Ayer, 11:57 AM
Soy creyente, pero no a la manera de las religiones, por lo que una de las cosas que más me molestaban cuando estudiaba con los testigos era que dios tenía un nombre. Era necesario distinguir a dios de otros dioses. El discurso de ellos ya lo se, aunque nunca me convenció.
Ponerle nombre a las cosas es, posiblemente necesario; por ejemplo en las enfermedades o en los sentimientos. Ponerle nombre puede resultar útil para entender lo que sufrimos o lo que sentimos y por lo tanto saber, más o menos, como afrontarlo.
Pero hay situaciones...sentimientos...vivencias que si les ponemos nombre le quitamos parte de su esencia.
No sé explicarlo de otra manera...
Mirando una flor, un testigo me dijo: "que preciosidad, las cosas maravillosas que hace Jehova para nosotros...".
En ese momento...todo a mi alrededor perdió el encanto...ya no 'vi' la flor...sino que me perdí en malos pensamientos...
La belleza, la Naturaleza ya tiene su 'magia'...por si solas hacen que nos sintamos mejor...y llevar la atencion hacia dios no le hace ningun favor. Ni a dios ni a nadie.
Ponerle nombre a dios es como 'separarlo' de todo lo que existe; es como levantar una valla alrededor.
Las palabras tienen historias, y las historias tienen memoria y creencias...y empezamos a juzgar sin prestar atencion a lo que realmente sentimos.
Mirar una flor como si fuera la primera vez...y se convierte en 'la flor'...pero cuando la nombramos: "una rosa"...la hemos limitado a ser solo una rosa.
Krishnamurti ya lo dijo mejor que yo:
"La verdadera libertad comienza cuando la mente deja de nombrar y simplemente observa".
Un dios sin nombre es un dios de todos.
Ponerle nombre a las cosas es, posiblemente necesario; por ejemplo en las enfermedades o en los sentimientos. Ponerle nombre puede resultar útil para entender lo que sufrimos o lo que sentimos y por lo tanto saber, más o menos, como afrontarlo.
Pero hay situaciones...sentimientos...vivencias que si les ponemos nombre le quitamos parte de su esencia.
No sé explicarlo de otra manera...
Mirando una flor, un testigo me dijo: "que preciosidad, las cosas maravillosas que hace Jehova para nosotros...".
En ese momento...todo a mi alrededor perdió el encanto...ya no 'vi' la flor...sino que me perdí en malos pensamientos...
La belleza, la Naturaleza ya tiene su 'magia'...por si solas hacen que nos sintamos mejor...y llevar la atencion hacia dios no le hace ningun favor. Ni a dios ni a nadie.
Ponerle nombre a dios es como 'separarlo' de todo lo que existe; es como levantar una valla alrededor.
Las palabras tienen historias, y las historias tienen memoria y creencias...y empezamos a juzgar sin prestar atencion a lo que realmente sentimos.
Mirar una flor como si fuera la primera vez...y se convierte en 'la flor'...pero cuando la nombramos: "una rosa"...la hemos limitado a ser solo una rosa.
Krishnamurti ya lo dijo mejor que yo:
"La verdadera libertad comienza cuando la mente deja de nombrar y simplemente observa".
Un dios sin nombre es un dios de todos.
"¿Y de que sirve hablar, si ya sabes que los demás no sienten lo que sientes?"