurece. En griego, se trata de una diferencia entre las palabras SPLANGNISTHEIS y ORGISTHEIS. Dado que se trata de un testimonio presente tanto en fuentes griegas como latinas, los especialistas en crítica textual consideran, por lo general, que esta lectura alternativa se remonta por lo menos hasta el siglo II. ¿Es posible que esto sea en verdad lo que el autor de Marcos escribió?

  Como hemos anotado antes, cuando una vasta mayoría de manuscritos recogen determinada lectura y sólo un par la versión alternativa, nunca podemos estar completamente seguros de que la mayoría tiene la razón. En ocasiones, unos pocos manuscritos pueden contener la versión correcta a pesar de que todos los demás no coincidan con ellos. Esto se debe, en parte, a que la gran mayoría de los manuscritos que han llegado hasta nosotros se produjeron centenares y centenares de años después de los originales, y no tuvieron como modelo a los originales mismos sino copias tardías de éstos. Una vez que un cambio ha conseguido colarse en la tradición manuscrita, puede ocurrir que se perpetúe hasta el punto de que se lo transmita con mayor frecuencia que la redacción original. En el caso que nos interesa, se cree que ambas alternativas parecen ser muy antiguas. ¿Cuál es la original?

  Si a los lectores cristianos de nuestra época se les pidiera elegir entre una versión y otra, no hay duda de que casi la totalidad elegirían la más común en las fuentes manuscritas: Jesús sintió piedad por el enfermo y por ello le sanó. La otra posibilidad es difícil de comprender; ¿qué significa decir que Jesús se enfureció? ¿No es ésta acaso razón suficiente para dar por sentado que el autor de Marcos debió de escribir que Jesús sintió compasión?

  Sin embargo, el hecho de que una de las versiones parezca tan lógica y fácil de entender es precisamente lo que ha llevado a algunos estudiosos a sospechar que ésa es la elección equivocada. Pues, como hemos visto, los escribas también habrían preferido que el texto no fuera problemático y pudiera ser entendido con facilidad. Por tanto, la pregunta que es necesario formular es la siguiente: ¿qué es más probable, que al copiar el texto un escriba lo hubiera alterado para que dijera que Jesús reaccionó con ira en lugar de con compasión, o para que dijera que Jesús reaccionó con compasión en lugar de con ira? ¿Qué versión explica mejor la existencia de la otra? Cuando el problema se examina desde esta perspectiva, la última opción parece obviamente la más probable. La redacción que indica que Jesús se enfureció es la «más difícil» y, por tanto, es más probable que se trate de la «original».

  Con todo, hay mejores pruebas que esta pregunta especulativa sobre qué lectura tiene más probabilidades de ser invención de los escribas. Pues aunque no tenemos manuscritos griegos del Evangelio de Marcos que contengan este pasaje hasta finales del siglo IV, casi trescientos años después de que el libro fuera escrito, sí contamos con el testimonio de dos autores que copiaron esta historia en un lapso de veinte años después de su composición.

  Los estudiosos han advertido desde hace mucho tiempo que Marcos fue el primero de los evangelios en escribirse, y que los autores de Mateo y Lucas usaron el relato de Marcos como fuente para sus propias versiones sobre la historia de Jesús[6]. Esto significa que podemos examinar Mateo y Lucas para ver cómo cambiaron el texto de Marcos, dondequiera que cuenta la misma historia pero de forma (más o menos) diferente. Cuando hacemos esto, descubrimos que Mateo y Lucas utilizaron ambos este episodio de Marcos, su fuente común. Un hecho llamativo es que los textos de Mateo y Lucas sean casi palabra por palabra idénticos al de Marcos en los versículos 40 y 41, donde se recogen la solicitud del leproso y la respuesta de Jesús. Y, ¿qué palabra utilizan para describir la reacción de Jesús? ¿Siente compasión o ira? Por extraño que parezca, Mateo y Lucas omiten por completo la palabra.

  Si el texto de Marcos utilizado por Mateo y Lucas describía a Jesús sintiendo compasión, ¿por qué los autores de ambos evangelios omitieron la palabra? Tanto Mateo como Lucas describen a Jesús compadeciéndose en otros momentos, y siempre que Marcos explícitamente menciona la compasión de Jesús en una historia, uno u otro mantiene esta descripción en su propia versión[7].

  ¿Qué podemos decir a propósito de la otra opción? ¿Qué hubiera ocurrido si los autores de Mateo y Lucas leen en el Evangelio de Marcos que Jesús se enfureció? ¿Se habrían sentido inclinados a eliminar esa emoción? De hecho, existen otras ocasiones en las que Jesús siente ira en el texto de Marcos. Y lo que resulta interesante es que en cada uno de esos casos, Mateo y Lucas han modificado sus versiones. En Marcos 3:5 Jesús mira «con ira» a quienes esperan al acecho para ver si cura al hombre con la mano paralizada. En Lucas, el versículo prácticamente es el mismo que en Marcos, pero la referencia a la ira de Jesús se ha omitido. En Mateo esta sección de la historia está completamente reescrita y la furia de Jesús no se menciona. Algo similar sucede con Marcos 10:14, donde Jesús se enfada con sus discípulos (la palabra griega usada aquí es diferente) por no permitir que la gente le presente sus niños para que los bendiga. Tanto Mateo como Lucas reproducen la historia, con frecuencia usando las mismas palabras, pero ambos prefieren pasar por alto la referencia a la furia de Jesús (Mateo 19:14; Lucas 18:16).

  En resumen, Mateo y Lucas no tienen inconveniente en describir a un Jesús compasivo, pero nunca le describen como airado. Dondequiera que una de sus fuentes (Marcos) lo hizo, ambos optaron, de forma independiente, por eliminar el término de sus respectivas versiones. Por tanto, mientras que es difícil entender por qué habrían optado por eliminar un «compadecido» del relato de la curación del leproso, es muy fácil entender qué motivos pudieron haber tenido para querer omitir el «furioso». Este hecho, sumado a la circunstancia de que el segundo término está presente en testimonios de una corriente muy antigua de nuestra tradición manuscrita y de que es improbable que los escribas lo hubieran creado para enmendar un «compadecido» mucho más comprensible, hace que resulte cada vez más evidente que el texto de Marcos en realidad describía a Jesús como enfurecido cuando se acercó al leproso para curarle.

  Antes de seguir adelante, hay algo más sobre lo que debemos hacer hincapié. Como he indicado, mientras Mateo y Lucas tienen dificultades para atribuir sentimientos de ira a Jesús, Marcos no tiene inconveniente en hacerlo. Incluso en el episodio que estamos considerando, y aparte del problema textual del versículo 41, Jesús no trata al pobre leproso con guantes de seda. Después de haberle curado, le «reprendió severamente» y le «echó» de inmediato. Éstas son versiones literales de las palabras griegas, que usualmente las traducciones suavizan. Se trata de términos duros, que Marcos utiliza siempre en contextos de conflictos violentos y agresiones (por ejemplo, cuando Jesús expulsa demonios). Y mientras resulta difícil entender por qué Jesús habría de reprender severamente y echar a una persona por la que siente compasión, su reacción parece más comprensible si se nos dice que estaba furioso.

  Pero ¿por qué habría de estar furioso? Éste es el punto en que la relación entre texto e interpretación se vuelve crucial. Algunos expertos, que han preferido la versión del texto en la que Jesús se «enfurece» en este pasaje, han propuesto interpretaciones sumamente inverosímiles para justificar esta descripción. Su propósito parece haber sido el de exonerar esta emoción haciendo que Jesús se muestre compasivo a pesar de advertir que el texto dice que está furioso[8]. Un comentarista, por ejemplo, arguye que la ira de Jesús se dirige contra el estado del mundo, lleno de enfermedad; en otras palabras, ama al enfermo, pero odia la enfermedad. Semejante interpretación carece de base textual, pero posee la virtud de hacer que Jesús parezca bueno. Otro intérprete sostiene que lo que enfurece a Jesús es el hecho de que este leproso haya sido apartado de la vida en sociedad, algo que sólo puede afirmarse si se pasa por alto que el texto no menciona que el hombre fuera un marginado y que, incluso si se diera por sentado que lo era, la falta no es atribuible a la sociedad de la época sino a la Ley de Dios (específicamente al Levítico). Otro comentarista argumenta que, en realidad, es eso lo que ofende a Jesús, es decir, el que la Ley de Moisés fomente este tipo de marginación. Esta interpretación supondría ignorar que al final del pasaje (v. 44), Jesús respalda la Ley de Moisés e insta al leproso a cumplir con ella.

  Todas estas interpretaciones tienen en común el deseo de exonerar la ira de Jesús y para conseguirlo deciden eludir el texto. En caso de que optáramos por no hacerlo, ¿qué habríamos de concluir? A mi modo de ver, tenemos aquí dos opciones, una se centra en el contexto inmediato en que el episodio se enmarca, la otra, en su contexto más amplio del evangelio al que pertenece.

  Examinemos primero el contexto más inmediato: ¿por qué nos choca la forma en que se presenta a Jesús al principio del Evangelio de Marcos? Si ponemos momentáneamente entre paréntesis nuestras ideas preconcebidas sobre quién fue Jesús y nos limitamos a leer lo que dice este texto en particular, tenemos que Jesús no se nos muestra como el buen pastor de las vidrieras de colores, indulgente, manso y apacible. Marcos inicia su evangelio describiendo a Jesús como una figura de autoridad poderosa, tanto en términos físicos como espirituales, con la que no hay que entrometerse. Lo presenta como un profeta salvaje que vive en el desierto y se aparta de la sociedad para enfrentarse a Satanás y las bestias; luego, regresa proclamando que es necesario arrepentirse porque el juicio de Dios es inminente; separa a sus seguidores de sus familias; abruma con su autoridad a quienes le escuchan; reprende y domina a las fuerzas demoníacas que consiguen someter por completo a los meros mortales; rehúsa acceder a las demandas del pueblo e ignora a quienes le buscan. La única historia de este primer capítulo de Marcos que sugiere algo de compasión personal es la curación de la suegra de Simón Pedro, que se encuentra en cama con fiebre. Pero incluso ese acto de aparente compasión es objeto de discusión. Algunos comentaristas irónicos no han dejado de observar que después de que Jesús alivia su fiebre, la mujer se levanta para servirles, trayéndoles la cena, es de suponer.

  ¿Es posible que en las primeras escenas del Evangelio de Marcos se presente a Jesús como un personaje poderoso con una voluntad fortísima y unos objetivos propios, una autoridad carismática a la que no le gusta que la molesten? Esto, sin duda, sería coherente con su respuesta al leproso curado, a quien reprende severamente y luego echa.

  Con todo, hay otra explicación. Como he indicado antes, Jesús realmente se enfurece en varias ocasiones en el Evangelio de Marcos. La siguiente vez que esto ocurre es en el tercer capítulo, en un episodio que, sorprendentemente, relata otra historia de sanación. Aquí se dice de forma explícita que Jesús mira con ira a los fariseos, que piensan que carece de la autoridad para curar en sábado al hombre de la mano paralizada.

  En cierta forma, tenemos un episodio todavía más parecido en una historia en la que la ira de Jesús no se menciona de manera explícita, pero donde, no obstante, es evidente. En Marcos 9, cuando Jesús desciende del monte en el que ha tenido lugar la Transfiguración, acompañado por Pedro, Santiago y Juan, se topa con una multitud que rodea a sus discípulos. En medio de la gente, se encuentra un hombre desesperado cuyo hijo está poseído por un demonio y quien tras explicarle la situación le ruega: «si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros». Jesús le replica enfurecido: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!». El padre del endemoniado se muestra aún más desesperado y grita: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!». Después, Jesús expulsa al demonio.

  Lo que resulta llamativo de estas historias es que la ira de Jesús se desencadena cuando alguien duda de su disposición, habilidad o autoridad divina para curar. Quizá esto sea también lo que sucede en el episodio del leproso. Como ocurre en el relato de Marcos 9, este episodio trata de alguien que con cautela se acerca a Jesús para pedirle: «Si quieres, puedes limpiarme». Lo que enfurece a Jesús porque, por supuesto, quiere, del mismo modo en que puede y tiene autoridad para hacerlo. Entonces cura al hombre y, todavía algo ofendido, le reprende severamente y le echa.

  La historia se percibe de modo diferente desde esta perspectiva, la que adquiere cuando la construimos a partir del texto tal y como al parecer el autor de Marcos lo escribió. Marcos, en ciertos lugares, retrata a un Jesús airado[9].

 Misquoting Jesus: The Story Behind Who Changed the Bible and Why

    Bart D. Ehrman, 2005
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#2

io nho sepo griego... pero...  https://bibliaparalela.com/greek/splanch...s_4697.htm

Matthew 18:27 V-APP-NMS
GRK: σπλαγχνισθεὶς δὲ ὁ
NAS: of that slave felt compassion and released
KJV: servant was moved with compassion,and loosed
INT: having been moved with compassionmoreover the

Matthew 20:34 V-APP-NMS
GRK: σπλαγχνισθεὶς δὲ ὁ
NAS: Moved with compassion, Jesus touched
KJV: Jesus had compassion [on them], and touched
INT: having moved with compassionmoreover

Mark 1:41 V-APP-NMS
GRK: καὶ σπλαγχνισθεὶς ἐκτείνας τὴν
NAS: Moved with compassion, Jesus stretched
KJV: Jesus, moved with compassion, put forth
INT: also having been moved with compassion having stretched out the

Mark 9:22 V-APP-NMS
GRK: βοήθησον ἡμῖν σπλαγχνισθεὶς ἐφ' ἡμᾶς
NAS: do anything, take pity on us and help
KJV: do any thing, have compassion on
INT: help us having compassion on us

Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto
[Imagen: 312554928-8634900413188542-2070329703511938974-n.jpg]
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#3

Excelente tema. La misma idea la leí en el libro "La versión no autorizada" de Robin Lane Fox. Muy recomendable.

Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."
[Imagen: Stargate-extj-gmail-com-icon.png]
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#4

https://cudl.lib.cam.ac.uk/view/MS-NN-00002-00041/553

και οργισθεις εκτεινας την χειρα αυτου
ηψατο αυτου και λεγει αυτω · θελω καθαρισθητι

et iratus extendit manum suam 

et tetigit eum et ait illi · uolo mundare 

GOOGLE TRANSLATOR:

Y él extendió su enojado

· Quiero; sé limpio, y le tocó, y le dijo:

Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto
[Imagen: 312554928-8634900413188542-2070329703511938974-n.jpg]
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