Hace 6 horas
"La sociedad del cansancio":
El Sujeto de Rendimiento y la Autoexplotación
Para Han, la sociedad occidental ha dejado de ser una "sociedad disciplinaria" (como la describía el filósofo Michel Foucault), que funcionaba a través de prohibiciones y deberes impuestos desde fuera (por la familia, la escuela, el Estado). En su lugar, hemos transitado hacia una "sociedad del rendimiento".
El lema de esta nueva sociedad ya no es "debes", sino "puedes".
Aparentemente, esto nos otorga una libertad infinita.
Sin embargo, Han argumenta que esta libertad es una trampa.
El individuo se convierte en su propio jefe y, al mismo tiempo, en su propio esclavo.
La presión ya no viene de un agente externo, sino del interior de uno mismo: la autoexigencia de rendir más, de optimizarse, de ser más productivo y exitoso.
Este es el núcleo de su pensamiento:
"Hoy uno se explota a sí mismo y cree que se está realizando. La violencia ya no viene solo del otro, sino de uno mismo. Es una violencia neuronal".
En resumen, el sujeto de rendimiento se explota voluntariamente creyendo que está ejerciendo su libertad. Esta autoexplotación es mucho más eficiente que la explotación por parte de otros, porque va acompañada de un sentimiento de libertad y autorrealización. El resultado no es la opresión clásica, sino el agotamiento, el burnout y la depresión, que Han considera las enfermedades paradigmáticas de nuestra época. No son fallos individuales, sino las consecuencias lógicas de un sistema que nos empuja a una carrera sin fin contra nosotros mismos. Byung-Chul Han,
Abrazo Grande
El Sujeto de Rendimiento y la Autoexplotación
Para Han, la sociedad occidental ha dejado de ser una "sociedad disciplinaria" (como la describía el filósofo Michel Foucault), que funcionaba a través de prohibiciones y deberes impuestos desde fuera (por la familia, la escuela, el Estado). En su lugar, hemos transitado hacia una "sociedad del rendimiento".
El lema de esta nueva sociedad ya no es "debes", sino "puedes".
Aparentemente, esto nos otorga una libertad infinita.
Sin embargo, Han argumenta que esta libertad es una trampa.
El individuo se convierte en su propio jefe y, al mismo tiempo, en su propio esclavo.
La presión ya no viene de un agente externo, sino del interior de uno mismo: la autoexigencia de rendir más, de optimizarse, de ser más productivo y exitoso.
Este es el núcleo de su pensamiento:
"Hoy uno se explota a sí mismo y cree que se está realizando. La violencia ya no viene solo del otro, sino de uno mismo. Es una violencia neuronal".
En resumen, el sujeto de rendimiento se explota voluntariamente creyendo que está ejerciendo su libertad. Esta autoexplotación es mucho más eficiente que la explotación por parte de otros, porque va acompañada de un sentimiento de libertad y autorrealización. El resultado no es la opresión clásica, sino el agotamiento, el burnout y la depresión, que Han considera las enfermedades paradigmáticas de nuestra época. No son fallos individuales, sino las consecuencias lógicas de un sistema que nos empuja a una carrera sin fin contra nosotros mismos. Byung-Chul Han,
Abrazo Grande