02 May, 2021, 10:22 AM
“El vertido ilegal de basuras en terrenos municipales se ha convertido en un quebradero de cabeza en Japón. Las patrullas de vigilancia diurnas se ven impotentes ante el problema porque las personas sencillamente arrojan la basura de noche. Pues bien, aprovechando la superstición de la gente, las autoridades locales están erigiendo torii (pórticos de madera roja que semejan las entradas de los santuarios sintoístas) en estos sitios. “El concepto es muy sencillo —explica el periódico IHT Asahi Shimbun—. Se supone que los torii son sagrados y que trae mala suerte tirar basura cerca de ellos.” En efecto, la gente ya no echa desperdicios en estos lugares. “Pero un poco más lejos ya es otro cantar”, añade el periódico”.
Esa fue una de las noticias compartidas en la sección observando el mundo, de la ¡Despertad! De diciembre del 2007 página 29, pero parece que los Sintoístas no son los únicos que se aprovechan del temor de las personas religiosas a lo sagrado…
Desde niño, se me enseñó que el dinero para donaciones voluntarias, destinadas a la cajita del salón del Reino es dinero de Jehová, por culpa de este pensamiento sentía la obligación de no gastarme el dinero que pensaba destinar para este propósito, literal era yo como Sofía de la serie Hazte amigo de Jehová, reteniendo el dinero que pude gastarme en dulces, todo para que Morris se pudiera comprar unas buenas botellas de Whisky.
Pero ¿realmente es de Jehová ese dinero? Hoy no me cabe la menor duda que esa afirmación es un engaño para proteger el dinero, este método de temor es más poderoso entre los hermanos que cualquier sistema de seguridad blindado… pues la mayoría de niños, jóvenes y adultos no querrán “robarle a Jehová”. Como siervo de cuentas siempre mantuve esa actitud de cuidar el dinero de Jehová, y lo mismo le inculqué a quien me reemplazó cuando me dieron otras responsabilidades.
Pude ver también cómo se trata a quienes son descubiertos por hurtar donaciones, aplicándosele el máximo rigor, siendo tratados como Acán, en vez de ser lapidados literalmente, fueron lapidados socialmente, todo por robarle a Jehová.
Con esto no estoy diciendo que esté bien tomar dinero de las donaciones, ni siquiera como un préstamo personal, en realidad el robo de donaciones o su mal uso es igual de reprochable que con el dinero de cualquier otra persona, ¿A Jehová le gusta que usen su dinero para pagar millonarias indemnizaciones para víctimas de abuso sexual?...
El problema es, y será, intimidar a las personas haciéndoles creer que el dinero es de Dios, cuando en realidad es solamente dinero de una organización, similar al de cualquier empresa. Y esto aplica a cualquier iglesia, a cualquier religión. En realidad viendo la historia de la iglesia del siglo primero nos damos cuenta que los sistemas organizados de donación eran la excepción y no la regla... la colecta del Apóstol Pablo cumplió un propósito particular, las donaciones recolectadas por Pedro fueron para ayudar a los hermanos en necesidad. La iglesia primitiva utilizaba el dinero para ayudar a los hermanos en necesidad, ni siquiera los apóstoles reclamaban un salario. ¿Cómo llegamos a este punto en que el dinero para la iglesia se usa en beneficio de cualquier persona excepto los miembros de la iglesia?
Esa fue una de las noticias compartidas en la sección observando el mundo, de la ¡Despertad! De diciembre del 2007 página 29, pero parece que los Sintoístas no son los únicos que se aprovechan del temor de las personas religiosas a lo sagrado…
Desde niño, se me enseñó que el dinero para donaciones voluntarias, destinadas a la cajita del salón del Reino es dinero de Jehová, por culpa de este pensamiento sentía la obligación de no gastarme el dinero que pensaba destinar para este propósito, literal era yo como Sofía de la serie Hazte amigo de Jehová, reteniendo el dinero que pude gastarme en dulces, todo para que Morris se pudiera comprar unas buenas botellas de Whisky.
Pero ¿realmente es de Jehová ese dinero? Hoy no me cabe la menor duda que esa afirmación es un engaño para proteger el dinero, este método de temor es más poderoso entre los hermanos que cualquier sistema de seguridad blindado… pues la mayoría de niños, jóvenes y adultos no querrán “robarle a Jehová”. Como siervo de cuentas siempre mantuve esa actitud de cuidar el dinero de Jehová, y lo mismo le inculqué a quien me reemplazó cuando me dieron otras responsabilidades.
Pude ver también cómo se trata a quienes son descubiertos por hurtar donaciones, aplicándosele el máximo rigor, siendo tratados como Acán, en vez de ser lapidados literalmente, fueron lapidados socialmente, todo por robarle a Jehová.
Con esto no estoy diciendo que esté bien tomar dinero de las donaciones, ni siquiera como un préstamo personal, en realidad el robo de donaciones o su mal uso es igual de reprochable que con el dinero de cualquier otra persona, ¿A Jehová le gusta que usen su dinero para pagar millonarias indemnizaciones para víctimas de abuso sexual?...
El problema es, y será, intimidar a las personas haciéndoles creer que el dinero es de Dios, cuando en realidad es solamente dinero de una organización, similar al de cualquier empresa. Y esto aplica a cualquier iglesia, a cualquier religión. En realidad viendo la historia de la iglesia del siglo primero nos damos cuenta que los sistemas organizados de donación eran la excepción y no la regla... la colecta del Apóstol Pablo cumplió un propósito particular, las donaciones recolectadas por Pedro fueron para ayudar a los hermanos en necesidad. La iglesia primitiva utilizaba el dinero para ayudar a los hermanos en necesidad, ni siquiera los apóstoles reclamaban un salario. ¿Cómo llegamos a este punto en que el dinero para la iglesia se usa en beneficio de cualquier persona excepto los miembros de la iglesia?
