(02 Feb, 2022, 08:28 PM)Guts_Berserk escribió: Me presento, soy un joven "testigo de Jehová" de 25 Años
La verdad últimamente he estado pensando en mis decisiones y en si no he cometido demasiados errores.
Por favor dediquen un poco de su tiempo a leerme y darme algún consejo u observación.
Mi historia como TJ comenzó cuando era niño y me llevaban a las reuniones, pero alrededor de los 12 años fue cuando me hice publicador, todo gracias a un precursor y siervo ministerial que se hizo mi "amigo".
A los 14 llegué a bautizarme en una asamblea de distrito. Pero sentía que algo no estaba bien, no estaba satisfecho con mis acciones. Sin embargo, mi progreso espiritual era excelente: de inmediato emprendí el precursorado regular, con el tiempo fui siervo ministerial y contaba con el apoyo de los ancianos y el resto de la congregación. Pero, algo desagradable pasó.
Debido a ciertas circunstancias sufrí un abuso sexual, ya siendo mayor de edad... en ese momento no supe qué hacer, me culpé, intenté suicidarme, caí en depresión, ansiedad... y no encontré a nadie en quién confiar y pedir ayuda. Intenté con una psicóloga pero fue mucho peor, así que luego de pensarlo demasiado cometí el peor error que puede hacer un siervo de Dios 8) así es, acudir con los ancianos.
Fue tan... no sé, no hay una palabra para describir lo que sentí en esos momentos. A ese anciano lo consideraba un amigo, debido a que creía que me apreciaba sinceramente, así que entre lágrimas y sollozos le confesé lo que había pasado.
Esperaba que me diera un abrazo, que me dijera que todo estaba bien, que me apreciaba y que me quería. Pero no pasó nada de eso, su única respuesta fue: tenemos que hablar con el superintendente de circuito. En esos momentos me sentí peor, confesarle esto ahora a otra persona... pero ya no había marcha atrás, ya la había [palabra malsonante].
La siguiente conversación donde estábamos los 3 fue peor, ese nuevo hermano superintendente comenzó a hacer preguntas hirientes, juzgándome y mostrando una cara de asco mientras me observaba, preguntas como: "eres homosexual?", "disfrutaste mientras tocaba tu pene?", "estabas exitado y eyaculaste?", "te gustó lo que te hizo?"... no lo podía creer, por qué hizo eso? Aun tengo recuerdos de ese terrible día, sobre todo su cara, no puedo sacarla de mi mente y rompo a llorar.
Luego siguieron más y más reuniones, con más ancianos para ver qué se podía hacer. Afortunadamente, ninguna de esas fue considerada comité judicial (o eso dijeron) y me dictaminaron "inocente". Seguí conservando los privilegios y todo ese rollo. Pero, en mi interior quedé destrozado. Cuando comenzó la pandemia decidí alejarme poco a poco, dejé de ser ministerial, precursor y de vez en cuando me conecto a las reuniones, pero me considero un PIMO.
Solo lo hago para no perder el apoyo de mis padres.
Siento que perdí demasiado tiempo de mi juventud estando ahí dentro: no tuve amigos, ni novia, no fui a fiestas, ni a pasear, convivir, ni nada... aun soy medio joven, pero en esta pandemia no quedan ganas de nada. Mi apariencia cambió un poco, la barba siempre me ha encantado, pero nunca podía dejármela por ser "hermano", ahora ya es parte de mi vida jaja. También entré a la universidad y ahora es como un sustento más. Pero, de vez en cuando siento que ya nada tiene sentido o solución.
¿Podrían darme un consejo sobre cómo proceder?
Gracias de antemano por su atención!
Hola
Guts_Berserk, me registré hace poco, y no pude menos que conmoverme al leer tu experiencia.
Sé que han pasado un par de años, espero que ya te encuentres mucho mejor, ha terminado la pandemia y de seguro ya pudiste salir a hacer algunas de las cosas que deseabas hacer. Ahora la barba ya está permitida, puedes usarla con tranquilidad. Me gustaría que contaras cómo siguió tu vida y si ya has podido superar tu mala experiencia.
No hay duda de que uno de los peores errores es contarle algo tan íntimo y delicado a ancianos que no tienen ninguna capacitación a tratar casos como el tuyo. Es como ir a ellos luego de sufrir un infarto, obvio que no sabrán que hacer salvo que alguno excepcionalmente fuera médico, pero no es el caso, la "ayuda espiritual" no te puede ayudar en esos casos y tampoco ante un abuso.
Sabes, llevo varios años como Tj e incluso antes de despertar, siempre cuestioné las preguntas incómodas y fuera de lugar que te hacen los ancianos en los comités cuando son de índole sexual, no pasé por uno pero tuve amigos que sí y me contaron: "La peor experiencia de tu vida". Dicen que no fue en tu caso, pero esas preguntas daban la impresión que sí, o sea fue el mismo calvario. Por lo menos, te sirvió para aprender por mala experiencia, que no se puede contar cosas delicadas a alguien tan solo por tener un cartelito de "anciano" en la frente. ¿Y si a ese anciano justo lo removían al poco tiempo? Entonces quería decir que no calificaba para atender tu caso. Lo supiste tarde. ¿Quién se hace cargo del daño que te produjeron? Nadie, a apechugarla solo.
Ojalá ya todo sólo sea un mal recuerdo en tu pasado.
Un abrazo grande.