12 Jun, 2018, 10:52 PM
Mi padre lleva expulsado más de treinta años. El hermano de mi esposa estaba expulsado al tiempo de nuestro matrimonio. Yo era betelita y mi esposa PR. Con mi esposa buscamos "asesoría" de un anciano, para no afectar nuestros "privilegios".
Mi padre y su hermano nos acompañaron en la notaría. Al salir, quisieron tomarse alguna foto con nosotros. YO, como buen fanático que era, no lo permití. Mi esposa se condolió un poco y, por pena con su padre no testigo, me insistió en tomarnos una con mi padre, que luego la borré. Mi padre quiso invitarnos a una comida y yo le dije que no podía, que en la noche sería el discurso, que si quería ir podría hacerlo pues el salón es un lugar público "donde no se le niega la entrada a nadie", pero que a la recepción no podría ir. No me dijo nada, solamente se despidió y se fue. Mi tía, su hermana, me dijo que si no me sentía mal por lo cruel que estaba siendo. Le dije que solamente cumplía "con lo que Jehová nos enseña".
En la noche, en la recepción, mi hermana extrañaba a su padre y mi cuñada a su esposo, ambas lloraban. Me sentí super generoso al enviarles "a ellos", "a los expulsados", un plato de comida.
Se me asoman las lágrimas de solamente recordarlo.
A mi padre lo visité este fin de semana, con mi esposa, por primera vez. Mi cuñado fue restablecido poco tiempo después de nuestra boda, sigue convencido de que lo que hicimos le ayudó a "volver a Jehová".
No, no son inventos. Es real, unos lo viven de un lado y otros lo vivimos del otro. Pero mira que hasta el más fanático puede ver la realidad, como dice LuisaCamacho, a veces falta solamente un pequeño impulso. No pierdas la esperanza.
Mi padre y su hermano nos acompañaron en la notaría. Al salir, quisieron tomarse alguna foto con nosotros. YO, como buen fanático que era, no lo permití. Mi esposa se condolió un poco y, por pena con su padre no testigo, me insistió en tomarnos una con mi padre, que luego la borré. Mi padre quiso invitarnos a una comida y yo le dije que no podía, que en la noche sería el discurso, que si quería ir podría hacerlo pues el salón es un lugar público "donde no se le niega la entrada a nadie", pero que a la recepción no podría ir. No me dijo nada, solamente se despidió y se fue. Mi tía, su hermana, me dijo que si no me sentía mal por lo cruel que estaba siendo. Le dije que solamente cumplía "con lo que Jehová nos enseña".
En la noche, en la recepción, mi hermana extrañaba a su padre y mi cuñada a su esposo, ambas lloraban. Me sentí super generoso al enviarles "a ellos", "a los expulsados", un plato de comida.
Se me asoman las lágrimas de solamente recordarlo.
A mi padre lo visité este fin de semana, con mi esposa, por primera vez. Mi cuñado fue restablecido poco tiempo después de nuestra boda, sigue convencido de que lo que hicimos le ayudó a "volver a Jehová".
No, no son inventos. Es real, unos lo viven de un lado y otros lo vivimos del otro. Pero mira que hasta el más fanático puede ver la realidad, como dice LuisaCamacho, a veces falta solamente un pequeño impulso. No pierdas la esperanza.
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."