23 Oct, 2024, 10:52 AM
Hola, hoy quiero compartir que hace dos semanas renuncié a mi privilegio de siervo ministerial en la congregación. Aproveché la visita, redacté una carta y me citaron para hablar conmigo. Les cuento a detalle lo que pasó.
El motivo de mi renuncia fue porque ya no me sentía cómodo estando allí. No tuvo que ver con las creencias, sino con la disposición de mi tiempo personal. El motivo fue netamente personal y no por algún desacuerdo con las creencias, sino porque me quitaba mucho tiempo.
Fueron varios años los que duré como siervo ministerial, y se insinuaba que podía ser anciano. Sin embargo, hice lo necesario para no lograrlo, ya que algunos ancianos eran bastante tiranos con los hermanos. Pero, repito, ese no fue el principal motivo de mi renuncia. Tuve momentos agridulces: algunos hermanos me elogiaban por los discursos que presentaba, pero también enfrenté situaciones difíciles con hermanos envidiosos que esperaban perfección. Aprovechaban cualquier error mío para recriminarme y decir que eso no se esperaba de un siervo nombrado.
Ya tenía tiempo pensando en renunciar, pero no me animaba. Me di cuenta de que no podía hacer cosas que otros jóvenes de mi edad sí hacían. No fue una decisión repentina; me tomó tiempo llegar a esta conclusión.
No le conté a nadie más que en este foro sobre la presión y las altas expectativas que la congregación, y sobre todo los ancianos, ponían sobre mí como siervo ministerial. El día de la reunión con el siervo viajante, trataron de persuadirme para que no renunciara, diciendo que me necesitaban y que me bajarían las responsabilidades. Afortunadamente, no insistieron mucho y me animaron a reconsiderar en el futuro. Sin embargo, no acepté.
Los que sí reaccionaron fuertemente fueron mis familiares. Incluso, una hermana que tengo se desmayó y luego me dijo groserías, pero creo que ya lo asimilaron. Durante unos días me trataron como si estuviera expulsado, pero poco a poco volvieron a hablarme.
Me siento tranquilo y en paz sabiendo que ahora podré disponer de mi tiempo. Es como si me hubiera quitado una piedra de encima, y créanme que es un alivio. Ahora puedo hacer muchas más cosas, porque ser nombrado implica estar disponible 24/7, sí o sí.
Mi plan es seguir en la organización. Como mencioné antes, mi decisión no tiene que ver con debatir las creencias, pero ya no aceptaré más responsabilidades en plataforma, más allá de ayudar con los micrófonos, y cosas así. No quiero distanciarme por mi familia, pero mientras tanto, disfrutaré de este momento.
Saludos a todos.
El motivo de mi renuncia fue porque ya no me sentía cómodo estando allí. No tuvo que ver con las creencias, sino con la disposición de mi tiempo personal. El motivo fue netamente personal y no por algún desacuerdo con las creencias, sino porque me quitaba mucho tiempo.
Fueron varios años los que duré como siervo ministerial, y se insinuaba que podía ser anciano. Sin embargo, hice lo necesario para no lograrlo, ya que algunos ancianos eran bastante tiranos con los hermanos. Pero, repito, ese no fue el principal motivo de mi renuncia. Tuve momentos agridulces: algunos hermanos me elogiaban por los discursos que presentaba, pero también enfrenté situaciones difíciles con hermanos envidiosos que esperaban perfección. Aprovechaban cualquier error mío para recriminarme y decir que eso no se esperaba de un siervo nombrado.
Ya tenía tiempo pensando en renunciar, pero no me animaba. Me di cuenta de que no podía hacer cosas que otros jóvenes de mi edad sí hacían. No fue una decisión repentina; me tomó tiempo llegar a esta conclusión.
No le conté a nadie más que en este foro sobre la presión y las altas expectativas que la congregación, y sobre todo los ancianos, ponían sobre mí como siervo ministerial. El día de la reunión con el siervo viajante, trataron de persuadirme para que no renunciara, diciendo que me necesitaban y que me bajarían las responsabilidades. Afortunadamente, no insistieron mucho y me animaron a reconsiderar en el futuro. Sin embargo, no acepté.
Los que sí reaccionaron fuertemente fueron mis familiares. Incluso, una hermana que tengo se desmayó y luego me dijo groserías, pero creo que ya lo asimilaron. Durante unos días me trataron como si estuviera expulsado, pero poco a poco volvieron a hablarme.
Me siento tranquilo y en paz sabiendo que ahora podré disponer de mi tiempo. Es como si me hubiera quitado una piedra de encima, y créanme que es un alivio. Ahora puedo hacer muchas más cosas, porque ser nombrado implica estar disponible 24/7, sí o sí.
Mi plan es seguir en la organización. Como mencioné antes, mi decisión no tiene que ver con debatir las creencias, pero ya no aceptaré más responsabilidades en plataforma, más allá de ayudar con los micrófonos, y cosas así. No quiero distanciarme por mi familia, pero mientras tanto, disfrutaré de este momento.
Saludos a todos.