22 Nov, 2017, 12:11 PM
Añadiendo a lo que comentó Palito, los testigos en España se benefician de los terrenos municipales que algunos ayuntamientos ceden para costruir salones, lo que libera para su venta los salones de la misma ciudad que en su día construyeron y pagaron los testigos locales, lo de separación iglesia/estado queda muy bien para la foto, pero cuando hay dinero o beneficio por medio la cosa cambia.
También se aprovechan de los locaales y pabellones que ceden para asambleas a un costo digamos reducido, pero que luego a base de recordar cansinamente la necesidad de contribuir se amortiza con creces.
Y es cierto que no se pasa el platillo en las reuniones, pero hasta los mismos testigos están ya hasta el gorro de que se les recuerde lo de contribuir. Hace como un año estaba en una reunión social con dos ancianos, tres siervos ministeriales, dos publicadores y este apóstata, y empezaron a despotricar todos de que ya estaba bien de tanto solicitar donaciones, uno de ellos incluso incidió en que no pensaba dar nada para los autos de los super de circuito, que llevabann coches que él no podía llevar.
Y para muestra las revistas, ya no se conforman con el habitual artículo de Noviembre indicando cómo y lo necesario de donar, sino que en La Atalaya de estudio de Enero de 2018 también se incluye un artículo, ojo, de estudio, sobre lo importante que es donar porque si nó no le estás demostrando a Jehová que lo quieres y tal y tal.
Por otra parte, en la correspondencia a los ancianos sobre el tema, ya no se habla de voluntariedad sino de deber, sí deber. A ellos se les presiona y luego que se espabilen como se nos dijo una vez en una reunión de ancianos en Barcelona, en el salón de Horta concretamente, que espabiláramos para que los hermanitos se rasquen el bolsillo.
Así que no nos cuenten cuentos que ya no somos niños.
También se aprovechan de los locaales y pabellones que ceden para asambleas a un costo digamos reducido, pero que luego a base de recordar cansinamente la necesidad de contribuir se amortiza con creces.
Y es cierto que no se pasa el platillo en las reuniones, pero hasta los mismos testigos están ya hasta el gorro de que se les recuerde lo de contribuir. Hace como un año estaba en una reunión social con dos ancianos, tres siervos ministeriales, dos publicadores y este apóstata, y empezaron a despotricar todos de que ya estaba bien de tanto solicitar donaciones, uno de ellos incluso incidió en que no pensaba dar nada para los autos de los super de circuito, que llevabann coches que él no podía llevar.
Y para muestra las revistas, ya no se conforman con el habitual artículo de Noviembre indicando cómo y lo necesario de donar, sino que en La Atalaya de estudio de Enero de 2018 también se incluye un artículo, ojo, de estudio, sobre lo importante que es donar porque si nó no le estás demostrando a Jehová que lo quieres y tal y tal.
Por otra parte, en la correspondencia a los ancianos sobre el tema, ya no se habla de voluntariedad sino de deber, sí deber. A ellos se les presiona y luego que se espabilen como se nos dijo una vez en una reunión de ancianos en Barcelona, en el salón de Horta concretamente, que espabiláramos para que los hermanitos se rasquen el bolsillo.
Así que no nos cuenten cuentos que ya no somos niños.