[C.R. Rodríguez C.]

Así fue mi estimado palolo, así fue. Desde que se radicó aquí en la ciudad de Hermosillo, al quedar viudo, tuve ese inefable y celestial privilegio en mis últimas semanas como miembro de la empresa, y era tío político de mi "supuesto amigo".

Recuerdo que quiso apelar al sentimiento de culpa en mí, para que yo recapacitara y me decía, haciendo los gestos y hablando como si fuera uno de los hijos de la señora casada( ¡ya sabes cómo es de teatral y comediante, por no decir payaso!): "Carlos, imagínate a los hijos de la mujer, diciéndote esto:¡No, Carlos! No seas malo, no te lleves a nuestra mamá, por favor no te la lleves". Por supuesto, mi corazón "endurecido por el pecado" me impedía que sus pantomimas hicieran mella en mí.

Aparte, que jamás tuve contacto con los niños de ella y jamás deseé hacerles daño, al contrario, como dice un dicho, no estoy seguro cómo va, pero la idea es ésta, como diría el Chapulín Colorado:" Si quieres la vaca, los becerros también son tuyos". Y yo en mi duelo, los hubiera aceptado con todo mi amor.

Pero sí, palolo, tuve el privilegio que el ente hebreo se comunicara conmigo por medio de David p3la3$. Saludos desde Hermosillo, Sonora, México.