29 Mar, 2018, 12:43 PM
Ya en otro hilo comenté que el discurso del año pasado fue descorazonador para mí, el exponente se la pasó alabando al resto ungido y dió más gracias a Jehová por tenerlos en la tierra que por el sacrificio de Jesús. Fue como despertar del hipnotismo (o idiotismo pa´más claro), desde el mes de enero abordé al secretario para pedir el privilegio de comprar las flores (fíjense nomás, una rogando por dar dinero, ay no!) según las flores estaban asignadas a tres precursoras amigas del coordinador, a la mera hora una semana antes del día me agarra el coordinador y me dice " hermana, sabe? las precursoras andan algo apretadas de dinero y nos gustaría darle el privilegio de cooperar para su asignación, gracias por la disposición la encomiamos a ser generosa". Yo sin malas intenciones o rencores dí una suma monetaria suficiente para un buen arreglo. Seguí la lectura semanal que el texto diario manda y fui a la reunión contenta por la ocasión, "la cena del Señor, el nuevo pacto, nosotros no participamos, somos amigos de Jehová, el resto ungido hijos espirituales sin pecado, gracias por el privilegio de trabajar hombro a hombro con ellos, son la falda del judío, tienen la verdad de la adoración pura, sin ellos no sabríamos qué hacer ni cómo adorar..." entre más hablaba más feo sentía, hablaron muy poco de Jesucristo y mucho del resto ungido, cuando tuve el pan y luego el vino entre mis manos sentí que algo se había roto y suena bobo pero era mi corazón. Las tres precursoras compraron el arreglo más miserable que he visto al parecer gastaron la mitad de mi aporte $, se tomaron fotos con todos y el coordinador ni siquiera me saludó. Salí muy triste, desde ahí me dí la tarea de investigar por mi cuenta sobre la Cena del Señor, descubrí que los TdJ eligen el día y hora equivocados, hace poco llegué aquí, aún estoy meditando si celebro sola o espero a estar lista más adelante. Gracias por el recordatorio.