05 Mar, 2024, 12:59 PM
La leyenda de esta isla se ha propagado de boca en boca por los habitantes y visitantes, convirtiéndose en un atractivo turístico más de CDMX. Como suele suceder con este tipo de narraciones existen diversas variantes de la historia, aunque la esencia permanece.
Se dice que un comerciante de esta zona, conocido como “Don Julián” en uno de los recorridos en su chinampa se percató de que en la orilla del lago yacía el cuerpo de una niña. Desesperado, trató de reanimarla en múltiples intentos que resultaron inservibles, pues la pequeña ya había perdido la vida.
Luego de este suceso, Don Julián se sentía constantemente intranquilo y atormentado, lo que lo hacía asegurar que el espíritu de la niña se encontraba atrapado en su chinampa.
Preocupado por encontrar una solución, al hombre se le ocurrió colgar un par de muñecas para intentar ahuyentar las energías. Conforme pasaba el tiempo, Don Julián comenzó a recoger todas las muñecas que encontraba a su paso y recorridos, mismas que colgaba en la isla , hasta convertirla en el sitio que hoy en día conocemos. Es decir, una pequeña chinampa que en teoría podría recorrerse en 10 minutos, pero que se encuentra repleta de cientos de muñecas con aspecto tétrico; la mayoría están rotas, sucias o despeinadas.
Como consecuencia de la preocupación que le causaba la idea de que cada muñeca estaba poseída por un espíritu diferente, el hombre fue perdiendo contacto con el mundo exterior, hasta que decidió habitar la isla de manera permanente. Se transformó en una persona solitaria y ermitaña, lo que dio paso a otro rumor entre quienes lo conocían: quien realmente estaba poseído era él, lo que provocó que en definitiva todos se mantuvieran alejados de la isla y dejaran de intentar tener contacto con el hombre.
No se sabe exactamente cuántos años Don Julián vivió así, y solo se volvió a tener noticias del habitante de la isla hasta que su cuerpo fue hallado justamente en el mismo lugar donde tiempo atrás había descubierto el cuerpo de la niña. Algunos dicen que la culpa por no haber podido salvar a la pequeña lo hizo enloquecer, y como modo de ofrenda le regalaba esas muñecas . Mientras que un relato de la página de Xochimilco cuenta que estos artículos eran más bien para mejorar las cosechas.
Tras el trágico final del comerciante, la isla comenzó a ser concurrida por curiosos que deseaban ver cómo era que vivía “el señor de las muñecas”, y progresivamente se convirtió en un destino muy popular, al que acuden diariamente turistas nacionales y extranjeros que quieren conocer la leyenda de la famosa Isla de las Muñecas .
Hoy en día se pueden contar 2 mil 500 muñecas, y los turistas siguen trayendo donaciones propias. “Agustina” era la favorita de don Julián; tiene un pequeño altar con una mini trajinera como adorno. A veces la gente deja regalitos, como pequeñas pulseras, con la intención de dejar las malas energías ahí.
Referencias:
https://www.eluniversal.com.mx/destinos/...xochimilco
https://aimeepadilla.com.mx/2024/02/28/l...ochimilco/
https://aimeepadilla.com.mx/
And one day the girl with the books, became the woman writing them [Kristen Costello]