07 Feb, 2019, 12:54 AM
nada que aportar? y llevas mas puntos de Reputación que yo XDDD
ah! bueno, es que yo nunca he sido TJ... estoy más abajo que las mujeres en la congregación...
bueno, a lo que voy... ya en serio. ese sentimiento de "no tengo nada que aportar" que quizás invade a los nuevos, es porque no aportan lo que de si mismos traen. su experiencia. que urbi et orbi se enteren de lo que es estar ahí dentro en la secta... y de eso (como lo demuestran los puntos de reputacion, y los likes) es lo que mas aportar pueden. un anciano sufre, pero menos que un ministerial. y menos aun que un congregante razo o una mujer...
aportar la experiencia, ya sea buena o mala ayuda a definir en su justa dimension a la SWT. estamos para informar,no desinformar (o bueno, si a veces, involuntariamente o por la mala información extra).
cada uno decide si vuelve o se queda, sin formales comité, sin dejarles de hablar.
por ello, celebrando un año de apostasía, y habiendo tú aportado de nuevo, gracias a tí por lo que has dado.
**************
Las sombras agrupadas cubrían la ribera
crepuscular. Inmóvil, en su bruñido escudo,
la fúnebre laguna. El cielo opaco y mudo.
y el pavoroso y largo silencio de la espera.
Sin erizar las aguas, con espumosos flecos,
Sin violentar el aire, sin despertar los ecos
en su batel mortuorio llegó Caronte. –“¡Arriba!
estremeció su grito glacial toda la riba.
Las sombras asaltaron la embarcación. Llenóla
como se colma un vaso pequeño el primer grupo.
del numeroso grupo de almas que no cupo
quedaba en ella sitio, no más, para una sola.
Caronte, con un remo regulador en alto,
Detuvo amenazante y enérgico el asalto.
-“Decid –habló el barquero postrer- decid los méritos
que en este trance os puedan lograr mi preferencia.”
Las sombras disputaban su póstuma excelencia
enumerando a coro sus títulos pretéritos.
Como el rumor confuso llenaba la laguna
les ordenó que hablaran, Caronte, una por una.
Adelantóse y dijo la primera: “Señor:
merece el epitafio de Eskilo mi valor,
soldado fui. Los hombres temieron mi bravura,
impenetrable y noble metal de mi armadura.”
Dijo otra sombra: “He sido para los campos yermos
simiente bendecida de rosas y azucenas.
Yo repartí mi vida, Señor, a manos llenas.
Me sorprendió la muerte cuidando a los enfermos.
Y una tercera sombra exclamó: “Yo fui monarca...”
y otra: “De mis cinceles perdurará el milagro...”
y otra más: “Fui poeta genial, ignoto y magro...”
Caronte, ya impaciente, movíase en la barca.
Y entonces una sombra más leve que las huellas
de un sueño, una liviana, trémula sombra de ave,
tan incorpórea y diáfana, tan irreal y suave,
que entre las sombras era como la sombra de ellas,
se dirigió al barquero tímidamente. “¡Habla”
gritó Caronte haciendo temblar su vieja tabla.
Cual si la sombra fuera a disolverse en llanto,
igual que una inefable, pequeña, frágil nube,
dijo con voz humilde:”Señor ¡he amado tanto!”
y decidió Caronte sencillamente: “¡Sube!”
Rafael Alberto Arrieta - Las noches de oro (1917)
ah! bueno, es que yo nunca he sido TJ... estoy más abajo que las mujeres en la congregación...
bueno, a lo que voy... ya en serio. ese sentimiento de "no tengo nada que aportar" que quizás invade a los nuevos, es porque no aportan lo que de si mismos traen. su experiencia. que urbi et orbi se enteren de lo que es estar ahí dentro en la secta... y de eso (como lo demuestran los puntos de reputacion, y los likes) es lo que mas aportar pueden. un anciano sufre, pero menos que un ministerial. y menos aun que un congregante razo o una mujer...
aportar la experiencia, ya sea buena o mala ayuda a definir en su justa dimension a la SWT. estamos para informar,no desinformar (o bueno, si a veces, involuntariamente o por la mala información extra).
cada uno decide si vuelve o se queda, sin formales comité, sin dejarles de hablar.
por ello, celebrando un año de apostasía, y habiendo tú aportado de nuevo, gracias a tí por lo que has dado.
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Las sombras agrupadas cubrían la ribera
crepuscular. Inmóvil, en su bruñido escudo,
la fúnebre laguna. El cielo opaco y mudo.
y el pavoroso y largo silencio de la espera.
Sin erizar las aguas, con espumosos flecos,
Sin violentar el aire, sin despertar los ecos
en su batel mortuorio llegó Caronte. –“¡Arriba!
estremeció su grito glacial toda la riba.
Las sombras asaltaron la embarcación. Llenóla
como se colma un vaso pequeño el primer grupo.
del numeroso grupo de almas que no cupo
quedaba en ella sitio, no más, para una sola.
Caronte, con un remo regulador en alto,
Detuvo amenazante y enérgico el asalto.
-“Decid –habló el barquero postrer- decid los méritos
que en este trance os puedan lograr mi preferencia.”
Las sombras disputaban su póstuma excelencia
enumerando a coro sus títulos pretéritos.
Como el rumor confuso llenaba la laguna
les ordenó que hablaran, Caronte, una por una.
Adelantóse y dijo la primera: “Señor:
merece el epitafio de Eskilo mi valor,
soldado fui. Los hombres temieron mi bravura,
impenetrable y noble metal de mi armadura.”
Dijo otra sombra: “He sido para los campos yermos
simiente bendecida de rosas y azucenas.
Yo repartí mi vida, Señor, a manos llenas.
Me sorprendió la muerte cuidando a los enfermos.
Y una tercera sombra exclamó: “Yo fui monarca...”
y otra: “De mis cinceles perdurará el milagro...”
y otra más: “Fui poeta genial, ignoto y magro...”
Caronte, ya impaciente, movíase en la barca.
Y entonces una sombra más leve que las huellas
de un sueño, una liviana, trémula sombra de ave,
tan incorpórea y diáfana, tan irreal y suave,
que entre las sombras era como la sombra de ellas,
se dirigió al barquero tímidamente. “¡Habla”
gritó Caronte haciendo temblar su vieja tabla.
Cual si la sombra fuera a disolverse en llanto,
igual que una inefable, pequeña, frágil nube,
dijo con voz humilde:”Señor ¡he amado tanto!”
y decidió Caronte sencillamente: “¡Sube!”
Rafael Alberto Arrieta - Las noches de oro (1917)
Si Lucifer fue capaz de incitar una rebelión en el cielo, eso significa celos, envidia y violencia en el cielo pese a prometerte un paraíso perfecto