19 May, 2021, 10:07 AM
El emperador pidió un traje nuevo… desafortunadamente lo encargó a un grupo de tejedores charlatanes que se gastaron todo el dinero y a cambio tramaron una gran mentira: el traje se estaba fabricando con una tela muy especial, era una tela muy muy ligera que se vuelve invisible a ojos de los necios y de quienes no merecen su cargo.
El primero en “ver” el traje fue un ministro del emperador, quien obviamente no vio nada, pero para no quedar exhibido como necio e indigno del cargo mintió alabando lo maravilloso del traje, uno a uno todos los ministros del emperador “vieron” el traje, pero nadie se atrevía a contradecir a los demás diciéndoles que no veía nada, así hasta que llegó el momento en que el emperador debía usar el traje… evidentemente el emperador tampoco veía ni sentía ninguna prenda, pero guardó silencio para no ser catalogado de indigno por sus ministros, El emperador se miraba ante el espejo y fingía contemplar cada una de las partes de su traje, pero en realidad, seguía sin ver nada, y así desnudo, participó en un desfile por las calles de su pueblo…
¿Por qué recordar este cuento infantil? Porque me recuerda uno de los engaños más simples de la watchtower: solamente “los ungidos” saben qué se siente ser ungido, y es algo que no pueden explicar a los demás.
A lo largo de la historia de esta organización muchos se han dado cuenta del engaño del ungimiento místico especial, pero ante los cuestionamientos los supuestos ungidos solamente contestan que nadie más que ellos pueden estar seguros de su estatus especial. ¿Qué pensarán los miembros del cuerpo gobernante que bien saben que no hay nada especial en ellos y que solamente se inventaron lo del ungimiento para acceder a una vida de rey? ¿qué pensarán cuando evalúan invitar a un nuevo miembro al club? Seguramente este tema es tan escabroso que ni siquiera entre ellos mismos hablan del tema, no sea que sin querer admitan que no tienen nada especial.
Sus ayudantes de los distintos comités prefieren también tomarles la palabra en vez de cuestionar sus credenciales, a pesar que estos ayudantes más que nadie puede estar al tanto de los defectos de estos hombres, estos ayudantes deben saber que eso de los ungidos es solo un mito.
Y, por último, los miles de participantes de los emblemas por todo el mundo perpetúan el engaño, a la cúpula estos miles de participantes no son de su interés, pero sí son de utilidad, pues si solamente estos ocho lunáticos afirmaran ser ungidos seguramente para todos sería sospechoso, pero al haber dispersos por todo el mundo cientos o miles de ungidos que también afirman como pericos que “el espíritu mismo da testimonio” el testigo de a pie es convencido del engaño.
Así que eso de que el espíritu mismo da testimonio, en la forma que lo aplica la sociedad watchtower es un pacto de silencio que perpetúa el engaño.
El primero en “ver” el traje fue un ministro del emperador, quien obviamente no vio nada, pero para no quedar exhibido como necio e indigno del cargo mintió alabando lo maravilloso del traje, uno a uno todos los ministros del emperador “vieron” el traje, pero nadie se atrevía a contradecir a los demás diciéndoles que no veía nada, así hasta que llegó el momento en que el emperador debía usar el traje… evidentemente el emperador tampoco veía ni sentía ninguna prenda, pero guardó silencio para no ser catalogado de indigno por sus ministros, El emperador se miraba ante el espejo y fingía contemplar cada una de las partes de su traje, pero en realidad, seguía sin ver nada, y así desnudo, participó en un desfile por las calles de su pueblo…
¿Por qué recordar este cuento infantil? Porque me recuerda uno de los engaños más simples de la watchtower: solamente “los ungidos” saben qué se siente ser ungido, y es algo que no pueden explicar a los demás.
A lo largo de la historia de esta organización muchos se han dado cuenta del engaño del ungimiento místico especial, pero ante los cuestionamientos los supuestos ungidos solamente contestan que nadie más que ellos pueden estar seguros de su estatus especial. ¿Qué pensarán los miembros del cuerpo gobernante que bien saben que no hay nada especial en ellos y que solamente se inventaron lo del ungimiento para acceder a una vida de rey? ¿qué pensarán cuando evalúan invitar a un nuevo miembro al club? Seguramente este tema es tan escabroso que ni siquiera entre ellos mismos hablan del tema, no sea que sin querer admitan que no tienen nada especial.
Sus ayudantes de los distintos comités prefieren también tomarles la palabra en vez de cuestionar sus credenciales, a pesar que estos ayudantes más que nadie puede estar al tanto de los defectos de estos hombres, estos ayudantes deben saber que eso de los ungidos es solo un mito.
Y, por último, los miles de participantes de los emblemas por todo el mundo perpetúan el engaño, a la cúpula estos miles de participantes no son de su interés, pero sí son de utilidad, pues si solamente estos ocho lunáticos afirmaran ser ungidos seguramente para todos sería sospechoso, pero al haber dispersos por todo el mundo cientos o miles de ungidos que también afirman como pericos que “el espíritu mismo da testimonio” el testigo de a pie es convencido del engaño.
Así que eso de que el espíritu mismo da testimonio, en la forma que lo aplica la sociedad watchtower es un pacto de silencio que perpetúa el engaño.