08 Jun, 2022, 08:41 PM
Viendo el video del ascensor, pensaba: pero qué tonta, así debí verme yo hace unos años.
Siendo sincera, tenía el ferviente deseo de dar más a Jehová por amor a él y a las personas, creyendo que al predicar más, al ofrecerme para hacer el aseo, al donar más dinero, al visitar más a los hermanos enfermos, al hacer arreglos para predicar por carta con los hermanos enfermos y cosas así, estaba ayudando y manifestando cualidades cristianas a favor de los interes del reino y de los hermanos.
No obstante, tampoco puedo negar que sí sentía la constante presión de hacer más. Aunque no tenía un minuto para descansar o dedicarme a algún hobby, constantemente recibía comentarios de "amigas" sobre aprovechar más la juventud, trabajar menor, predicar más, ir a un territorio con más necesidad, participar en la construcción de salones del reino y así por el estilo. Todo el tiempo me sentía mal conmigo misma y con Jehová por no hacer más. Sobra decir que mi autoestima estaba por el piso.
Siempre me gustó mucho la lectura, pero me sentía muy culpable cuando dedicaba horas a leerme algún libro no teocrático y luego me daba golpes de pecho porque no estaba al día con las publicaciones, así que me sentía inicua por haberle dedicado tiempo a otra cosa y me empecinaba aún más en emplear todo mi tiempo, energías y recursos para agradar más a Jehová.
Como conté el algún otro hilo, hasta llegué a pensar en el suicidio, porque me consideraba basura, aunque era precursora, comentaba en cada reunión, me entrevistaban en asambleas, había ido varias veces a la escuela de precursores y en general.. había gozado de "privilegios" muy apetecidos. Entonces, ¿De dónde venían todos esos sentimientos tan negativos? venían de experiencias como las de Sabina; de comentarios de hermanos que si no me veían todo el sábado y el domingo en la predicación, me llamaban para saber si era que estaba muriendome en cama, porque sería la única razón aceptable para no estar dando testimonio de las buenas nuevas del reino; venían de una autoestima minada desde la más tierna infancia por enseñanzas corrosivas; venía a su vez de la búsqueda de aceptación, incluso tal vez admiración; venían de una vida sin sentido alguno.
Ahora por fin, después de un largo camino, me siento feliz conmigo misma, un proyecto en construcción, pero a mi gusto. Aunque por razones familiares tengo que seguir en mi papel, al menos por algún tiempo, ya no me desvivo por cumplir esos absurdos requisitos...es un alivio!
Slds,
Siendo sincera, tenía el ferviente deseo de dar más a Jehová por amor a él y a las personas, creyendo que al predicar más, al ofrecerme para hacer el aseo, al donar más dinero, al visitar más a los hermanos enfermos, al hacer arreglos para predicar por carta con los hermanos enfermos y cosas así, estaba ayudando y manifestando cualidades cristianas a favor de los interes del reino y de los hermanos.
No obstante, tampoco puedo negar que sí sentía la constante presión de hacer más. Aunque no tenía un minuto para descansar o dedicarme a algún hobby, constantemente recibía comentarios de "amigas" sobre aprovechar más la juventud, trabajar menor, predicar más, ir a un territorio con más necesidad, participar en la construcción de salones del reino y así por el estilo. Todo el tiempo me sentía mal conmigo misma y con Jehová por no hacer más. Sobra decir que mi autoestima estaba por el piso.
Siempre me gustó mucho la lectura, pero me sentía muy culpable cuando dedicaba horas a leerme algún libro no teocrático y luego me daba golpes de pecho porque no estaba al día con las publicaciones, así que me sentía inicua por haberle dedicado tiempo a otra cosa y me empecinaba aún más en emplear todo mi tiempo, energías y recursos para agradar más a Jehová.
Como conté el algún otro hilo, hasta llegué a pensar en el suicidio, porque me consideraba basura, aunque era precursora, comentaba en cada reunión, me entrevistaban en asambleas, había ido varias veces a la escuela de precursores y en general.. había gozado de "privilegios" muy apetecidos. Entonces, ¿De dónde venían todos esos sentimientos tan negativos? venían de experiencias como las de Sabina; de comentarios de hermanos que si no me veían todo el sábado y el domingo en la predicación, me llamaban para saber si era que estaba muriendome en cama, porque sería la única razón aceptable para no estar dando testimonio de las buenas nuevas del reino; venían de una autoestima minada desde la más tierna infancia por enseñanzas corrosivas; venía a su vez de la búsqueda de aceptación, incluso tal vez admiración; venían de una vida sin sentido alguno.
Ahora por fin, después de un largo camino, me siento feliz conmigo misma, un proyecto en construcción, pero a mi gusto. Aunque por razones familiares tengo que seguir en mi papel, al menos por algún tiempo, ya no me desvivo por cumplir esos absurdos requisitos...es un alivio!
Slds,
"Que tengas el honor de morir en batalla y nunca sobrevivir a la derrota". Despedida Klingon
Los saludo desde aquí,
Lavidaesduda