22 Aug, 2020, 07:34 AM
COMO UN CUENTO DE TERROR es el nuevo articulo que he publicado hoy en mi blog bajo la serie Ni dioses ni héroes. Espero les agrade y no olviden pasarse por el blog y dejar sus comentarios.
Muchas personas, luego de leer mi libro Cenizas, se han acercado con diferentes teorías entre las que se encuentra el hecho de que la misma influencia exagerada y fanática de la secta suele tener el efecto de rechazo hacia Dios entre gran parte de los adeptos que deciden abandonar sus filas. Eso puede tener sentido y no dudo que haya sido así en muchos casos, pero en mi situación particular va mucho más allá de eso.
Sé que esto que voy a decir va a provocar una infinidad de reacciones en contra. Pero, luego de conocer exhaustivamente las creencias de los testigos de Jehová y de manera más generalizada la de muchísimas otras religiones puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que los testigos de Jehová son el grupo religioso que más estudia y se apega a las enseñanzas de la Biblia. Es ahora cuando debo salir corriendo a esconderme para no ser alcanzada por la avalancha de piedras que estoy recibiendo. Un momento, por favor, antes de morir lapidada déjenme que explique mis argumentos.
No es un secreto para nadie que la mayoría de las religiones usan solo algunos versículos bíblicos con los que consiguen atraer a sus adeptos hacia el amor de un Dios que va a estar para ellos de forma incondicional y resulta en un refugio seguro de todas las adversidades e infortunios. Por esa razón la inmensa mayoría de las personas, aunque segura de que la Biblia es el libro sagrado inspirado por Dios, poco conoce más allá de algunos escasos textos. Es especialmente desconocido el antiguo testamento, con sus interminables cronologías, leyes, mandamientos, historias sangrientas en los que el pueblo escogido por Dios, Israel, siguiendo órdenes expresas de él, masacraba a mujeres, niños y ancianos o relatos absurdos en los que Dios chantajeaba emocionalmente a los humanos en un intento narcisista de comprobar hasta donde podía llegar la lealtad que los humanos le tenían.
Debo admitir que esta es una gestión muy inteligente por parte de los diversos grupos religiosos. Poca gente se sentiría atraída a un Dios cuyos valores éticos y morales serían cuestionables hoy en día. Sin embargo, los testigos de Jehová, ciegos en su razonamiento de que la Biblia (toda ella) es la palabra de Dios, que es la fuente más excelsa e incuestionable en cuanto a moral se refiere y cuyos preceptos es necesario seguir al pie de la letra, la estudian, la enseñan, la escudriñan y la enarbolan con orgullo como la única autoridad fidedigna en cuestiones teológicas y espirituales.
Aunque la inmensa mayoría de sus miembros están programados psicológicamente para no cuestionar nada, pues eso significaría ir en contra directamente de las enseñanzas de Jehová y poner en duda que sus caminos son más altos que los nuestros, de vez en cuando algunas personas, en lo más íntimo de su ser comienzan a albergar dudas. A diferencia de lo que creen la mayoría de las personas, muchos de estos cuestionamientos, más allá de estar relacionado con la forma en que los Testigos interpretan la Biblia tienen que ver con el hecho de si realmente es viable, ético, moral y lógico seguir rigiendo la vida por la Biblia, sea en la forma de religión que sea.
De ahí parte la realidad de que una gran mayoría de ex-testigos de Jehová terminan convirtiéndose en ateos o agnósticos. A diferencia de los miembros de otras religiones, ya conocen la biblia de punta a cabo y una vez que se liberan de la presión y el chantaje emocional que ejerce la secta sobre sus miembros y se permiten cuestionar con libertad cada una de las enseñanzas de la biblia, llegan a la misma conclusión.
No hay que hacer más que un examen profundo a la luz de lo que hoy consideramos correcto, para darnos cuenta de que, si realmente la biblia estuviera inspirada por un dios todopoderoso, cuyos caminos son más altos que los nuestros, justo e imparcial, no reflejara en sus leyes y preceptos, de manera tan mezquina las tendencias de pensamiento de aquellas épocas.
Para poner un ejemplo sencillo, hoy en día son ampliamente conocidos cuentos clásicos de la literatura infantil como La caperucita roja, Blancanieves, Cenicienta, Piel de asno, Barba azul, etc. Aunque la versión suavizada que nos ha llegado a nuestros días hace las delicias de niños y adultos y dejan algunas buenas enseñanzas, si nos remontamos a las versiones originales quedaríamos estupefactos. A lo largo de los siglos se han ido modificando de acuerdo a los avances que ha experimentado la sociedad en cuestiones morales y éticas, cómo la forma en que son vistas las mujeres y las niñas y las maneras de retratar la violencia, la crueldad o detalles explícitos sobre asesinatos y descuartizamientos, sobre todo si de literatura infantil se habla.
Sin embargo, aunque cueste entender según nuestro razonamiento moderno esa manera de ver la vida, no podemos olvidar que la literatura a través de la historia de la humanidad no ha hecho otra cosa que reflejar los pensamientos, acciones y deseos de las personas y los pueblos. Para entender de lo que hablo volvamos a retomar nuestros cuentos infantiles. En un mundo abiertamente machista y patriarcal en el que los sentimientos y deseos de las mujeres no eran tomado en cuenta en lo más mínimo, no es de extrañar que la mayoría de los relatos clásicos trate sobre muchachas, cuyo atributo principal era la belleza física y características de la personalidad que podían llegar a convertirlas en una potencial sumisa y buena esposa. Todas las enseñanzas van dirigidas a moldear el carácter de estas jóvenes para que llegaran a ser merecedoras de un buen esposo.
El colmo de todas las aberraciones podemos verlo en el cuento La paciencia de Griselda, un relato encaminado, sin mediar sutileza alguna, en enseñarle a las mujeres el valor de ser pacientes, sumisas, obedientes y bondadosas aun cuando su esposo las humille, las maltrate y las ultraje. En este cuento, que particularmente encuentro en extremo ofensivo a la dignidad femenina, un rey decide buscar esposa, aunque desconfiaba de todas las mujeres. Finalmente encuentra una humilde mujer llamada Griselda y le confiere el honor de ser su esposa. Aunque ella resultaba ser en extremo dulce, amable, sumisa y bondadosa el continúa desconfiando y decide ponerla a prueba, por lo que la somete a innumerables maltratos y vejaciones de todo tipo. La desprecia como esposa delante de todos sus criados y súbditos, la encierra como prisionera, y de alguna manera le exige que mate a sus propios hijos. Ella, aunque desolada con esta orden se muestra obediente y se los entrega a un oficial del reino mientras le dice que cumpla con lo que su esposo y rey ha pedido. El oficial, que está de acuerdo con el rey le hace creer que los ha matado, mientras que en realidad los había enviado a ser criados con una familia lejana. Cuando la hija tenía 12 años de edad, siendo que era muy hermosa, el rey la hace traer al castillo y anuncia su boda con ella, mientras que exige que su misma esposa Griselda sea la sirvienta de su propia hija.
Griselda en todo momento conservó su paciencia y dulzura, jamás cuestionó nada y una vez que el rey comprobó que su esposa era esa mujer sumisa y maravillosa que nunca había perdido la compostura, confesó en público que todo había sido un plan para probar la lealtad de su esposa y que ésta se había ganado su amor completamente. Así que ella, inmensamente feliz, volvió a ser la reina y señora, todos se abrazaron muy emotivamente y vivieron felices para siempre.
No puedo evitar sentir nauseas cuando leo este cuento e imagino que no tengo que explicar la razón. Me produce una rabia visceral constatar esa forma de interpretar el comportamiento humano y los roles de hombre y mujer. Sin embargo, me recompongo cuando recuerdo que los autores de dichas obras no podían pensar de manera diferente porque como humanos al fin eran de cierta forma presas de las corrientes de pensamientos propios de la época. Queramos o no, pensamos y actuamos de acuerdo al imaginario popular y hacemos nuestras las costumbres, creencias y actitudes con las que nacemos y nos desarrollamos.
¿A donde quiero llegar con este punto? Fácil, si aun sabiendo que quienes escribieron estos y otros relatos, que entran en franca controversia con nuestra manera más civilizada y justa de ver la vida, eran humanos sujetos a todo un sistema de valores arcaico y machista y sin embargo no podemos evitar sentir rechazo hacia unas moralejas que solo pretendían mantener el dominio físico, emocional y psicológico sobre la mujer, ¿cómo deberíamos sentirnos hacia un libro que, haciendo uso de estrategias similares de manipulación y chantaje emocional, ya no solo hacia las mujeres, sino a todos los humanos, afirma categóricamente haber sido inspirado por Dios?
Si solo pudiéramos justificarlo recordando que fueron escritos por seres humanos influenciados por las costumbres y fabulas con las que en la antigüedad se pretendía ejercer control sobre los súbditos, las esposas, los hijos, etc. sería más fácil. Pero, he ahí el problema, la gran cuestión trascendental que ha motivado las más sangrientas guerras y muchísimos de los conflictos a nivel mundial se ha basado en la autenticidad de la afirmación bíblica de ser un libro directamente inspirado por Dios.
Si la única forma que tienen los humanos de llegar a conocer a Dios es mediante la biblia, su palabra, ¿cómo es este Dios que nos plasman tan enfáticamente sus páginas? Si nos esforzamos en llegar a conocerlo ¿descubriríamos ese dios tierno, misericordioso y benévolo que nos quieren imponer?
No es necesario leer entre líneas para encontrar la verdad. Está más claro de lo que habíamos imaginado.
https://amaliafloresescritora.wordpress....de-terror/
Muchas personas, luego de leer mi libro Cenizas, se han acercado con diferentes teorías entre las que se encuentra el hecho de que la misma influencia exagerada y fanática de la secta suele tener el efecto de rechazo hacia Dios entre gran parte de los adeptos que deciden abandonar sus filas. Eso puede tener sentido y no dudo que haya sido así en muchos casos, pero en mi situación particular va mucho más allá de eso.
Sé que esto que voy a decir va a provocar una infinidad de reacciones en contra. Pero, luego de conocer exhaustivamente las creencias de los testigos de Jehová y de manera más generalizada la de muchísimas otras religiones puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que los testigos de Jehová son el grupo religioso que más estudia y se apega a las enseñanzas de la Biblia. Es ahora cuando debo salir corriendo a esconderme para no ser alcanzada por la avalancha de piedras que estoy recibiendo. Un momento, por favor, antes de morir lapidada déjenme que explique mis argumentos.
No es un secreto para nadie que la mayoría de las religiones usan solo algunos versículos bíblicos con los que consiguen atraer a sus adeptos hacia el amor de un Dios que va a estar para ellos de forma incondicional y resulta en un refugio seguro de todas las adversidades e infortunios. Por esa razón la inmensa mayoría de las personas, aunque segura de que la Biblia es el libro sagrado inspirado por Dios, poco conoce más allá de algunos escasos textos. Es especialmente desconocido el antiguo testamento, con sus interminables cronologías, leyes, mandamientos, historias sangrientas en los que el pueblo escogido por Dios, Israel, siguiendo órdenes expresas de él, masacraba a mujeres, niños y ancianos o relatos absurdos en los que Dios chantajeaba emocionalmente a los humanos en un intento narcisista de comprobar hasta donde podía llegar la lealtad que los humanos le tenían.
Debo admitir que esta es una gestión muy inteligente por parte de los diversos grupos religiosos. Poca gente se sentiría atraída a un Dios cuyos valores éticos y morales serían cuestionables hoy en día. Sin embargo, los testigos de Jehová, ciegos en su razonamiento de que la Biblia (toda ella) es la palabra de Dios, que es la fuente más excelsa e incuestionable en cuanto a moral se refiere y cuyos preceptos es necesario seguir al pie de la letra, la estudian, la enseñan, la escudriñan y la enarbolan con orgullo como la única autoridad fidedigna en cuestiones teológicas y espirituales.
Aunque la inmensa mayoría de sus miembros están programados psicológicamente para no cuestionar nada, pues eso significaría ir en contra directamente de las enseñanzas de Jehová y poner en duda que sus caminos son más altos que los nuestros, de vez en cuando algunas personas, en lo más íntimo de su ser comienzan a albergar dudas. A diferencia de lo que creen la mayoría de las personas, muchos de estos cuestionamientos, más allá de estar relacionado con la forma en que los Testigos interpretan la Biblia tienen que ver con el hecho de si realmente es viable, ético, moral y lógico seguir rigiendo la vida por la Biblia, sea en la forma de religión que sea.
De ahí parte la realidad de que una gran mayoría de ex-testigos de Jehová terminan convirtiéndose en ateos o agnósticos. A diferencia de los miembros de otras religiones, ya conocen la biblia de punta a cabo y una vez que se liberan de la presión y el chantaje emocional que ejerce la secta sobre sus miembros y se permiten cuestionar con libertad cada una de las enseñanzas de la biblia, llegan a la misma conclusión.
No hay que hacer más que un examen profundo a la luz de lo que hoy consideramos correcto, para darnos cuenta de que, si realmente la biblia estuviera inspirada por un dios todopoderoso, cuyos caminos son más altos que los nuestros, justo e imparcial, no reflejara en sus leyes y preceptos, de manera tan mezquina las tendencias de pensamiento de aquellas épocas.
Para poner un ejemplo sencillo, hoy en día son ampliamente conocidos cuentos clásicos de la literatura infantil como La caperucita roja, Blancanieves, Cenicienta, Piel de asno, Barba azul, etc. Aunque la versión suavizada que nos ha llegado a nuestros días hace las delicias de niños y adultos y dejan algunas buenas enseñanzas, si nos remontamos a las versiones originales quedaríamos estupefactos. A lo largo de los siglos se han ido modificando de acuerdo a los avances que ha experimentado la sociedad en cuestiones morales y éticas, cómo la forma en que son vistas las mujeres y las niñas y las maneras de retratar la violencia, la crueldad o detalles explícitos sobre asesinatos y descuartizamientos, sobre todo si de literatura infantil se habla.
Sin embargo, aunque cueste entender según nuestro razonamiento moderno esa manera de ver la vida, no podemos olvidar que la literatura a través de la historia de la humanidad no ha hecho otra cosa que reflejar los pensamientos, acciones y deseos de las personas y los pueblos. Para entender de lo que hablo volvamos a retomar nuestros cuentos infantiles. En un mundo abiertamente machista y patriarcal en el que los sentimientos y deseos de las mujeres no eran tomado en cuenta en lo más mínimo, no es de extrañar que la mayoría de los relatos clásicos trate sobre muchachas, cuyo atributo principal era la belleza física y características de la personalidad que podían llegar a convertirlas en una potencial sumisa y buena esposa. Todas las enseñanzas van dirigidas a moldear el carácter de estas jóvenes para que llegaran a ser merecedoras de un buen esposo.
El colmo de todas las aberraciones podemos verlo en el cuento La paciencia de Griselda, un relato encaminado, sin mediar sutileza alguna, en enseñarle a las mujeres el valor de ser pacientes, sumisas, obedientes y bondadosas aun cuando su esposo las humille, las maltrate y las ultraje. En este cuento, que particularmente encuentro en extremo ofensivo a la dignidad femenina, un rey decide buscar esposa, aunque desconfiaba de todas las mujeres. Finalmente encuentra una humilde mujer llamada Griselda y le confiere el honor de ser su esposa. Aunque ella resultaba ser en extremo dulce, amable, sumisa y bondadosa el continúa desconfiando y decide ponerla a prueba, por lo que la somete a innumerables maltratos y vejaciones de todo tipo. La desprecia como esposa delante de todos sus criados y súbditos, la encierra como prisionera, y de alguna manera le exige que mate a sus propios hijos. Ella, aunque desolada con esta orden se muestra obediente y se los entrega a un oficial del reino mientras le dice que cumpla con lo que su esposo y rey ha pedido. El oficial, que está de acuerdo con el rey le hace creer que los ha matado, mientras que en realidad los había enviado a ser criados con una familia lejana. Cuando la hija tenía 12 años de edad, siendo que era muy hermosa, el rey la hace traer al castillo y anuncia su boda con ella, mientras que exige que su misma esposa Griselda sea la sirvienta de su propia hija.
Griselda en todo momento conservó su paciencia y dulzura, jamás cuestionó nada y una vez que el rey comprobó que su esposa era esa mujer sumisa y maravillosa que nunca había perdido la compostura, confesó en público que todo había sido un plan para probar la lealtad de su esposa y que ésta se había ganado su amor completamente. Así que ella, inmensamente feliz, volvió a ser la reina y señora, todos se abrazaron muy emotivamente y vivieron felices para siempre.
No puedo evitar sentir nauseas cuando leo este cuento e imagino que no tengo que explicar la razón. Me produce una rabia visceral constatar esa forma de interpretar el comportamiento humano y los roles de hombre y mujer. Sin embargo, me recompongo cuando recuerdo que los autores de dichas obras no podían pensar de manera diferente porque como humanos al fin eran de cierta forma presas de las corrientes de pensamientos propios de la época. Queramos o no, pensamos y actuamos de acuerdo al imaginario popular y hacemos nuestras las costumbres, creencias y actitudes con las que nacemos y nos desarrollamos.
¿A donde quiero llegar con este punto? Fácil, si aun sabiendo que quienes escribieron estos y otros relatos, que entran en franca controversia con nuestra manera más civilizada y justa de ver la vida, eran humanos sujetos a todo un sistema de valores arcaico y machista y sin embargo no podemos evitar sentir rechazo hacia unas moralejas que solo pretendían mantener el dominio físico, emocional y psicológico sobre la mujer, ¿cómo deberíamos sentirnos hacia un libro que, haciendo uso de estrategias similares de manipulación y chantaje emocional, ya no solo hacia las mujeres, sino a todos los humanos, afirma categóricamente haber sido inspirado por Dios?
Si solo pudiéramos justificarlo recordando que fueron escritos por seres humanos influenciados por las costumbres y fabulas con las que en la antigüedad se pretendía ejercer control sobre los súbditos, las esposas, los hijos, etc. sería más fácil. Pero, he ahí el problema, la gran cuestión trascendental que ha motivado las más sangrientas guerras y muchísimos de los conflictos a nivel mundial se ha basado en la autenticidad de la afirmación bíblica de ser un libro directamente inspirado por Dios.
Si la única forma que tienen los humanos de llegar a conocer a Dios es mediante la biblia, su palabra, ¿cómo es este Dios que nos plasman tan enfáticamente sus páginas? Si nos esforzamos en llegar a conocerlo ¿descubriríamos ese dios tierno, misericordioso y benévolo que nos quieren imponer?
No es necesario leer entre líneas para encontrar la verdad. Está más claro de lo que habíamos imaginado.
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