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Joven TJ que encuentra la libertad mental y el poder de una secta sobre su padres
#1

Uno de los integrantes de un grupo extj de Colombia en WhatsApp y Facebook cuenta su historia. Está tan bien contada y es tan reveladora que le pedí permiso para reproducirla aquí.



Mi historia
La historia de un joven TJ que encuentra la libertad mental y el poder de una secta sobre su padres.

El Comienzo

Una oferta de trabajo aceptada, un pasaje en avión ya comprado y las esperanzas de una oportunidad en el coloso del norte tenían mis padres al dejar nuestra ancestral ciudad Bogotá y arribar en EEUU. Una gran delegación familiar conformada de los abuelos, hermanas, hermanos, sobrinos y hasta las mascotas fueron hasta el aeropuerto El Dorado a despedirse de los viajeros. Solo sería por un tiempo, quizás un año, decía mi mamá. Pero un tiempo se transformó en toda una vida, naciendo yo cuatro años más tarde lejos de nuestras tierras colombianas montañosas, en la gran urbe que es Nueva York.

Lejos de su numerosa y unida familia católica, inmigrantes en la gran ciudad y sin mucho conocimiento de religión y menos de sectas mi padres serían presa fácil para lo que venía. Un día, cuando yo tenía tres años de edad, mi papá habló con mi abuelo y le contó un chisme … “Mijo, figúrese que nuestros amigos, se han metido en una iglesia nueva, dizque los Testigos de Jehová. ¿Qué será eso? Allá en Nueva York está la central de ellos. Hágame un favor y vaya a ver qué será eso”. Mi papá a los pocos días apareció en las puertas de Betel de Brooklyn, la central de los TJ. Al ver lo organizados que estaban los que trabajaban ahí y la limpieza del área de las imprentas, mi papá desafortunadamente quedó impactado. Le llamó tanto la atención que le contó a varios de los vecinos, uno de ellos tenía a un conocido que era TJ. “Si quiere te doy el número y lo llamas” dijo el vecino y mi padre accedió.

El TJ, un señor de la costa caribeña de Colombia, le ofreció el mal llamado “estudio bíblico” con la “bomba azul”, el libro La Verdad Que Lleva A Vida Eterna. Mis viejos con su pobre conocimiento de la biblia, se les convenció rápido y al poco tiempo comenzaron a asistir a las reuniones sectarias de una congregación hispanohablante. Ahora tenían una “familia” numerosa de nuevo, ahora eran parte de algo, ahora eran parte de la organización de “dios”. La gran ironía era el año, 1976, un año después de que una de las predicciones de la Watchtower más famosas vergonzosamente se quedara sin cumplir. Si tan solo hubiesen conocido a la secta un par de años antes, la historia que estuviera contando sería otra.

Mi papá rápidamente “progresó”, se bautizó en menos de un año. Poco después hizo lo mismo mi mamá. Mi papá siendo hombre sincero, con familia estable y muy buena persona que se entregó a la secta, se le nombró anciano en menos de cuatro años. Ahí me convertí en el hijo del anciano desde antes de cumplir los 8 años.

De ahí en adelante nuestras vidas eran las mismas vidas monótonas igual que un sin número de TJ más. Como cualquier niño de esa edad, las reuniones y asambleas eran tediosas. Tengo fotos donde estoy dormido sobre la falda de mi mamá en una asamblea en pleno verano de Nueva York con temperaturas sobre los 35 grados centígrados. Un sin número de horas mirando el cielo raso, fijándome detalladamente en los mapas del antiguo medio oriente en la biblia de la watchtower y dejando que mi imaginación me llevara al “paraíso” de Adán y Eva o al diluvio. Que desperdicio de niñez tan impresionante. Me acuerdo que cada vez que íbamos a Colombia de vacaciones los familiares de mi mamá, quienes afortunadamente no eran TJ, les reclamaban a mis viejos … “Mire que no están dejando que Alejandro tenga niñez”. ¡Pero si yo era niño! ¿cómo que no me están dejando ser niño? No entendía. Llegué a entender esto mucho tiempo después ya de adulto.

Todo se me hacía normal, las reuniones los domingos, despertarnos temprano los sábados y domingos para hacer proselitismo en las casas, las tres reuniones a la semana. En ese tiempo existía la reunión del “Estudio del Libro” además de la reunión de la “Escuela teocrática y de Servicio”, ambas se conducían entre semana.

Un sábado si me rebelé jaja. Esa mañana me quería quedar dormido. No le hacía caso a mi mamá de levantarme antes de las 7 a.m. No quería. Y mi papá... “Vamos a ver si no se levanta!”, me levantó a correazos! No lo culpo, ellos estaban convencidos de una mentira y pensaban que hacían el bien. Esa paliza no me la dio mi papá, me la dio la Watchtower y el cuerpo gobernante. Mis papás no me estaban robando la niñez, era la Watchtower la que me la robaba.

Fervor sectario

En estos tiempos nunca dudé que la secta fuera la mal llamada “Verdad”. Pero tuve un cambio alrededor de los 14 años. Yo siempre he sido poco amiguero y algo callado, peor aún de niño TJ. Así que yo no era el más popular que digamos entre los jóvenes de la congregación. Yo comencé a contestar en las reuniones con mis propias palabras. Notaba no solo las miradas de aprobación de mi mamá sino de los demás adultos. Inmediatamente me di cuenta que esta era una forma de sobresalir entre los demás jóvenes que me despreciaban. Conste que yo no estaba consciente de esto en ese momento, es algo que yo he analizado ahora de adulto. Este deseo de sobresalir y la creencia de que estaba en “la verdad” se juntaron para crear un fervor sectario en mí. También notaba que a mi papá no lo querían tanto cierto grupo de personas en la congregación. Estas personas eran del grupo de amigos de un anciano carismático que daba discursos muy animosos. Ese grupo de amigos del anciano y algunos otros ancianos despreciaban un poco a mi papá. No sé exactamente el por qué el desprecio, pero en mi mente adolecente el desprecio se debía a la pobre oratoria de mi padre. Esto causó que yo le desarrollara cierto antagonismo a este anciano y a su “clan”. Entonces me propuse ser mejor orador que este anciano como una forma de sobrepasar al que despreciaba a mi padre. Es risible ahora como mi mente inmadura procesaba todo esto, pero en ese momento no tenía nada de risa.

Entonces de ahí en adelante “estudiaba” rigurosamente para cada reunión. Me leí varios libros sectarios, incluso el libro de “Creación”. Aún a esa edad para mí, era importante tener evidencia del por qué creía yo en la deidad judeocristiana, característica mía que me eventualmente me sacaría de la secta, pero desafortunadamente en ese tiempo no tenía el criterio para notar las falacias de ese libro.

Me acuerdo cuando llegábamos a los estadios de NY para las asambleas de distrito, ahora llamadas regionales. Me sentaba - temprano, porque siempre llegábamos como 3 horas antes de que comenzara - y miraba el letrero en la plataforma que decía “Testigos de Jehová”. Que orgulloso me sentía de ese nombre, de pertenecer a la organización de “dios” en la tierra. Yo era un privilegiado.

Bautismo, precursorado y el gran discursante.

Me bauticé a los 15 años. Me acuerdo que yo me sentí liviano, sentí como si mi deidad “jehová” estaba conmigo. Me sentía maduro y eso que ni sabía qué era pagar renta ni una factura. Al siguiente mes después de mi bautismo comencé el precursorado. Llegaba del colegio todas las tardes y rápidamente me cambiaba de ropa, me ponía mi saco y corbata, sacaba mi maletín lleno de propaganda de la Watchtower y salía a “predicar”, esto lo hacía aún en los días de reunión. Muchas veces salí solo. No importaba el clima, si estuviera lloviendo, haciendo frío o calor. Me acuerdo de una tarde de invierno, de esos días que entran frentes gélidos del ártico, con temperaturas de unos -15 grados centígrados con fuertes vientos, la gente cubriéndose hasta los ojos para protegerse del frío. ¿Pero yo? ¡Yo que frío ni que *&^%! ¡A “predicar” se dijo! Yo estaba haciendo esto por amor a mi deidad, por su “reino”, porque quería serle fiel. Ahí no terminaba mi jornada de proselitismo. A eso de las 6 p.m. me reunía con el grupo de proselitismo que salía a esa hora. No llegaba a la casa sino tipo 8 de la noche. A esa hora me ponía a hacer los trabajos y tareas del colegio. ¡Quién sabe hasta dónde hubiera llegado si le hubiese puesto el mismo empeño al colegio! La semana después de graduarme de secundaria asistí a la escuela de precursores.

En esas tardes de proselitismo solitario un señor al que hablé en la calle me hizo una pregunta que llegaría a ser muy importante para mi eventual despertar. El tema de la semana era uno de mis favoritos “¿Por qué creer que hay creador?”. Yo … “Señor, buenas tardes. Una pregunta, ¿Usted cree que hay creador? Mire, aquí le tengo algo muy interesante sobre este tema” El señor sin mirar la propaganda sectaria… “Si? Dígame una cosa joven, ¿Cómo sabes que ese creador es tu dios, cómo sabes que el creador es el mismo dios de la biblia?” Yo no era de querer ganar discusiones a “las malas”, sino con argumentos sólidos. Obviamente no tenía una respuesta lógica para semejante pregunta. Fue una pregunta que se la dejé al “jehová” y la guardé en algún lugar escondido de mi mente hasta que años después me volví a hacer la misma pregunta.

¡Los discursos! Yo me preparaba muy bien para mis discursos. De repente mis discursos cambiaron de discurso típico de niño a discurso de político en plena campaña, claro, dentro de lo que permite la secta. Yo veía las expresiones de asombro de los TJ en asistencia. Eran como si vieran a otra persona. A los 18 años me nombraron siervo ministerial y no duré mucho antes de que me dieran un discurso público. Los elogios y reacciones de los “hermanos” no se hicieron esperar. “Oh hermano Alejandro, que discurso más bueno”, “Hermano, me encantó su discurso”, “Hermano, usted se transforma cuando sube a la plataforma” , le decían a mi mamá … “hermana, que discurso más bueno que dio su hijo, cómo estará de orgullosa de él”. Me asignaban a dar discursos en varias congregaciones hispanohablantes de la ciudad de Nueva York y sus alrededores. Aquí yo estaba en la cúspide de mi fervor o “espiritualidad” como dirían los sectarios. Un anciano hasta una vez me dijo… “hermano, lástima que estés tan joven, porque si no fuera por eso se te recomendaría para anciano”.

Betel

A los 19 años me aceptaron en Betel de Brooklyn. Yo estaba entre servir de misionero, de precursor especial en algún territorio aislado o en Betel. Mi meta en la vida era ser siervo de circuito o de distrito, mejor dicho soñaba con eso. Soñaba con Galaad, la escuela de misioneros. Me acuerdo como cuando anunciaban la reunión para los interesados en Galaad en las asambleas yo quería estar ahí, eso sí era un privilegio, decía yo. Pero bueno, me aceptaron en Betel como betelita viajante, o sea, yo vivía en casa con mis padres pero viajaba a Betel todos los días. Era una política de la watchtower, o “arreglo” como le dicen los sectarios, el que los betelitas de Nueva York no vivieran en Betel sino que viajaran todos los días como si se tratara de un trabajo normal, lo cual en resumidas cuentas lo era, salvo que no pagan sueldo. Un betelita de Nueva York tenía que esperar 4 años para que le dieran el “privilegio” de vivir en Betel. Esto sí que era doble ganancia para la Watchtower porque no sólo conseguían mano de obra gratis sino que tampoco tenían que alojar al sectario voluntario. Irónicamente Betel fue lo que inició mi proceso de despertar. Antes de entrar a Betel yo me lo imaginaba como lo más cerca al paraíso a este lado del “Armagedón”. Me imaginaba lleno de personas sinceras y más “espirituales” que yo. Pero lo que vi fue algo muy distinto. Vi todo tipo de personalidades, muchos menos “espirituales” que yo, mucho acoso psicológico, al fin y cabo eran en su mayoría muchachos menores de 25. Pero fue algo que bajó mi opinión de Betel. También me di cuenta que los del cuerpo gobernante era gente muy normal, no tenían nada de especial. Ya no era lo más cercano al paraíso, aún era la “religión verdadera” pero no muy diferente a cualquier otro grupo de personas. Ahora la organización me era más humana.

Aun en mis tiempos de fanatismo sectario no todos los “privilegios” me gustaban. No me gustaba limpiar, ni ningún tipo de trabajo repetitivo. En la imprenta de Betel eso era el pan de cada día. Cuando tenían que hacer algún cambio o arreglo en la máquina de encuadernación, en la que trabajaba, no nos dejaban descansar. Rápido nos ponían a limpiar cada rincón de la máquina de unos 30 metros de larga y toda el área de trabajo. Había una máquina que presionaba las biblias de “lujo” y otros libros de hojas finas donde uno hacía el mismo movimiento por horas. Y se necesitaba estar muy pendiente y consciente de lo que se hacía porque la máquina trabajaba con toneladas de presión. Si el dedo se quedaba por donde entra los libros, más bien se iba despidiendo del dedo porque sería imposible una reimplantación del mismo.

Llámelo defecto mío el que no me gustara ese tipo de trabajo. Pero fue crucial para mi proceso. En mi tiempo en Betel me acordaba de que tan bien me había ido en el colegio sin haberme esforzado tanto. Me acordé de la última conversación que tuve con mi maestro de química en cuya clase obtuve calificaciones perfectas sin siquiera esforzarme… “Que bien ver que ya te gradúas. ¿Qué vas a estudiar en la universidad?”, “No señor, no pienso estudiar en la universidad, pienso dedicarme de lleno a mi organización religiosa, soy Testigo de Jehová”. Me mira como si le hubiese dicho que me iba a suicidar y me dice “¡oh qué desperdicio!”. Pensé en estudiar algo corto y quizás volver a Betel con una carrera corta, quizás electrónica o técnico en informática.

Y eso mismo intenté hacer. Me salí de Betel, comencé de nuevo con mi precursorado, pero desafortunadamente dentro ese mundo sectario en EEUU ir a la universidad era un verdadero tabú. Así que me metí en un curso de electrónica que más sirvió para robarme el dinero que para conseguir trabajo. Duré un año en trabajos que no tenían nada que ver con el curso que había tomado.

Primer pensamiento apóstata.

Entonces mis viejos me dan la gran noticia… “Nos vamos para Colombia”. Yo pues no tenía nada que me atara a NY, salvo unos amigos. Me imaginaba que allá quizás podría continuar en mi carrera sectaria o “espiritual” como dicen ellos. Así que me fui con ellos. Estuve en Bogotá un año, más que todo dando clases de inglés. Yo era precursor y aún daba discursos públicos. Pero ya no era lo mismo como cuando estaba adolecente. Ya no tenía el mismo fervor y la verdad no me gustaba mi trabajo. Hacía un año que la watchtower había aflojado un poco con la educación después de la secundaria, ahora decían que una carrera corta no estaría mal para algunos. ¡Pensando en eso tuve mi primer pensamiento “apóstata”! Pensé… “Si ellos cambiaron el consejo y ahora dicen que sería bueno que algunos estudien entonces eso quiere decir que el consejo de antes, la vieja luz, no era lo más indicado para todos. Ellos, los hermanos del cuerpo gobernante - ya no eran tan del otro mundo para mí - , no me conocen ni saben que carrera sería buena para mí. Ellos no están en mis zapatos. Así que yo tengo que tomar mis propias decisiones. Yo no puedo atenerme a lo que la “sociedad” diga, yo tengo que estudiar! Y eso mismo hice, regresé a EEUU a estudiar sistemas.

Universidad

Ese primer año de universidad me quedé con una tía TJ en Nueva York. Yo le tengo mucho aprecio a esa tía y a su esposo. Me volví a reunir con la congregación que me vio crecer. Pero ahora las cosas eran diferentes. Aunque yo había llegado con la recomendación para siervo ministerial los ancianos ahora no me querían volver a dar el “privilegio”. Se reunieron conmigo en la “sala b” y me acusaron de no ser el mismo, que yo había cambiado. Uno de los ancianos, quien mi papá había ayudado en su carrera sectaria, me dijo … “es que no sabemos qué has hecho este tiempo que has estado fuera de esta congregación, no sabemos si has pecado” Y quizás sí había cambiado, pero me hicieron un gran favor porque me desilusione un poco y me entregue más al estudio en la U. En vez de atraerme los ancianos, se encargaron de darme un empujoncito hacia afuera.

En la U conocí a gente maravillosa y aún me mantengo en contacto con algunos. Esto causó uno de mis primeros casos de disonancia cognitiva. Por un lado la sociedad decía que los “mundanos” son malos, que no sirven de amigos, pero aquí tenía amigos dedicados a su estudio luchando por salir adelante. La sociedad otra vez estaba equivocada.

Donde yo estaba estudiando era parte del sistema universitario municipal de Nueva York y en esta sede en particular solo se cursan los primeros años. ¿Para dónde me voy a terminar la carrera?, me pregunté. Sin pensar en nada sino en la carrera decidí por una universidad a unos 50 km de la ciudad, donde ya no hay transporte público, todo toca en auto. Me fui a vivir en los dormitorios de esa universidad sin pensar que sin auto se me haría muy difícil asistir a la reuniones. Y así fue. Pude ir un par de veces a esta nueva congregación con la ayuda de unos TJ de esa congregación y los ancianos de esa congregación alcanzaron a recibir mi tarjeta de publicador. Pedir el favor que me vinieran a recoger para ir a la reunión, me era algo vergonzoso y encima de eso el rigor académico de esta universidad ya era a otro nivel. Así que dejé de asistir pensando que algún día regresaría a la “verdad”.

Mi Despertar

Ese primer semestre en la segunda universidad tomé un curso obligatorio para la carrera sobre lógica y pensamiento crítico. Fue en esa época que comencé a usar ese pensamiento crítico y analizar lo que había “aprendido” en la “organización”. Uno de mis temas favoritos cuando estuve en mi fervor fue el de los 7 tiempos y el 1914. Yo podía explicar eso sin biblia y con los ojos cerrados. Esa doctrina era muy importante porque de ahí parte la watchtower a afirmar que sus dirigentes fueron escogidos “esclavo fiel y discreto” en el 1918/19. En este tiempo yo no sabía que la watchtower se equivoca con el año 607 a de C como año de partida para calcular los siete tiempos. Yo más bien me concentré en qué argumentos tienen para decir que el árbol de Nabucodonosor aplica al reino de “dios” y por ende que los siete tiempos aplica a más que Nabucodonosor. Los argumentos de la watchtower me parecieron muy débiles en vista que la misma interpretación que da el libro de Daniel en su capítulo 4, es de que el árbol representa a Nabucodonosor no al reino de “dios”. Toda su doctrina de 1914 y de que fueron escogidos en el 1918/19, su doctrina más importante porque de ahí derivan su autoridad, se sostiene con suposiciones y especulaciones muy pobres y débiles. El argumento que da la watchtower es que Daniel habla del reino de “dios” y por ende el árbol significa dicho reino. El argumento es una falacia. Ellos no tienen base para decir que fueron escogidos en el 1919.

Unos meses después, me acordé de Ray Franz, el sobrino de Fred Franz, quien había estado en el cuerpo gobernante junto a su famoso tío, pero que se había salido de TJ y escrito un libro. Mi padre me lo había mencionado en algún momento en términos algo despectivos, “Franz el apóstata y su libro”. ¡Pues llamé a una librería y ordené el libro!

Días después, “Señor Alejandro, ya tenemos su libro”. Me fui corriendo a la librería. Me temblaron las manos cuando abrí el libro. Aún yo inactivo, con fuertes dudas sobre la “organización”, el estigma “apóstata” era fuerte en mí. ¿Que encontraría en ese libro? Encontré las herramientas para desprogramarme. Ese libro fue muy fuerte para mí, fue la primera vez que yo leía algo crítico sobre la organización y crítico de muchas de las doctrinas de la Watchtower. ¡No solo había tenido razón yo sobre Daniel 4 y los siete tiempos, sino que mienten sobre el 607!. Comencé como TJ inactivo al abrir el libro y terminé como extj cuando lo cerré.

De ahí me acordé de la pregunta del señor hacía años. En ese momento todavía creía en la deidad judeocristiana y en la biblia como palabra de dicha deidad. Para creer en “dios”, a mí no me era importante la “fe religiosa”, ni que lo que yo sentía en el corazón, que si yo sentía a “dios”. No me interesa la evidencia anecdótica de sentimientos, de corazones. Yo quería evidencia, evidencia sólida y demostrable. ¡No tenía dicha evidencia para contestar la pregunta del señor! Ordené otro libro. Las Mentiras Fundamentales de la Iglesia Católica de Pepe Rodríguez.

El libro Mentiras es un resumen de la historia de la biblia y luego de la iglesia católica. Si el libro de Franz dejó fuera de combate al yo TJ, el libro Mentiras hizo lo mismo con el yo creyente. Una de la cosas de más impacto para mí, fue descubrir que Moisés no escribió el pentateuco. El detalle detonante fue entender que hay dos historias de creación distintas en Génesis, escritas en diferentes tiempos con diferentes nombres para la deidad, o mejor dicho, con diferentes deidades. El capítulo 1 se refiere a la deidad como Elohim, o sea dioses, y en el capítulo 2 la deidad es YHWH. En el hebreo se nota la diferencia en el estilo de redacción entre los dos capítulos, cosa confirmada por los que saben el hebreo antiguo. Cuando me di cuenta de eso, se me derrumbó el mundo. Miré hacia el cielo y dije… “oh!!!! Todo lo que he creído está basado en una mentira, cuántas mentiras más no habrán”. Lloré, lloré amargamente, lloré como si hubiese perdido algo de mucho valor.

Para ese tiempo aún oraba antes de las comidas. Todavía no había perdido la costumbre. Hasta que una mañana antes de desayunar comienzo… “oh dios jehová … blah blah blah”. Y me detengo… “¿Qué estoy haciendo? ¿Quién me escucha? No hay nadie, estoy hablando solo”. Y continué con mi desayuno sin darle gracias a quien ni existe, ni mucho menos me había dado la comida.

Luego indagué sobre los argumentos a favor de la existencia de una deidad creadora. Nada de esto contesta la pregunta que me hizo el señor hacía tantos años. Ninguno de esos argumentos satisfacen un análisis, se reducen a un “dios de los agujeros”. En este punto ya me consideraba agnóstico, no ateo, porque no entendía bien la diferencia entre las dos palabras.

Último grito de auxilio del yo creyente

Una noche, de esas que uno se pone a pensar. Mirando hacia el cielo raso, yo sobre mi cama, me puse a meditar sobre la vida, sobre la deidad judeocristiana, sobre nuestra propia mortalidad, sobre lo solos que estamos en este universo tan incomprensiblemente grande. ¡Ay dios! ¿Quién está ahí? No hay vida eterna, soy mortal, la vida es muy corta! Y oré. Oré por última vez, ya con lágrimas en mis ojos y los pies tan fríos como si los hubiese metido en un balde con hielo, “oh dios, sea como sea que te llames, creador, si es que estás ahí muéstrame la evidencia de tu existencia. Yo no quiero tener fe en que existes, yo quiero SABER que existes, yo quiero creer en ti, pero necesito evidencia, sal dios, sal dios de tu escondite!!!!” El yo creyente estaba naufragado en el mar de la lógica, el yo creyente, lo que quedaba del TJ, pedía a gritos que lo salvaran. Pero no había salvavidas, no estaba ningún dios que lo salvara. El yo creyente se ahogó con maletín y todo. Qué ironía que el joven tan “espiritual”, el precursor regular, el gran discursante adolecente, el que daba el discurso “Por Qué Debería Usted Creer En Dios” ahora era el ateo!

Vida Extj tranquila

Para este tiempo mis padres sabían que yo ya no estaba activo. Ellos aún permanecían en Colombia. Le fui sincero a mi papá y le dije que yo tenía muchas dudas sobre la watchtower. Tuvimos una discusión por correo electrónico, una discusión que fue demasiada fuerte para él y me pidió terminarla. Pero como estaba inactivo no me cerraron la comunicación. Aún mantenía una relación normal con ellos. Poco después de salir de la U, ellos regresaron a EEUU por un tiempo con la idea de volver a convertirme. Hasta viví por un rato con ellos. Pero mi papá se dio cuenta que ya no había más que hacer conmigo, yo ya no volvería a la "organización". Ellos ya veían que yo vivía mi vida de una forma normal o "mundana" como dirían ellos, y se fueron, regresaron a Colombia.

Y así viví por muchos años. Hice mi vida, alejada de la secta y manteniendo el contacto normal con mis padres a pesar de la diferencia religiosa. De vez en cuando a mi mamá le daba la angustia y me pedía que volviera a la "organización". Hasta ahí llegaba la intromisión sectaria a mi vida. Ah! Una vez subí una foto de mía en una navidad. Mi mamá casi le da un infarto, pobrecita.

Llegué a estar agradecido con la vida, que me había escapado de la secta ileso. Después de muchos años sentí que me graduaba de extj a "nunca-tj" jajaja. Estaba feliz por esa parte de mi vida superada. Pero, todo esto cambió con una llamada de mi padre un día de Mayo del 2014. De ahí en adelante mi experiencia extj sería muy diferente.

La Watchtower pasa factura

Era un día normal de trabajo y con varios proyectos por terminar. Suena el celular, oh mi papá, ¿qué será? Normalmente me llama por la noche. "¡Mijo, tenemos un problema grave, tu mamá se cayó esta mañana, se ha fracturado la cadera y estamos en el hospital!". Para este tiempo mis padres ya pasaban de los 80 años. Al próximo día vuelvo a hablar con mi papá, "¿cómo sigue mi mamá? ", "bien mijo, estamos en la clínica, pero todavía no le hacen la cirugía porque hay una huelga aquí". Pasan los días… "papá, yo quiero ir", "no mijo, eso desestabilizaría a tu mamá ", lo cual le creí porque mi mamá era una persona muy nerviosa. Después de varios días recibo una comunicación de mis familiares no-tj… "véngase para Colombia que su mamá está muy mal, ellos no se quieren hacer la cirugía por esa vaina de la sangre ". Llamo a mi papá y me le encaro "mijo lo que pasa es tu mamá ha perdido mucha sangre" me dijo mi papá. Ahí ya había entendido todo, no se le estaba haciendo la cirugía por culpa de la asesina doctrina watchtoweriana de la sangre.

Para este tiempo movieron a mi mamá de hospital porque mi papá estaba convencido de que en este otro hospital quizás si la operaban sin sangre, algo que para mi mamá a su edad con su condición cardíaca y su baja hemoglobina era una sentencia de muerte. Una sentencia dada por la watchtower. También él tenía sus esperanzas en la eritropoyetina, una hormona que estimula la producción de células rojas. Es un tratamiento recomendado por la watchtower. Pero el detalle con ese tratamiento es que se demora al menos 2 semanas en una persona sana que se esté alimentando bien. Mi mamá ni sana era, ni tiempo tenía.

Salgo en el primer vuelo de NY a Bogotá. Me reciben en el aeropuerto dos primas quienes estaban bastante angustiadas. Ni tiempo me di para llegar a donde iba a pasar la noche. Corremos hacia el hospital a ver a mi madre. La encontré postrada agonizando, pero cuando me vio entrar se le iluminó la cara “¡Hijo! Que alegría verte!”, le dice a la enfermera con emoción ... “mira, él es mi hijo mi hijo, mi único hijo”. Me habla mezclando la realidad con lo que había alucinado a causa de su estado. Pero una cosa en su mente sí estaba intacta, el control mental ejercido sobre ella por la watchtower, “mijo, yo no me puedo dejar poner sangre, eso a Jehová no le gusta”. El control y la mentira de la watchtower la estaba matando.

El hospital le daba la opción a mi papá a decidir por ella, pero él, igual que mi mamá estaba bajo el control sectario. Hablé con mi papá, le dije “déjeme decidir por ella, deje que el pecado caiga sobre mí” pero no, se puso a llorar y con ira me dijo que le dolía mucho que su propio hijo estuviera en contra “del mandato divino”. Mi mamá agonizaba por culpa de la watchtower pero yo no podía hacer nada. Mis manos estaban atadas.

Esos días fueron de los más traumáticos que he vivido. Ver cómo el control mental sectario deterioraba a mi mamá, no fue nada fácil. Fueron días de mucha angustia y de una ira contra la watchtower que nunca había sentido antes. Nadie de la familia de mi mamá entendía. Todos les desarrollaron odio a los TJ, en especial a los del comité de enlace que entraban a darles “cátedra” a los médicos. Hasta un familiar mío TJ, iba al hospital con los panfletos de la watchtower sobre la sangre a hablarle a los médicos, un tipo que estudió solo hasta la secundaria. Pero no lo culpo a él tampoco, culpo a la watchtower por crearles ese complejo ridículo de superioridad donde se sienten muy ilustrados porque leen unas revistas que tienen “la verdad”.

Uno de esos días, llegué yo a cuidados intensivos donde estaba ella. Desde lejos vi a mi mamá agonizando y gritando de dolor y a mi padre a su lado llorando de verla así, a su compañera con la que llevaba más de 50 años. Mi papá tomándole de la mano en vano la trataba de consolar. “Ay Ay Ay” gritaba mi mamá de dolor. Vi un par de pobres víctimas, víctimas de una mentira, una gran mentira. Cuando vi esa escena sentí una ira como nunca había sentido, una ira de esas con las que uno fantasea metiéndole un tiro al Tony Morris o al Lett. La verdad que no sé cómo describir la ira que sentí. Lloré amargamente sobre el piso, no sé por cuánto tiempo. Por mucho tiempo no pude hablar sin que se me viera la ira en los ojos y se me escuchara en la voz.

Cada vez que mi mamá podía hablar un poco le decía cuánto la quería “mamá como estás de linda hoy, mamá te quiero mucho, mamá que afortunado soy de tenerte como madre” y ella con los ojos emocionados casi sin poder hablar “si mi amor, yo también te quiero mucho mijo”. Era como mi forma de despedirme de ella, que ella me viera feliz como último recuerdo de mí.

Ya se me acercaba el día de mi regreso a EEUU. Ya mi mamá no despertaba, estaba muy débil. Hacía más de un mes de su accidente. Sabía que sería la última vez que la vería. Le hablaba aunque no sabía si me escuchaba. Salí del cuarto donde estaba ella, volteé a mirarla una vez más. Quitar la mirada hacia la madre cuando uno sabe que no la vuelve a ver jamás, es muy duro.

Bajo a la sala de espera del hospital y me despido de mi padre. Yo me estaba quedando donde una prima de parte de mamá. No abrazamos y lloramos. Pero luego, mi papá me pide algo imposible, imposible especialmente en semejantes circunstancias, “mijo, vuelva a la organización por favor”. Hasta ahí llega la watchtower, hasta ese punto llega el control mental.

Al día siguiente regreso a EEUU. A los 5 días recibo una llamada a media noche de mi familia “Tu madre ha muerto”. Al siguiente día estoy otra vez en un vuelo a Bogotá al velorio y entierro. Por mi papá, estuve para el discurso sectario. Fue duro escuchar esa propaganda sectaria donde apenas se mencionó el nombre de mi madre una vez y que se usa como una oportunidad para hacer proselitismo. Mucho menos se mencionó que por culpa de esa secta mi mamá había rehusado una cirugía que muy probablemente la hubiera ayudado. Luego, antes de que se llevaran a mi mamá me paré frente al féretro para tener un momento de silencio y reflexión frente a mi madre. Se me acerca mi padre, yo pensando que me quería acompañar, “hijo, hágame un favor”, “Sí claro papá”, “Vuelva a la organización”, “papá ahora no quiero hablar de eso”. Mi papá con su mente tan adoctrinada me pedía que volviera a la secta que había matado a mi madre.

No culpo a mis viejos por lo que pasó, ellos hicieron lo que la watchtower les convenció que era lo correcto. La watchtower les robó el criterio y el sentido común como a tantos TJ. La culpable del sufrimiento de mi mamá y de que ella rehusara tratamiento es la watchtower. La watchtower y el cuerpo gobernante están untados de mucha sangre, incluso la de mi mamá.

Increíblemente algunas personas, incluso algunos extj, no entienden y creen que fue decisión de mi mamá y por ende no puedo culpar a la secta. Eso es lo que yo llamo el no entender el poder de las sectas y del control mental que ejercen sobre las personas. Es como echarle la culpa a un paciente que se enferma por tomar el medicamento contraindicado porque un médico inepto le receta el medicamento. Sí, la decisión es del paciente tomarse el medicamento, pero la culpa es del médico. Igual, es la watchtower la que convence a la gente de su mentira, mentira que lleva a muchos a la muerte.

La ira intensa me duró un poco más de un año. Poco a poco me he calmado, pero tengo mis momentos.

Después de un mes de la muerte de mamá, asistí a una charla de un extj ante un grupo de ateos en NY. Este extj fue el que me comentó sobre los grupos extj de Facebook. Ni sabía que existía una comunidad extj. Y me alegro de haber encontrado a esta comunidad, me ayudó mucho mientras pasaba por ese primer año desde la muerte de mi madre y he conocido a gente maravillosa.

Gracias por leer mi historia.

Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."
[Imagen: Stargate-extj-gmail-com-icon.png]
Responder
#2

Es una historia que combina dos cosas, por un lado el motivo por el cual él por si solo descubre la fragilidad que se encuentra en la doctrina más importante de los TJs " el falluto establecimiento de un reino celestial y la mentira del nombramiento como pueblo escogido más los ocho magníficos de conducto divino. Quien lea Daniel 4 con atención vera como dice él , algo que yo ya había escrito en uno de mis hilos, Daniel habla del Reino de Nabucodonosor y jamas puede ser eso la representación del reino de dios.

La segunda parte es muy triste, ver como un ser querido sufre hasta la muerte por una orden de estos ocho magníficos con eso de "a Jehova no le gusta" que fácil es engañar a los adeptos introduciéndoles en su mente grabado a fuego que "a Jehová no le gusta que Jehova no quiere" etc.

Una transfusión de sangre es un trasplante de órgano y de ninguna manera es un alimento, por este motivo al paciente se le pone la cantidad exacta de sangre perdida, no para alimentar. La sangre cumple la función de transportar el oxigeno a todas las células del cuerpo incluidas las del cerebro, si  el volumen de sangre en el cuerpo disminuye este transporte se hace deficiente el oxigeno no llega a partes vitales y esto causa la muerte.

Ignorantes porque no estudiáis un poco y dejáis de ASESINAR a criaturas humanas por una doctrina FALSA sin bases Bíblica ( transfusión de sangre no existe este termino en la Biblia) ni científicas.

Interpretación errada de este tratamiento esta asesinado a personas inocentes y ellos siguen tranquilos bebiéndose su whisky y diciendo a Jehova no le gusta.

Daniel
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#3

La leí toda, y hubo una parte en que no pude contener las lágrimas. Sobre todo cuándo la madre decía: mi hijo, mi único hijo. Y es que mi mamá me llama igual cuando la llamo por teléfono. Y en ocasiones aprovecha y me dice: vuelve a Jehová. No sé si alguien haya leído mi presentación, en el foro de presentaciones, pero hace tiempo que ya venía en este proceso. Y apenas hace un mes decidí hablar con los ancianos y decirles mi postura, no quiero ser más tj. Para mis padres fue muy difícil. Yo con 23 años, me ven aún como su bebé. Y soy el único hijo varón de mi mamá. Y ahora con lo de la pandemia, mi papá murió hace una semana y asistí al funeral por zoom. El anciano precursor especial de la congregación me escribió y me dijo: "sé que no es el momento, pero vuelve". Me dió mucha rabia por atreverse a fastidiar en ese preciso momento. Y mi mamá tiene los síntomas actualmente, y me llama a veces preocupada, su preocupación no es tanto porque ahora vivo lejos, sino porque no estoy en la "organización". Aunque no he pasado carta, y no estoy expulsado, no quiero saber ya nada de la organización. Igual como el muchacho de la experiencia, hace tiempo dejé de orar, al principio cerraba los ojos y contaba hasta 10, por no dejar el vicio, pero luego lo dejé. Y también dejé de creer en JEHOVÁ o el dios inventado, primero dejé de creer en la biblia al leer la biblia desenterrada, ya tenía yo muchas dudas con las incongruencias de la biblia, y el relato del génesis que evidencia la cosmovisión del escritor de una tierra plana, eso nunca me había cuadrado en mi mente, pero éste libro fue de mucha ayuda. Y luego ví varios vídeos, sobre todo uno que habla de la historia de Yavé, y aparte je leído muchos libros de la historia del cosmos y del universo, y en ese proceso dejé de creer en Dios. Vivo ahora mi vida a mi manera, no oro a nadie, soy agradecido con los vecinos, y sí aún me cuesta empezar conversaciones con otras personas. Sólo hablo con 3 personas por Whatsapp, porque el resto de mis amigos eran tj. Y en un mes que ya llevo por fuera, y en otro municipio diferente al mío, a 7 horas del Urabá antioqueño, no he podido hacer amistades y menos en esta pandemia. Recuerdo esos momentos cuando me sentía orgulloso de haber "nacido en la verdad"... Y a veces pienso en las  personas que les predicaba y me decían que eso era una secta, y yo trataba de convencerlas de lo contrario. También fuí el hijo del anciano secretario del momento en mi congregación, éramos la "familia modelo", pero de esa "familia modelo" hablaré tal vez otro día dónde había de todo menos felicidad. Sólo una felicidad fingida para los demás. 
En fin, me gustó mucho la experiencia, muchos detalles, y conmovedora, con el tema de la sangre, nunca firmé la dcp, así que creo que no tenga problemas con eso en el futuro, pero ahora que mi papá no está, sí me preocupa mi mamá que es precursora regular y muy muy adoctrinada. 

Un saludo a todos.
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#4

talion, siento mucho lo de tu padre, espero que los síntomas de tu madre pasen pronto sin complicaciones. Sé que la WT lleva el conteo exacto de cuántos contagios y fallecidos hay durante la pandemia, es una lástima que no sea transparente con estos datos.

A mi madre, que también es mayor, trato de cuidarla lo mejor que puedo, pero el otro día me dijo que no teme morir, pero que no quisiera morirse viéndome alejado de "Jehová". Me da tanto mal genio! Como cuenta la experiencia de nuestro amigo, sé que no es mi madre la que habla, es la WT la que lo hace a través de ella, no es más que manipulación.

Un abrazo, estimado, cuídate mucho.

Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."
[Imagen: Stargate-extj-gmail-com-icon.png]
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#5

Creo todas nuestras historias de repiten, una y otra vez, en mi caso tampoco llegó la ayuda divina.

Falta de fe?

Comoquiera que sea el caso, esa tormenta para mi ya paso, no sin antes haber luchado con mis propias creencias y convicciones, solo puedo decir que yo era el que estaba equivocado, en eso los demás tenían razón.

Saludos
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#6

Stargate mis saludos y respeto mi estimado, leí con suma atención la historia que cuelgas que fuerte es la jw de $%&# esta como controla de manera tan eficaz las mentes, casi que sedo a las lagrimas con la historia de la progenitora del amigo, parece que el despertar duele mas si vez a tus amados amarrados por las doctrinas de esta religión/secta/extremista tan dañina ¿y preguntan por que los rusos (famoso rey del norte no se) los persiguen?. Gracias la historia da mis saludos y abrazos a él amigo.

Nota: Siento mucho lo de su madre.
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#7

No había tenido el privilegio de leer este conmovedor relato sino hasta hoy en el bus urbano en el que viajaba hoy por el centro de la ciudad.
En mi caso me llegó, lloré.
En algunos aspectos era como si estuviese relatando yo esas líneas.
El grado de adoctrinamiento y lo gratificante que me sentía con sólo 18 años salir a dar discursos a la provincia de Los Ríos o Manabí. Los constantes halagos que le hacían a mi mamá por ser su hijo espiritual y tan buen hermano, dentro de este grupo organizado claro está.
Espero algún momento poder contactar al autor de la experiencia, al que afrontó estas tormentas que Watchtower hace que existan.

Es bueno y agradable leer las opiniones de ustedes, sus comentarios. Gracias por compartir sus puntos de vistas amigos vadin, Rey de la noche, tailon.

En cuanto a ti, amigo tailon, espero que tu mamá se mantenga con salud estable y la vaya recuperando. Descanse en paz tu señor papá.
Estaré gustoso de leer cuando decidas redactar en otro hilo tu experiencia.

Un abrazo y saludos a todos.
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#8

(28 Jul, 2020, 12:05 AM)Perceptivo escribió:  En cuanto a ti, amigo tailon, espero que tu mamá se mantenga con salud estable y la vaya recuperando. Descanse en paz tu señor papá.
Estaré gustoso de leer cuando decidas redactar en otro hilo tu experiencia.

Un abrazo y saludos a todos.

Saludos, sólo pasaba a informarles que madre ya se encuentra mejor, el resto de mi familia también está ya sin síntomas. Muchas gracias a todos por sus buenos deseos. Feliz resto de día.
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