[Ale Rubio]

¡Que interesante tema!, dedicado a todas esas personas que quizás en un tiempo les hicieron sentir como bichos raros y que no encajaban en ningún grupo,  pues sepan que no lo son.  Somos muy normalitos, jejejeje  Tan solo estábamos (algunos todavía están) atrapados en un ambiente (JW.org), al cual no todos pertenecemos…  

Yo me considero persona introvertida y me alegra saber que no estoy tan sola después de todo…ejejejejeje

Les comparto una pequeña parte de mi experiencia:

Mi experiencia como TJ fue algo difícil de conciliar, porque no lograba entender como tenía que actuar de forma introvertida fuera de la secta (evitar socializar en la mayoría de las situaciones con la gente no TJ), a la misma vez que tenía que actuar de forma extrovertida dentro de la secta (ser muy sociable con los TJs, comentar, predicar, realizar mis partes de la reunión de la escuela teocrática, etc.)  Yo quería ser simplemente como soy,  en todos lados y con todas las personas, quería ser de una sola personalidad…  Supongo que como introvertida, siempre habrá situaciones en las que me tenga que esforzar por ser más abierta, pero aun así no puedo cambiar mi esencia… ¡porque me gusta ser como soy!  Aclaro que no siempre estuve contenta conmigo misma, ya que la secta siempre me hizo sentir que había una falla enorme en mí, por ser de personalidad introvertida.  Difícilmente iba a entrar en el círculo de TJs “ejemplares”, porque para ser considerado como un TJ “espiritual”, debes adoptar la personalidad de un vendedor (salesman), y pues yo, para las ventas y convencer gente, simplemente no se me da…  

Debido a mi tendencia de ser más reservada, me gané el título de “enferma espiritual”.  La verdad,  sí que luché y me esforcé por ser una TJ autentica, durante el tiempo que creí en la JW.org…  Sin embargo,  la gente siempre me vio como alguien que no tenía suficiente amor por las cosas espirituales...  Nunca falto la hermana o el hermano que me abordaba con la intención de animarme a comentar más, y de paso, para citarme 1 Timoteo 4: 15 y Proverbios 18:1.  Por esta misma razón, varias personas se alejaron de mí, pensando que quizás les iba a contagiar mi “desanimo”.  Ahora entiendo que entre esas personas hubo quienes se guiaban demasiado por las apariencias, y pues claro, yo no les servía para aparentar, ya que siempre intenté conducirme con bastante sobriedad y honestidad.  Nunca me gustó llamar la atención.  Me era suficiente que Jehová  supiese lo que yo hacía por él, y no entendía porque tenía que ostentar mi espiritualidad a los demás…  Siempre he valorado al extremo mi privacidad: sufría mucho durante las llamadas “hospitalidades”, porque en ellas se ventilaban muchas historias de asuntos privados y hay gente que veía fácil meterse de forma descarada en los asuntos ajenos, aparte que la mayoría de las conversaciones eran como pequeños resúmenes de algún discurso o estudio de las Atalayas…  

En cuanto a mi "participación" en las reuniones, aunque en muchas ocasiones llevaba mis comentarios de la Atalaya preparados, terminaba por no darlos, porque simplemente quería evitar que me felicitasen al terminar la reunión y llamar la atención más de la cuenta, jajaja, (suena raro, pero no lo es…)  

Hubo un tiempo en que intenté ser más sociable y hablar con más personas, pero solo termine exhausta y sintiéndome peor que antes.  Pensaba a mis adentros: “se supone que esto (socializar con más gente, intentar ser más platicadora) me debe producir gozo y no lo contrario. Me debe hacer sentir mejor…  ¿Por qué me aburre y me fatiga la charla de estas personas?”  Lejos estaba de saber que estaba haciendo lo contrario para sentirme mejor…  Lo que yo necesitaba es que me dejaran ser… (“Let me be!”,  pensaba, “Just let me be!”).  Llegué a cansarme de tanto intercambio de estimulo de “obras excelentes” durante las reuniones, (sentía ahogarme)  que llegué a pensar que era una de las muchas “tretas de Satanás para alejarme del redil”, jajajaja.  

Saludos a TODOS.

Espero escribir de nuevo muy pronto.