11 Oct, 2018, 07:54 PM
EL LLANTO DE UNA MADRE
La madre está postrada en la cama de un hospital, en extremo delgada, habla en balbuceos y dice cosas que nadie entiende, su mente divaga y en ocasiones se conectan sus neuronas. La van a operar pero sus defensas están muy bajas, la hemoglobina es poca. Los médicos ofrecen una alternativa: Transfusión de sangre. Para ello se requiere las firmas de un acuerdo entre los hijos, cinco en total. Todos arremolinados junto a ella la observan con desenfado y muchas elucubraciones. Alguno con lánguida mirada y alguna idea preocupante ocupado su rostro con un rictus de tal vez simulada inquietud.
-Dicen que tiene casa propia -murmuraba de lejos un amigo de alguien en la familia, a otra persona que estaba en el lugar.
- ¡Sí, seguro!, tiene casa propia- y a renglón seguido-...¿ no ve usted cómo todos la quieren y son solícitos con ella?. Ahí está el detalle. Todos parecen compungidos y más de alguno eleva una petición al cielo, pero solo Dios sabe lo que llevan en sus sentimientos y deseos. A veces, amigo mío, las cosas parecen, pero no son lo que parecen.
- ¿Qué sabe usted?. Suenan irónicas sus palabras, como si no creyera que verdaderamente sufren y están compungidos.
-Verá... amigo mío: Una noticia endulzante o agradable nunca es pasada por la radio, pero una mala acción, una mala obra, mala actitud y peor una mala voluntad llega a oídos del vecino más lejano y no hay distancia que lo impida.
-Perdone Señor... no entiendo, ¿Qué insinúa, trata de decir, infiere o asegura?.
-No insinúo nada. Me consta, que de ese grupo de hermanos y hermanas que usted ve allí supuestamente compungido, reclamando un amor que no profesaron antes, tan solo uno de ellos es dueño de su dolor.
- ¿ Me va usted a decir que cuatro de esos cinco no sienten algo por la condición de su madre y que por lo tanto no están padeciendo las angustias que reflejan?. Me consta que todos son hijos.
-Como si nunca lo hubieran sido. ¿Ve Usted a aquella que hace brotar lágrimas de sus ojos, la que parece más angustiada?. Fue producto del último embarazo, pero nunca ha sido hija del corazón. Es algo responsable que apuró este desenlace y quién sabe si alguna secuela adicional de ello.
-¡Dios!, pero...¿qué dice Usted ... no es algo irrespetuoso con sus palabras?.
-¡No!, en honor a la verdad no lo soy. Conozco esta historia como si la hubiese vivido y Dios sabe que no miento.
-Entonces... ¿porqué está Usted aquí...porqué vino?.
-Estoy aquí por curiosidad, porque me interesa ver hasta dónde llega la hipocresía, cuánto tiempo durará el teatro histriónico de malos hijos y peores hermanos.
-Pero...¿ no dijo Usted que de entre los cinco solo uno es distinto a los demás... a cuál de ellos se refiere?.
-Escuche Usted con atención: La muy compungida de al parecer, la que aparenta estar muy dolida hasta hace poco ahogaba a su madre tapando su nariz, so color de hacerla abrir la boca para meter bocado a regañadientes y con violencia en la boca de su madre. Hasta hace poco, y en presencia de extraños en el hospital ha sido cuestionada por golpear a su madre en la cabeza. Lo peor es que alega ser predicadora de amor como testigo de Jehová y muy entregada al cristianismo. Durante algún tiempo la tuvo con ella, porque su egolatría la ha llevado a pensar y creer que es única heredera. La tuvo porque creía que era fácil atender a una persona enferma con el mal de alzheimer y delirios de persecución con síndrome de pánico. La tuvo, porque hizo todo esfuerzo por mudarse a la casa propiedad de su madre. La Señora madre de esta hija que se proclama servidora de Jehová, valga la redundancia. Ella, la madre, fue testigo de Jehová hasta caer postrada y perdiendo la memoria. Estaba siendo bien atendida, excelentemente bien atendida en un Hospicio pagado con dineros de la renta de su casa alquilada por la que señalo del grupo como hija verdadera y única del corazón, es la que se dedicó muy esforzadamente a cuidarla, atender sus necesidades entre ellas llevarla a todas las citas médicas, gestionar insumos médicos y todo lo que tenía que ver con sus necesidades físicas y en parte espirituales.
Asistida económicamente por quien desde una distancia extranjera y con apenas un compromiso de novios con ella, asumió primero un gasto compartido y luego, ya casados, todo tipo de gastos y gestiones en pro de la salud de la madre, convertida en suegra. El esposo, al ver el sacrificio y los esfuerzos de esta hija le había pedido desde antes, tomara clases de conducción, porque le compraría un auto para que transportara a su madre a todas las citas médicas. Eventualmente, antes de las bodas se llevó a cabo la adquisición del vehículo y él mismo asumió la conducción para ayudarla en toda gestión y compromiso para con la madre. Testigo de todo ello es la propietaria del hospicio en el que fue colocada, que pudo conocer hasta los paseos a lugares cercanos de a pie, a pesar de falencias en una pierna de la hija, y eventualmente con el uso del vehículo llevaron esta excelente hija y madre a citas médicas. Madre mal servida y pagada a la vez por su propios hijos, hoy aquí presentes,incluyendo la cristiana, la testigo de Jehová.
LLANTO DE UNA MADRE
Todo esto en que también estuvo involucrado su esposo era gestión cotidiana, porque incluso la llevaban a su hogar en donde hija y esposo la trataban como a una Reina. Paciente de alzheimer, la madre en sus demencias era posesa de ataques de pánico y con todo ello, repito: hija y esposo cargaban de buenas ganas con todo el asunto concernido. Es más, consideraban terapia para ellos mismos cada viaje, cada gestión al médico, a distintos hospitales y tratamientos.
-Y, ¿qué de los otros cuatro?.
- Durante más de un año brillaron por sus ausencias. No visitaban a la madre en el hospicio, salvo algunas cuatro veces el hijo mayor, y tres veces la menor, la cristiana de dichos y no de hechos, y siempre tras sus intereses. No aportaban nada para los gastos, no la llamaban al teléfono del hospicio ni al de la casa de la hermana y su esposo. Nunca preguntaban por ella, porque estaban cómodos, sin obligaciones, relajados. Pero, paradójicamente la arpía comenzó a tramar el despojo, acusando a la hermana de lucrarse con los dineros de la renta de la casa de la madre. Sin embargo, la casa rentada pagaba tan solo $550,000 pesos. Tan solo en el hospicio pagaban $500,000 y quedaban para otros gastos apenas $50,000 que en alimentos y transportes se diluían en poquísimos días. Todo gasto adicional fue costeado por el esposo de la hija mayor, hija del corazón por ser la única que asumía todos los esfuerzos..
-Me deja Usted pensativo, porque de tan solo pensar lo que me dice, es doloroso.
-¡Sí, pero no es todo!. acusando a la hermana de robo, lucro personal a expensas de los bienes de su madre (renta de la casa) esta joven testigo de Jehová prosiguió su avanzada exigiendo que la hermana pidiera desalojar la casa al inquilino, para que ella, pudiera ocuparla, asumiendo los cuidados de la madre en su propia casa, la de la madre. ¡Vaya!, observe Usted las facciones y el cuerpo de la madre, para que vea con sus propios ojos el maltrato a que fue sometida esa madre por parte de esta persona, que parece que fue la que empujó como por precipicio a la madre en aras de la muerte. No exagero. Muerte al parecer deseada para heredar según cree la casa. Es todo lo que siempre le ha interesado. Para lograrlo, con mentiras infamantes, con engaños, vestida de blanca e inocente paloma, de honrosa cristiana, indispuso a la hermana con sus otros hermanos. De tal suerte, que surgió un contubernio de todo esto. Uno de los varones, el que Usted ve con menos estatura física, se atrevió a exigir al inquilino la entrega y salida de la casa de su madre. Contra todo protocolo de decencia, contra toda disciplina y legalidad, este individuo obligó al inquilino a hacer lo propio. Eventualmente, bajo engaño, la menor sacó a la madre del hospicio y se la llevó como base de fuerza mayor por un tiempo.
Y, como carece de decoro, amor propio y del carisma de amor por su madre, en poco tiempo quiso recluirla en un manicomio declarandola loca. Es, que con una persona enferma de alzheimer, síndrome de ataques de pánicos, solo una verdadera amorosa hija podría llevar la carga. Esta joven de menor edad, desde que tomó posesión de la casa y de la madre le quitó a esta medicamentos efectivos y no he podido pensar otra cosa que no fuera por el deseo de apurar un desenlace. Luego, como no le resultó fácil cuidar a su madre y fungiendo de víctima de dolores artríticos, convenció a sus hermanos de llevarla a un hospicio cosa que por desidia voluntaria hicieron. Tan pronto la llevó al hospicio la abandonó a su suerte y se mudó a otro pueblo relativamente lejano. Al parecer, por falta de cuidados en el hospicio, sufrió una caída y quemaduras; se fracturó el hueso fémur de una pierna y por eso la ve Usted aquí recluida, sin hemoglobina para soportar una operación que es lo que procede para reparar el daño. Por ello la trajeron a este hospital. Solo una amorosa verdadera hija repito: podría con la carga. Esta arpía de marras, no es esa clase de hija.
La hija verdadera, la despreciada, decidió dejar espacio para que los del contubernio asumieran sus responsabilidades. De todas maneras, cuando supo lo del accidente comenzó a visitarla. Esto es solo parte de la historia amigo mío, pero creo que esto no termina aquí, ni siquiera con la nefasta partida de la madre. Ahí está la herencia confundida entre la angustia y el dolor de la que tiene el mayor interés en todo esto. Ahí está la herencia obligando gritos de atormentados. Ahora, hoy, comienzan las tramas nuevas para el despojo, el reparto. Por esa curiosidad he venido a ver la farsa. Sin embargo, gracias a un Dios de justicia, se va descorriendo el velo de una verdad oculta y disfrazada de bondad. Hoy les piden a todos el permiso de transfusión y el cinismo ha querido imponerse, porque la cristiana del hábito aunque no es monja, pretende el traje, asqueando al faisán por deseado. Ahora se viste de víctima pero se cuida de ocultar lo que verdaderamente siente y vive. Cualquier parecido con hechos y circunstancias reales... ¡no es una coincidencia!.
Todo esto en que también estuvo involucrado su esposo era gestión cotidiana, porque incluso la llevaban a su hogar en donde hija y esposo la trataban como a una Reina. Paciente de alzheimer, la madre en sus demencias era posesa de ataques de pánico y con todo ello, repito: hija y esposo cargaban de buenas ganas con todo el asunto concernido. Es más, consideraban terapia para ellos mismos cada viaje, cada gestión al médico, a distintos hospitales y tratamientos.
-Y, ¿qué de los otros cuatro?.
- Durante más de un año brillaron por sus ausencias. No visitaban a la madre en el hospicio, salvo algunas cuatro veces el hijo mayor, y tres veces la menor, la cristiana de dichos y no de hechos, y siempre tras sus intereses. No aportaban nada para los gastos, no la llamaban al teléfono del hospicio ni al de la casa de la hermana y su esposo. Nunca preguntaban por ella, porque estaban cómodos, sin obligaciones, relajados. Pero, paradójicamente la arpía comenzó a tramar el despojo, acusando a la hermana de lucrarse con los dineros de la renta de la casa de la madre. Sin embargo, la casa rentada pagaba tan solo $550,000 pesos. Tan solo en el hospicio pagaban $500,000 y quedaban para otros gastos apenas $50,000 que en alimentos y transportes se diluían en poquísimos días. Todo gasto adicional fue costeado por el esposo de la hija mayor, hija del corazón por ser la única que asumía todos los esfuerzos..
-Me deja Usted pensativo, porque de tan solo pensar lo que me dice, es doloroso.
-¡Sí, pero no es todo!. acusando a la hermana de robo, lucro personal a expensas de los bienes de su madre (renta de la casa) esta joven testigo de Jehová prosiguió su avanzada exigiendo que la hermana pidiera desalojar la casa al inquilino, para que ella, pudiera ocuparla, asumiendo los cuidados de la madre en su propia casa, la de la madre. ¡Vaya!, observe Usted las facciones y el cuerpo de la madre, para que vea con sus propios ojos el maltrato a que fue sometida esa madre por parte de esta persona, que parece que fue la que empujó como por precipicio a la madre en aras de la muerte. No exagero. Muerte al parecer deseada para heredar según cree la casa. Es todo lo que siempre le ha interesado. Para lograrlo, con mentiras infamantes, con engaños, vestida de blanca e inocente paloma, de honrosa cristiana, indispuso a la hermana con sus otros hermanos. De tal suerte, que surgió un contubernio de todo esto. Uno de los varones, el que Usted ve con menos estatura física, se atrevió a exigir al inquilino la entrega y salida de la casa de su madre. Contra todo protocolo de decencia, contra toda disciplina y legalidad, este individuo obligó al inquilino a hacer lo propio. Eventualmente, bajo engaño, la menor sacó a la madre del hospicio y se la llevó como base de fuerza mayor por un tiempo.
Y, como carece de decoro, amor propio y del carisma de amor por su madre, en poco tiempo quiso recluirla en un manicomio declarandola loca. Es, que con una persona enferma de alzheimer, síndrome de ataques de pánicos, solo una verdadera amorosa hija podría llevar la carga. Esta joven de menor edad, desde que tomó posesión de la casa y de la madre le quitó a esta medicamentos efectivos y no he podido pensar otra cosa que no fuera por el deseo de apurar un desenlace. Luego, como no le resultó fácil cuidar a su madre y fungiendo de víctima de dolores artríticos, convenció a sus hermanos de llevarla a un hospicio cosa que por desidia voluntaria hicieron. Tan pronto la llevó al hospicio la abandonó a su suerte y se mudó a otro pueblo relativamente lejano. Al parecer, por falta de cuidados en el hospicio, sufrió una caída y quemaduras; se fracturó el hueso fémur de una pierna y por eso la ve Usted aquí recluida, sin hemoglobina para soportar una operación que es lo que procede para reparar el daño. Por ello la trajeron a este hospital. Solo una amorosa verdadera hija repito: podría con la carga. Esta arpía de marras, no es esa clase de hija.
La hija verdadera, la despreciada, decidió dejar espacio para que los del contubernio asumieran sus responsabilidades. De todas maneras, cuando supo lo del accidente comenzó a visitarla. Esto es solo parte de la historia amigo mío, pero creo que esto no termina aquí, ni siquiera con la nefasta partida de la madre. Ahí está la herencia confundida entre la angustia y el dolor de la que tiene el mayor interés en todo esto. Ahí está la herencia obligando gritos de atormentados. Ahora, hoy, comienzan las tramas nuevas para el despojo, el reparto. Por esa curiosidad he venido a ver la farsa. Sin embargo, gracias a un Dios de justicia, se va descorriendo el velo de una verdad oculta y disfrazada de bondad. Hoy les piden a todos el permiso de transfusión y el cinismo ha querido imponerse, porque la cristiana del hábito aunque no es monja, pretende el traje, asqueando al faisán por deseado. Ahora se viste de víctima pero se cuida de ocultar lo que verdaderamente siente y vive. Cualquier parecido con hechos y circunstancias reales... ¡no es una coincidencia!.