10 Oct, 2017, 07:42 PM
Lo que vivimos no fue fácil. Nos costó muchas lágrimas. Fuimos desde la incredulidad y el desencanto hasta el enojo, la frustración y la más amarga de las tristezas. Pero no han podido con nosotros y mucho menos ahora que finalmente entendimos que no necesitamos pertenecer a ninguna religión para seguir amando a Dios y al prójimo.
Hay heridas que en lugar de abrir la piel abren los ojos.