18 May, 2021, 02:26 PM
Gracias por tu trabajo y esfuerzo
Todo fachada es el love bombing, todo es una pantalla inicial
Sentirse el más querido del mundo es entonces solo el primer paso. La frustración, dada por el retiro de ese afecto masivo y dedicación que una vez tuvo el adepto, descoloca a este, lo deja en el vacío, y le genera la impostergable necesidad de recuperar aquel lugar de privilegio que alguna vez tuvo, cuando era para el grupo, y sobre todo para el líder, alguien realmente especial. Dicha frustración puede estar dada por innumerables causas, pero siempre se desprenderá de algún pensamiento, actitud o comportamiento llevado a cabo por el reciente miembro y reprensible para los códigos del grupo. Y esta necesidad de recuperar aquel lugar que una vez sintió como propio, lo llevara al extremo de la aceptación por sometimiento de castigos y disciplinas con las cuales purgara sus ‘culpas’ para poder así volver a ser aquel que otrora fue querido y amado, generando de esta manera, y sobre todo en personalidades dependientes y necesitadas de constantes refuerzos positivos, un circulo vicioso en donde seducción y frustración se sucederán ininterrumpidamente, quedando la persona presa de una maniobra manipuladora que la congela en el lugar de victima.
Juan Manuel Otero Barrigón. Psicólogo (USAL). Terapeuta individual. Profesor adjunto en la cátedra de Psicología de la Religión y “Psicología Social” - Universidad del Salvador, Argentina.
http://www.elpsitio.com/Noticias/Noticia...sp?Id=2159
Todo fachada es el love bombing, todo es una pantalla inicial
Sentirse el más querido del mundo es entonces solo el primer paso. La frustración, dada por el retiro de ese afecto masivo y dedicación que una vez tuvo el adepto, descoloca a este, lo deja en el vacío, y le genera la impostergable necesidad de recuperar aquel lugar de privilegio que alguna vez tuvo, cuando era para el grupo, y sobre todo para el líder, alguien realmente especial. Dicha frustración puede estar dada por innumerables causas, pero siempre se desprenderá de algún pensamiento, actitud o comportamiento llevado a cabo por el reciente miembro y reprensible para los códigos del grupo. Y esta necesidad de recuperar aquel lugar que una vez sintió como propio, lo llevara al extremo de la aceptación por sometimiento de castigos y disciplinas con las cuales purgara sus ‘culpas’ para poder así volver a ser aquel que otrora fue querido y amado, generando de esta manera, y sobre todo en personalidades dependientes y necesitadas de constantes refuerzos positivos, un circulo vicioso en donde seducción y frustración se sucederán ininterrumpidamente, quedando la persona presa de una maniobra manipuladora que la congela en el lugar de victima.
Juan Manuel Otero Barrigón. Psicólogo (USAL). Terapeuta individual. Profesor adjunto en la cátedra de Psicología de la Religión y “Psicología Social” - Universidad del Salvador, Argentina.
http://www.elpsitio.com/Noticias/Noticia...sp?Id=2159
“La luz excesiva es la mayor oscuridad… " Peer Gynt de Henrik Ibsen