07 Nov, 2017, 12:21 PM
Hola Moises,
Creo que ya lo hemos dicho antes (quizás en otros foros) pero el triste caso de nuestros seres queridos y gente que apreciamos que sigue dentro de este engaño replica aquella fábula del burro y la zanahoria. Me permito narrar una de tantas versiones de la misma:
Saludos cordiales,
PhaRisaios
Creo que ya lo hemos dicho antes (quizás en otros foros) pero el triste caso de nuestros seres queridos y gente que apreciamos que sigue dentro de este engaño replica aquella fábula del burro y la zanahoria. Me permito narrar una de tantas versiones de la misma:
Cita:– Este burro no anda Papá, te han engañado en el mercado.
– ¿Y porque iba andar, hijo mío, acaso tiene algún sitio donde ir? Nada ni nadie se mueve sin un objetivo, sin querer alcanzar una meta, sin obtener algo a cambio
– Entonces ¿Qué hago para que se mueva?
– ¿Has escuchado la fábula del burro y la zanahoria? El burro necesita de una motivación para tirar del carro, no nació para tirar de él, nadie le ha enseñado a hacerlo. Así que tenemos que ofrecerle una motivación, proponerle un objetivo, algo por lo que moverse, algo motivante por lo que tirar hacia adelante. Al burro le encantan las zanahorias así que con la ayuda de un palo le pondremos una zanahoria justo delante de su cara, justo delante pero lo suficientemente lejos para que no la pueda alcanzar, para obligarlo a moverse hacia delante con la esperanza de conseguir tan preciado tesoro. Pero ¡ojo! Hijo mío, muchos te dirán, te aconsejarán que nunca permitas que el burro alcance su zanahoria. Te dirán que si lo hace nunca volverá a tener la misma motivación por alcanzarla, que perderás tu estatus, que tendrás un burro parado. Pero no te equivoques, el burro por muy animal que sea, necesita recompensas, necesita que alguien le reconozca sus méritos. Déjale que al final del día alcance su zanahoria y muéstrale que después de una viene otra que, quizás, sea mejor, más grande, más fresca, más sabrosa.
Saludos cordiales,
PhaRisaios
cuerpogobernante.wordpress.com