08 Jul, 2024, 11:07 AM
Buenas noches, me presento como Victima y Victimario. Llevo muchos años leyendo el foro sin participar, en realidad no me atrevía, incluso ahora tengo temor de doxearme.
Mi despertar a sido lento, pero constante. Recuerdo a un amigo varios años mayor en los que, siendo yo un adolescente, me habló sobre algo que no entendí: La disonancia cognitiva. No recuerdo lo que me dijo pero ese concepto quedó clavado en mi y con el tiempo, cuando los primeros ruidos comenzaron a aparecer entendí a lo que se refería. Amigo, estés donde estés siempre te llevaré en mi corazón.
Fueron solo los sucesos de estos últimos años los que me ha llevado a perder el miedo a conversar con ustedes, al entender que ustedes y yo somos lo mismo. No los apóstatas, cuya sola visión de uno hace que se erice la piel de hasta el testigo menos programado. Lo que somos lo descubrí hace unas semanas, cuando escuché el podcast "expulsados del paraíso". Todos somos, fuimos o estamos siendo víctimas.
Aceptar esa verdad no ha sido fácil y este es uno de los propósitos por los que me he animado a registrarme en el foro. Esa presión interna hay que botarla por un lado y había comenzado a hacerlo con mi familia, la cual no está preparada en lo absoluto.
En los pasados años ya me estaba ocurriendo que cuando la organización hablaba sobre protegerse de la falsa información, de los que quieren engañarnos, los que quieren que quieren que perdamos nuestra identidad, terminaba pensando en la misma organización de la que hay que protegerse. Los estudios de La Atalaya se han convertido en un llamado constante a protegernos de ella misma.
También soy victimario. No había preparado nunca un bosquejo tan bien como lo he hecho en estos últimos dos años. Es fácil subirse a la plataforma y recitar durante 30 minutos el bosquejo precocido. Lo difícil es adaptarlo para que lo que salga de mi boca sea lo que de verdad yo creo, en buena conciencia y no la conciencia colectiva que me han impuesto. Lamento mucho no haberle tomado el peso cuando, de forma tan ligera, le hacia preguntas de bautismo a menores de edad, a los mismos menores a los cuales, desde la plataforma, les decía que no estaban preparados para asumir la responsabilidad de un noviazgo. Vaya disonancia cognitiva. Hay cosas que como anciano ya no hago, he aprendido a decir que no excusándome en mi conciencia y, cuando me piden argumentos, les cito Salmos 73:15 como razón para no explicarles. Es mi deseo que tú, coanciano que lees esto, también aprendas a decir que no sin sentirte responsable de dar razones.
No puedo salirme de la secta, probablemente nunca lo haga. Estoy reconstruyendo mi fe en la Biblia y sus promesas y enseñando a mi familia a hacer lo mismo. Nada me daría mas alegría que mis hijos pudieran ser libres de tomar la decisión que quieran en la vida, de manera informada y libre de coacción al no darles las herramientas para que puedan volar, si lo desean. Y con orgullo cuento que estoy trabajando bien en eso.
Me hizo mucho sentido el podcast que mencioné anteriormente. En una parte, un miembro de la Asociación española de victimas dijo que no deseaban la destrucción de los Testigos de Jehová, sino que el ingreso y la salida libre, sin coacciones como lo es el ostracismo familiar. En esas palabras encontré el sentido de mis propios sentimientos.
Gracias por leerme y por darse todo el trabajo de seguir dando la pelea.
Mi despertar a sido lento, pero constante. Recuerdo a un amigo varios años mayor en los que, siendo yo un adolescente, me habló sobre algo que no entendí: La disonancia cognitiva. No recuerdo lo que me dijo pero ese concepto quedó clavado en mi y con el tiempo, cuando los primeros ruidos comenzaron a aparecer entendí a lo que se refería. Amigo, estés donde estés siempre te llevaré en mi corazón.
Fueron solo los sucesos de estos últimos años los que me ha llevado a perder el miedo a conversar con ustedes, al entender que ustedes y yo somos lo mismo. No los apóstatas, cuya sola visión de uno hace que se erice la piel de hasta el testigo menos programado. Lo que somos lo descubrí hace unas semanas, cuando escuché el podcast "expulsados del paraíso". Todos somos, fuimos o estamos siendo víctimas.
Aceptar esa verdad no ha sido fácil y este es uno de los propósitos por los que me he animado a registrarme en el foro. Esa presión interna hay que botarla por un lado y había comenzado a hacerlo con mi familia, la cual no está preparada en lo absoluto.
En los pasados años ya me estaba ocurriendo que cuando la organización hablaba sobre protegerse de la falsa información, de los que quieren engañarnos, los que quieren que quieren que perdamos nuestra identidad, terminaba pensando en la misma organización de la que hay que protegerse. Los estudios de La Atalaya se han convertido en un llamado constante a protegernos de ella misma.
También soy victimario. No había preparado nunca un bosquejo tan bien como lo he hecho en estos últimos dos años. Es fácil subirse a la plataforma y recitar durante 30 minutos el bosquejo precocido. Lo difícil es adaptarlo para que lo que salga de mi boca sea lo que de verdad yo creo, en buena conciencia y no la conciencia colectiva que me han impuesto. Lamento mucho no haberle tomado el peso cuando, de forma tan ligera, le hacia preguntas de bautismo a menores de edad, a los mismos menores a los cuales, desde la plataforma, les decía que no estaban preparados para asumir la responsabilidad de un noviazgo. Vaya disonancia cognitiva. Hay cosas que como anciano ya no hago, he aprendido a decir que no excusándome en mi conciencia y, cuando me piden argumentos, les cito Salmos 73:15 como razón para no explicarles. Es mi deseo que tú, coanciano que lees esto, también aprendas a decir que no sin sentirte responsable de dar razones.
No puedo salirme de la secta, probablemente nunca lo haga. Estoy reconstruyendo mi fe en la Biblia y sus promesas y enseñando a mi familia a hacer lo mismo. Nada me daría mas alegría que mis hijos pudieran ser libres de tomar la decisión que quieran en la vida, de manera informada y libre de coacción al no darles las herramientas para que puedan volar, si lo desean. Y con orgullo cuento que estoy trabajando bien en eso.
Me hizo mucho sentido el podcast que mencioné anteriormente. En una parte, un miembro de la Asociación española de victimas dijo que no deseaban la destrucción de los Testigos de Jehová, sino que el ingreso y la salida libre, sin coacciones como lo es el ostracismo familiar. En esas palabras encontré el sentido de mis propios sentimientos.
Gracias por leerme y por darse todo el trabajo de seguir dando la pelea.