19 Apr, 2020, 02:35 PM
15 Porque ustedes no recibieron un espíritu de esclavitud que les haga volver a tener miedo, sino que recibieron un espíritu que los adopta como hijos, el espíritu que nos motiva a exclamar: “¡Abba, Padre!”. 16 El espíritu mismo [de Dios] da testimonio con nuestro espíritu [de Jesucristo] de que somos hijos de Dios. 17 Así que, si somos hijos, también somos herederos —herederos de Dios, pero coherederos con Cristo—, siempre y cuando suframos con Cristo para que también seamos glorificados con él (Romano 8: 15-17).
Es completamente errónea la manera en que los Testigos interpretan estos versículos. Si leemos el contexto nos damos cuenta de que Pablo está hablando de dos clases de espíritu, fíjese en los versículos 9-11 cuando dice: "Sin embargo, si el espíritu de Dios de veras reside en ustedes, ustedes no viven guiados por la carne, sino por el espíritu. Pero, si alguien no tiene el espíritu de Cristo, esa persona no le pertenece a él. 10 En cambio, si Cristo está en unión con ustedes, el cuerpo está muerto debido al pecado, mientras que el espíritu da vida debido a la justicia. 11 Pues bien, si el espíritu del que levantó a Jesús de entre los muertos reside en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos también les dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su espíritu, que reside en ustedes".
De manera que el segundo espíritu que menciona Pablo en Romano 8:16 respecto a los que son llamados a ser ungidos es el espíritu de Jesucristo, no un espíritu que muestren ellos mismos. En Gálatas 4: 6,7 él lo explica de una manera más clara: "Ahora bien, como ustedes son hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y este exclama: “¡Abba,* Padre!”. 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo. Y, si eres hijo, Dios también te hizo heredero".
Podemos ver claramente, que el espíritu que opera en las mentes y los corazones de los ungidos, es el mismo espíritu de Jesucristo. Puesto que Jesucristo es el rey entronizado del Reino celestial, obviamente es ÉL quien tiene que decidir quiénes son sus coherederos. Decir que el espíritu de los ungidos es el espíritu de ellos mismos el que lo motiva con la mente y el corazón es algo muy erróneo, ser ungido no es algo que el ser humano decida por sí mismo.
Es completamente errónea la manera en que los Testigos interpretan estos versículos. Si leemos el contexto nos damos cuenta de que Pablo está hablando de dos clases de espíritu, fíjese en los versículos 9-11 cuando dice: "Sin embargo, si el espíritu de Dios de veras reside en ustedes, ustedes no viven guiados por la carne, sino por el espíritu. Pero, si alguien no tiene el espíritu de Cristo, esa persona no le pertenece a él. 10 En cambio, si Cristo está en unión con ustedes, el cuerpo está muerto debido al pecado, mientras que el espíritu da vida debido a la justicia. 11 Pues bien, si el espíritu del que levantó a Jesús de entre los muertos reside en ustedes, el que levantó a Cristo Jesús de entre los muertos también les dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su espíritu, que reside en ustedes".
De manera que el segundo espíritu que menciona Pablo en Romano 8:16 respecto a los que son llamados a ser ungidos es el espíritu de Jesucristo, no un espíritu que muestren ellos mismos. En Gálatas 4: 6,7 él lo explica de una manera más clara: "Ahora bien, como ustedes son hijos, Dios ha enviado el espíritu de su Hijo a nuestros corazones, y este exclama: “¡Abba,* Padre!”. 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo. Y, si eres hijo, Dios también te hizo heredero".
Podemos ver claramente, que el espíritu que opera en las mentes y los corazones de los ungidos, es el mismo espíritu de Jesucristo. Puesto que Jesucristo es el rey entronizado del Reino celestial, obviamente es ÉL quien tiene que decidir quiénes son sus coherederos. Decir que el espíritu de los ungidos es el espíritu de ellos mismos el que lo motiva con la mente y el corazón es algo muy erróneo, ser ungido no es algo que el ser humano decida por sí mismo.
"Pero nada hay cuidadosamente ocultado que no haya de revelarse, ni secreto que no llegue a saberse" (Lucas 12:2 NM 1987).
"No hay energía peor usada que sostener una mentira o insistir en un error. Hay personas que por no admitir que se han equivocado, viven equivocadas y por mostrarse fuertes viven sin fuerza".