11 Jan, 2020, 09:35 AM
Hola Alida
Me encantó que publicaras este hilo. Estoy totalmente de acuerdo!
Te cuento (sin entrar mucho en detalles) que mi carrera profesional y mis estudios de posgrado los hice en una de las áreas que mencionas y en efecto, la mayoría de mis compañeros de clase eran hombres y no exactamente hombres brillantes...
Felizmente, gracias a la constancia, a la dedicación y al esfuerzo, pero sobretodo a mi amor por el aprendizaje, me pude graduar con honores. Esto lo comento, no para jactarme (aunque si siento en el pecho el gusanillo del orgullo y me encanta!), sino para mostrar como a pesar de toda la ponzoña venenosa de la sociedad, las mujeres sí podemos empoderarnos y ser generadoras de nuestra propia motivación.
La verdad en mi infancia y adolescencia estuve rodeada de muchísimo machismo, pero eso lejos de desalentarme, me infundía más deseo de demostrar de lo que era capaz, no a ellos, sino a mi misma. En todos mis años escolares, siempre ocupe el primer lugar y sin embargo nunca recibí palabras de ánimo de mi padre. Mis hermanos por el contrario, eran objeto de múltiples alabanzas ante cualquier logro (son muy brillantes y lindas personas), cosa que a mi no me disgustaba porque amo a mis hermanos y sus alegrías son las mías, pero de alguna forma sí me iba generando la constante sensación de nos ser suficiente. Para mi fortuna, jamás fue mi intención alcanzar un puesto, una calificación (nota) o que la gente me reconociera por ello, sino mi propia satisfacción de los logros alcanzados, de los retos sobre los que fui victoriosa y de mi crecimiento personal; aún así, el salario emocional tiene su valor...
En la congregación ni hablar. Aunque siempre estaba predicando y participando en la jardinería, el aseo, las visitas a los enfermos, las campañas y demás, me criticaban por estar tan interesada en la educación seglar. Me preguntaban si en vez de mis diplomas, medallas y certificados no preferiría tener la fotos de las personas a las que hubiera ayudado a hacerse Tjs. También me decían que tanto esfuerzo no valía la pena porque esas carreras en el paraíso no se necesitaría.
Me encanta ser tan obstinada porque ninguna de esas cosas hizo que dudara por un segundo de lo que quería ser y hacer y ahora que tengo los ojos abiertos, digo: ay! menos mal! todo lo que habría sacrificado...
Creo firmemente que uno de los primeros pasos que pueden dar los padres es: DEJAR DE REGALARLES BEBÉS DE JUGUETE A LAS NIÑAS! aunque también pienso eso de las escobitas, cocinitas, hornitos y demás bobaditas de juguete que las empiezan a programar para ser amas de casa.
Leerles cuentos infantiles está bien, pero por el amor de Dios! (lo que sea que sea, si es que es) podrían ser cuentos en donde no sean las mujeres las damiselas en peligro esperando en el último cuarto de la torre más alta? no sé, Oscar Wilde tal vez.
Cuando tengan la edad, se les puede presentar a mi queridísima amiga Jane Austen, quién aunque escribió en y acerca de una época en la que las mujeres sólo eran educadas para conseguir marido, mostró en sus personajes femeninos una inteligencia y una viveza fascinantes.
"Jane Austen aboga en sus novelas por una educación liberal para la mujer, alejada de todos estos "talentos", pues considera que la falta de sensatez conlleva un gran riesgo para la vida social, para la elección de un futuro favorable y para la convivencia conyugal".
Bueno, creo que extendí un poco y me iba saliendo del tema, pero...
Me encantó que publicaras este hilo. Estoy totalmente de acuerdo!
Te cuento (sin entrar mucho en detalles) que mi carrera profesional y mis estudios de posgrado los hice en una de las áreas que mencionas y en efecto, la mayoría de mis compañeros de clase eran hombres y no exactamente hombres brillantes...
Felizmente, gracias a la constancia, a la dedicación y al esfuerzo, pero sobretodo a mi amor por el aprendizaje, me pude graduar con honores. Esto lo comento, no para jactarme (aunque si siento en el pecho el gusanillo del orgullo y me encanta!), sino para mostrar como a pesar de toda la ponzoña venenosa de la sociedad, las mujeres sí podemos empoderarnos y ser generadoras de nuestra propia motivación.
La verdad en mi infancia y adolescencia estuve rodeada de muchísimo machismo, pero eso lejos de desalentarme, me infundía más deseo de demostrar de lo que era capaz, no a ellos, sino a mi misma. En todos mis años escolares, siempre ocupe el primer lugar y sin embargo nunca recibí palabras de ánimo de mi padre. Mis hermanos por el contrario, eran objeto de múltiples alabanzas ante cualquier logro (son muy brillantes y lindas personas), cosa que a mi no me disgustaba porque amo a mis hermanos y sus alegrías son las mías, pero de alguna forma sí me iba generando la constante sensación de nos ser suficiente. Para mi fortuna, jamás fue mi intención alcanzar un puesto, una calificación (nota) o que la gente me reconociera por ello, sino mi propia satisfacción de los logros alcanzados, de los retos sobre los que fui victoriosa y de mi crecimiento personal; aún así, el salario emocional tiene su valor...
En la congregación ni hablar. Aunque siempre estaba predicando y participando en la jardinería, el aseo, las visitas a los enfermos, las campañas y demás, me criticaban por estar tan interesada en la educación seglar. Me preguntaban si en vez de mis diplomas, medallas y certificados no preferiría tener la fotos de las personas a las que hubiera ayudado a hacerse Tjs. También me decían que tanto esfuerzo no valía la pena porque esas carreras en el paraíso no se necesitaría.
Me encanta ser tan obstinada porque ninguna de esas cosas hizo que dudara por un segundo de lo que quería ser y hacer y ahora que tengo los ojos abiertos, digo: ay! menos mal! todo lo que habría sacrificado...
Creo firmemente que uno de los primeros pasos que pueden dar los padres es: DEJAR DE REGALARLES BEBÉS DE JUGUETE A LAS NIÑAS! aunque también pienso eso de las escobitas, cocinitas, hornitos y demás bobaditas de juguete que las empiezan a programar para ser amas de casa.
Leerles cuentos infantiles está bien, pero por el amor de Dios! (lo que sea que sea, si es que es) podrían ser cuentos en donde no sean las mujeres las damiselas en peligro esperando en el último cuarto de la torre más alta? no sé, Oscar Wilde tal vez.
Cuando tengan la edad, se les puede presentar a mi queridísima amiga Jane Austen, quién aunque escribió en y acerca de una época en la que las mujeres sólo eran educadas para conseguir marido, mostró en sus personajes femeninos una inteligencia y una viveza fascinantes.
"Jane Austen aboga en sus novelas por una educación liberal para la mujer, alejada de todos estos "talentos", pues considera que la falta de sensatez conlleva un gran riesgo para la vida social, para la elección de un futuro favorable y para la convivencia conyugal".
Bueno, creo que extendí un poco y me iba saliendo del tema, pero...
"Que tengas el honor de morir en batalla y nunca sobrevivir a la derrota". Despedida Klingon
Los saludo desde aquí,
Lavidaesduda