Esta comunidad utiliza cookies
Esta comunidad utiliza cookies para almacenar información de ingreso si eres forista, y tu última visita si no lo eres. Las cookies son pequeños textos almacenados en su computadora; dichas cookies son puestas por este sitio y no posan como riesgo de seguridad. Las cookies rastrean tópicos específicos que usted haya leído. Por favor confirme si acepta o rechaza que estas cookies sean almacenadas.

Una cookie se almacenará en su navegador para prevenir que este aviso salga nuevamente. Usted podrá cambiar este ajuste utilizando el enlace a pie de página.

Copyright authors please see our disclaimer. (March 19, 2021)

Calificación:
  • 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5

Presentación (de nuevo)
#1

Buen día a todas/os:

Hace unos días había subido mi presentación, pero me di cuenta de que todavía contenía detalles que por el momento tal vez no era prudente revelar. Así que decidí editarla y aunque contiene casi lo mismo, he tenido más cuidado al escribir. Supongo que es parte del sentimiento que todos experimentar al escribir por primera vez aquí, el sentirse inseguros, con temores y hasta vigilados.

Agradezco de antemano a todos los que tuvieron tiempo de leer la presentación inicial y comentaron en mi primer hilo. Sois una comunidad bastante hospitalaria con los recién llegados.  Así que sin más preámbulo les dejo mi presentación/historia y espero leer con expectación sus opiniones y comentarios. Es algo larga, os advierto pero, no me salió de otro modo. 

Un saludo afectuoso para todos.

___________________________________________

Vengo de una familia de testigos de Jehová por parte de mi mamá. Mi papá fue testigo un tiempo pero nunca nos dio un buen ejemplo, fue expulsado cuando yo era niño, luego readmitido pero con el tiempo se volvió inactivo y hace muchos años que no se reúne ni nada. Yo me bauticé muy joven, a los 11 años y algunos años después comencé a servir de precursor regular (“privilegio” que tuve por casi 10 años) porque en la congregación hubo por aquella época un boom de hermanos que llamaron a privilegios especiales de servicio (Betel, Circuito, EEM) y yo, tontamente, quería ser como ellos. Me nombraron siervo ministerial al cumplir al mayoría de edad y lo fui por algunos años. Durante ese tiempo participé en campañas de predicación, en departamentos en las asambleas y cualquier oportunidad de servicio que se presentara. Mi meta era servir en Betel, incluso envié solicitudes pero no fui llamado. Por aquella época, mi papá que estaba mal espiritualmente, me empezó a molestar diciéndome que no le gustaba que pasara tanto tiempo en casa, pues cuando terminé el bachillerato planeaba estudiar una carrera técnica que me permitiera dedicarme "al servicio",  pero para ese momento aún no había comenzado dichos estudios y solo me dedicaba al servicio y la congregación. Como no quería que me siguiera molestando, lo confronté y le dije que iba a estudiar la universidad, y que iba a ser el mejor en cualquier cosa que hiciera y que cuando pudiera se lo iba a restregar en la cara (me sentí mal en ese momento porque no le mostré el respeto que le había mostrado siempre, pero había colmado mi paciencia).

Así que logré entrar a la universidad y aunque mi despertar con respecto a la organización no comenzó allí, eso causó que un par de años después estuviera mucho más dedicado a los estudios que a lo espiritual, y a la par también reafirmó algo que yo ya sabía desde hace tiempo: que soy gay. Con el tiempo fui dejando las actividades espirituales, primero el servicio y luego las reuniones. A la par inicié una relación sentimental con un chico que conocí en la facultad y comencé a salir, a llegar tarde a casa o no llegar. Todo en conjunto causó mucha tensión en mi casa y mi papá, curiosamente, fue quien me dijo la típica frase de que la casa no era hotel para llegar a la hora que quisiera. Así que decidí irme de casa, le dije a mi familia que ya no iba a asistir a las reuniones y que no sabía si quería seguir siendo testigo de Jehová, creo que fue algo muy fuerte para ellos, casi como si me hubieran expulsado, aunque con la ventaja de que podíamos seguir en comunicación. Yo nunca confesé nada en la congregación porque en ese momento me daba mucho miedo y vergüenza, simplemente me alejé sin decir nada, así que nunca fui expulsado. En este punto he de decir que hubo situaciones que dejaron entrever a mi familia lo que pasaba conmigo aunque nunca lo hablamos explícitamente.

Poco después me gradué de la universidad con la nota más alta de la facultad, di el discurso de graduación y obtuve honores. Ese día, le recordé a mi papá lo que le había dicho antes. Conseguí trabajo y logre ascender rápidamente hasta tener un buen puesto, pero seguía queriendo más de la vida pues durante mi infancia mi familia tuvo muchas carencias económicas. Posteriormente, solicité una beca para estudiar un posgrado en el extranjero y la obtuve. Dejé mi empleo –para ese tiempo ya no tenía relación sentimental– y en poco tiempo estaba viviendo en otro país. Me sentí mucho más libre que en mi tierra natal y me sentía realizado, convivía con gente de muchos países y me di cuenta de que no solo en la organización puedes conocer gente que sea interesante y que puedan volverse tus amigos. Durante los primeros dos años me dediqué completamente a los estudios porque quería seguir siendo el mejor. A la par conocí a un chico del que me enamoré y comenzamos una relación. Los estudios me llevaron a vivir en tres países diferentes y al final, aunque planeaba volver a mi lugar de origen, ocurrió que en una de las universidades donde había estudiado se abrió una vacante, me la ofrecieron y me quedé con el puesto. Comencé a trabajar, me iba muy bien, incluso pude ayudar a mi familia económicamente desde el extranjero, posteriormente estudié un segundo posgrado pues he de reconocer que me volví ambicioso profesionalmente. Al poco tiempo, el chico con el que estaba me propuso casarnos, pues allá era legal, y aunque hubo momentos en que lo dudé mucho, porque de cierto modo me molestaba la conciencia, terminé aceptando. Al poco tiempo comencé a estudiar un doctorado y seguía trabajando. Mi profesión se volvió mi vida, logré hacer cosas que nunca me imaginé hacer: publicar libros, artículos, dar conferencias, viajar mucho (he visitado unos 60 países), conocí en persona a Angela Merkel, al presidente de mi país y a muchos políticos y embajadores. Logré tener una muy buena posición económica y me sentía feliz en ese momento. De hecho, si se Googlea mi nombre, varias de las primeras páginas de resultados hablan acerca de mí y de lo que he hecho todos estos años. Así que eso me confirmaba que si “te alejas” de la organización no te tiene que ir mal por regla.

Sin embargo, después de unos años de matrimonio, pasó que caimos en la monotonía y nos dimos cuenta de que teníamos metas diferentes en los años venideros, por lo que decidimos terminar. Al principio, sentí que no me afectó tanto, pero después tuve algunos problemas de salud bastante graves y la ruptura comenzó a pasar factura. Me deprimí mucho y las personas con las que convivía con frecuencia se habían ido a otros lugares. Me sentía muy solo y fue entonces que comencé a barajar la posibilidad de regresar a mi país y también a la organización. He de decir que nunca dejé de asistir a la Conmemoración para tener tranquila a la familia, aunque también he de reconocer que ellos nunca me insistieron para regresar ni trataban de convencerme lo cual agradezco. Los problemas de salud persistieron y terminé con una enfermedad crónica, no se puede tener todo en la vida ¿cierto?

En este punto me plantee que no podía, al menos por el momento, seguir viviendo solo pues si necesitaba de algunos cuidados y la depresión se ponía cada vez mas ruda. Por lo que en un momento de debilidad emocional y física, le pedí a Jehová que me ayudara. Me sentía hipócrita haciéndolo, pero fue lo único que se me ocurrió hacer, porque aún sigo creyendo que él existe, aunque no de la manera como la organización lo presenta. Hablé con mi familia y le dije que iba a regresar a mi país y que pensaba que tal vez podía volver a reunirme. Ellos me animaron a ir a las reuniones mientras estuviera aún en el extranjero para que viera "el cuidado de la organización hacia los débiles" y el interés de Jehová en mí. Entonces me armé de valor y por primera vez después de unos 12 años pisé un salón del Reino. He de decir que quedé deslumbrado por la avalancha de amor que me mostraron, nunca conocí una congregación donde se comportaran así, pues aún sin conocerme me trataron muy bien durante todo el tiempo que pasé con ellos. Incluso aún después de darse cuenta de que había algún asunto que atender, porque los ancianos me dijeron que no podría comentar ni participar en la predicación hasta que no arreglara los asuntos de vuelta en mi país. Aún cuando los miembros de la congre se dieron cuenta de esas restricciones, me siguieron tratando igual de bien. Eso fue lo que me hizo bajar las manos poco a poco y pensar que tal vez podía regresar si realmente me lo proponía. Los ancianos me dijeron que la sugerencia más práctica que me podían dar era que volviera a mi país y que arreglara los asuntos con Jehová, también por mi proceso de salud. Así que comencé a hacer los preparativos, vendí mi casa, auto y otras posesiones, renuncié a mi trabajo, cerré todas mis redes sociales y estuve dispuesto a esforzarme por vencer "mi pecado." En aquel momento no me costó trabajo, ahora quizá me arrepiento un poco de haberlo hecho.

Regresé a mi país, y fue difícil comenzar de cero en todo sentido pero gracias a mis antecedentes profesionales conseguí empleo muy rápido, empleo que conservo hasta la fecha y que me ha permitido mantener más o menos el mismo estilo de vida que tenía. Por otro lado, me preocupaba a qué congregación podría llegar. No quería regresar a ninguna en las que había estado cuando era más joven. Pero tengo un amigo que siempre he considerado como familia, a quien ayudé a llegar al bautismo y luego a hacerse precursor y ponerse metas en su momento, cuando éramos más jóvenes. Él sirve como anciano y cuando se enteró que había regresado y las razones, inmediatamente me llamó y me invitó a asistir a la congregación donde estaba. Allí había un cuerpo de ancianos bastante accesible, ellos trataron mi asunto y para mi sorpresa no me sentí juzgado sino comprendido, supongo aún seguía débil por la depresión, la enfermedad y todo, por lo que no me fue difícil aceptar su ayuda y todo lo que dijeron. Además, como para ese momento había pasado ya un buen tiempo desde haber "cometido pecado" y nadie en la congregación me conocía de antes, decidieron darme una censura privada. Yo estaba casi seguro que me iban a expulsar o a censurar públicamente, pero estaba dispuesto a aguantar. Supongo que también influyó que estuviera mi amigo allí Wink.

En pocos meses me levantaron las restricciones, y mi salud mejoró muchísimo. En ese momento, he de confesar, que había puesto mucho empeño en "hacer las cosas bien". Me dediqué a la congregación y mi trabajo solamente, no pensaba en “portarme mal o volver a hacer lo de antes”. Pude comenzar a comentar, a predicar con la congregación y poco a poco a colaborar con ella. Me preparaba súper bien para las reuniones, mis discursos y la predicación, la formación profesional también ayudó a que pudiera hacer las cosas bien sin mucha dificultad. En la congregación había ex betelitas y siempre me decían que tenía madera para Betel lo cual me hacía sentirme bien. Realmente muy pocas personas de las que he conocido en este nuevo episodio de vida saben de mis antecedentes espirituales y académicos. Cuando le llego a contar a alguien lo que hice en estos años fuera de mi país y de como decidí regresar a la organización (omitiendo partes que no quiero compartir), se quedan sorprendidos, pero realmente no me gusta contárselo a la gente, porque siempre estará en su cabeza el típico pensamiento de "sí que logró muchas cosas pero a costa de dejar a Jehová muchos años."

Como tenía ese celo renovado, en un año volví a ser precursor y ganarme el respeto de todos los hermanos. Lo que sí no se me quitó fue el gusto por seguir viajando; me llevé a mi familia a visitar la sede mundial en EEUU, y a visitar varios países pues la verdad es que el empleo que pude obtener nos permite hacerlo con cierta frecuencia. Esa misma inquietud causó que debido a un video de JW pensara en irme unos meses a servir a otro país. Seguí las indicaciones sugeridas para hacerlo y me invitaron a servir a un país con mucha necesidad. Pedí una excedencia en mi empleo y me embarqué a la asignación. "Grave error" porque eso desencadenó todo lo que me ha traído hasta aquí y a comenzar a ver a la organización con un ojo mucho más crítico que antes. Estuve en la asignación desde principios del año pasado y debido a pandemia tuve que quedarme más tiempo. Sucedió que hubo una oleada de "need greaters" (NG), como se les llama a los extranjeros que llegan a apoyar, precisamente por ese video de JW que mencioné. Sin embargo, la mayoría no estaban allí para realmente apoyar, sino para hacer turismo, el 90% se concentró en las congregaciones de inglés y se la pasaban en cenas, comidas, paseando, etc. Eso me decepcionó, pues yo llegué a una congregación de un idioma local y éramos menos de 10 NG mientras que la congregación de inglés de esa misma ciudad tenía 80 y cuando comenzó la cuarentena así como llegaron, desaparecieron. Yo solo pude estar en persona algunos meses con los hermanos, pero la verdad es que lo disfruté. Sin embargo, a diferencia de lo que habían dicho desde JW, era muy difícil predicar a la gente, las congregaciones no estaban nada organizadas, tuvimos que ayudar con ello y con muchas cuestiones operativas. Decidí quedarme más tiempo porque me frustró el hecho de no haber podido hacer más por la pandemia, pero a la vez estaba desilusionado por la actitud de los demás NG y por la poca atención que la organización parece darles a los hermanos allí. También pude aprender bastante bien el idioma porque tomaba clases diario, casualmente con un chico que fue mi alumno cuando trabajé en el extranjero y que es originario de ese país. Sin embargo, esta asignación fue un trampolín a muchas otras cosas al regresar. Cuando regresé, a las pocas semanas, se me pidió considerar la posibilidad de mudarme a otra congregación con mayor necesidad a lo cual accedí y mi familia se mudó conmigo. El chisme de haber ido hasta allá se regó como pólvora y de pronto mucha gente que hasta el momento no me había hablado en años, (testigos que me conocían de joven o a mi familia) me comenzaron a llamar, a enviar mensajes, a felicitarme, etc. Es cierto que en mi país es muy poco común irse tan lejos a servir, y yo creo que lo exótico de la situación (por el país donde estuve) provocó todo esto, pero a mí la verdad es que me molestó mucho por obvias razones, porque mientras estuve inactivo nadie nunca trató de hablar conmigo (a excepción de aquel amigo cercano) y ahora que había sucedido esto, parecía que todos querían ser mis amigos.

He de decir que para este tiempo llevaba ya más de un año leyendo el foro, el cual encontré por casualidad y curiosidad, y mientras mas leo, más consciente estoy de que hay muchas deficiencias y errores en la organización. Como también soy muy crítico y me gusta mucho investigar, me molesta lo mal que se hacen las cosas y el bajo nivel de enseñanza y de actividad en las congregaciones. Poco a poco he ido asimilando más y más información que se ha sugerido aquí y eso ha hecho que quiera ir dejando a la organización de nuevo, porque considero que no es necesario formar parte de ella para ser una buena persona y hacer las cosas bien. También esta lo de "mi pecado", aunque nada ha pasado desde que regresé, reactivé mis redes sociales con nuevas cuentas y algunos contactos del pasado han aparecido por ahí, incluidos personas que muestran un interés de más que amistad hacia mí. Llevo varios meses en la congregación y los hermanos me aprecian mucho, me han dado bastantes responsabilidades y aunque aún no soy nombrado (por lo de la censura privada) pienso que quizá el nombramiento podría estar próximo a llegar pues ya se ha cumplido el tiempo reglamentario y la visita del SC es el mes próximo. 

Si les soy sincero, la verdad es que me estoy empezando a sentir igual que justo antes de decirle a mi familia que ya no iría a las reuniones cuando estaba en la universidad. Supongo que me estoy volviendo PIMO (creo que es el término que se usa), y como muchos aquí, no puedo dejar la organización por el momento principalmente por mi familia, y porque si la dejo quiero que sea en mis términos y cuando yo quiera. Por ahora mi plan es terminar este año de servicio aquí, pero estoy buscando con insistencia un empleo en el extranjero, espero conseguirlo y esa será la excusa perfecta para alejarme de aquí. Con el paso de los meses le he dicho a mi familia que me siento un poco infravalorado en el empleo actual (cosa que no es cierto), que me gustaría poder ir a otro lugar y que quizá ellos con el tiempo pudieran ir a vivir conmigo también. Así que he estado preparándolos de cierta manera, para que en el momento que consiga mi objetivo no los tome por sorpresa. Veo que aquí durante la pandemia muy poco se ha hecho para ayudar a los hermanos desde la congregación y muchos se las ven muy duras por no tener empleo estable y eso me entristece. Como familia hemos ayudado privadamente a varias familias de la congregación, es en estos momentos cuando me siento orgulloso de haberme dedicado tanto a los estudios (a pesar de lo que dice la organización sobre la universidad) y que mi familia no esté pasando necesidad en estos momentos. Eso y otras cosas que siguen acumulándose y que contaré en su momento es lo que me está haciendo tic toc en la cabeza...

Una gran disculpa por el hilo kilométrico (tal vez debí hacerlo en dos partes), pero supongo que me ha servido también de catarsis porque es algo que no le puedo contar a nadie más que ustedes por el momento. Aprovecho el espacio para agradecerles a todos porque con sus publicaciones y comentarios en los diversos hilos han hecho posible que pueda replantearme muchas cosas e investigar por mi cuenta. Seguiré haciéndolo y espero poder llegar a un momento en el que me encuentre satisfecho de nuevo y pueda volver a ser realmente feliz.


Encantado de conocerles por fin Smile
Responder
#2

Sed Bien Venido. Veo que re-publicas tu presentacion original, que acortaste en el hilo original.

Espero vuestras contribuciones al crecimiento del foro.

Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto
[Imagen: 312554928-8634900413188542-2070329703511938974-n.jpg]
Responder
#3

Pues he leído con mucho interés tu presentación y aunque la consideras kilométrica, es muy interesante haber tenido tantas vivencias. Noto una vida muy interesante. Deseo que tomes la mejor decisión.
Los que tenemos a la familia dentro nos resulta muy complicado. Pero lo principal es que ya eres PIMO y esa liberación mental es importante.
Éxitos en tu vida y hasta la liberación!!!!

LA IGNORANCIA ES ATREVIDA 
Responder
#4

Muchas gracias por tu sinceridad y animarte a poder abrir tu corazón y contarnos parte de tu vida, de que pais eres?

...Cuando la ignorancia envidia y critica, la inteligencia observa, escucha y se ríe...
Responder
#5

Hola,
Muy bienvenido compañero,
Leí con interés las dos presentaciones y ambas me gustaron, es muy normal contar los logros por parte de la persona que ha logrado hacer algo en la vida con mucho esfuerzo, la persona que ha salido adelante por sí mismo, pero sin embargo estas informaciones te “delatan”, aunque en mi opinión la mejor manera de liberarse de la secta es SALIR Y YA, claro sin juzgar a ninguna persona porque cada cual tiene sus propias circunstancias.

Esté cómodo aquí, respira profundo, y sigue tu vida como te antoja, porque al cabo y al final TU ERES TU.

Salu2
Responder


Posibles hilos similares…
Hilo / Autor Respuestas Vistas Último mensaje

Salto de foro:


Usuarios navegando en este hilo: 1 invitado(s)