17 Dec, 2023, 03:33 AM
Los Testigos no siguen las modas del mundo de Satanás...
Menos en la cuestión de la barba.
Así lo deja claro el siguiente fragmento del artículo de g00 22/1 22-24
Aparecen y desaparecen las barbas
Desde tiempos remotos, las barbas han aparecido y desaparecido, dependiendo de la moda del momento. El libro Everyday Life in Ancient Egypt (La vida diaria en el antiguo Egipto) señala que los egipcios “se distinguían por no tener mucho vello, y se enorgullecían de andar bien rasurados, para lo cual empleaban elegantes navajas que guardaban en hermosas fundas de cuero”. Esta costumbre quizás explique por qué el prisionero hebreo José se afeitó antes de comparecer ante Faraón (Génesis 41:14).
Los asirios eran un pueblo de barba espléndida, y llegaban al extremo de la vanidad en los cuidados y atenciones que le prodigaban a su barba: se la rizaban, trenzaban y arreglaban de maneras muy complicadas.
Por otro lado, los israelitas de la antigüedad mantenían la barba a una longitud moderada, recortándola con una navaja. Entonces, ¿por qué les ordenaba la Ley de Dios que no ‘cortaran los mechones de sus lados’ ni ‘destruyeran la extremidad de su barba’? Este mandato no les prohibía recortarse el cabello o la barba, sino que les prevenía contra imitar las prácticas religiosas extremas de las naciones paganas vecinasa (Levítico 19:27; Jeremías 9:25, 26; 25:23; 49:32).
En la antigua sociedad griega era normal que todos los varones llevaran barba, excepto los nobles, quienes frecuentemente se afeitaban al ras. Parece que en Roma, la moda de afeitarse surgió en el siglo II a.E.C., y por siglos prevaleció la costumbre de hacerlo a diario.
A la caída del Imperio romano, sin embargo, se impuso nuevamente la barba, y se siguió llevando por unos mil años, hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando se puso de moda afeitarse. La imagen del hombre bien afeitado predominó durante todo el siglo XVIII. Pero, en la segunda mitad del siglo XIX, el péndulo empezó a oscilar otra vez hacia el lado contrario. Por ello, en las fotografías se ve a C. T. Russell (primer presidente de la Sociedad Watch Tower) y a su hermano cristiano W. E. Van Amburgh con barbas recortadas y bien arregladas, según el estilo digno y apropiado de la época. Y a principios del siglo XX, la costumbre de afeitarse resurgió una vez más, y su popularidad se ha mantenido en la mayoría de los países hasta nuestros días.
Cuando vuelva a llevarse el afeitado, la volverán a prohibir.
Pero una vez más, la papeleta se la endosan a otro.
Ahora le toca al "carro".
Menos en la cuestión de la barba.
Así lo deja claro el siguiente fragmento del artículo de g00 22/1 22-24
Aparecen y desaparecen las barbas
Desde tiempos remotos, las barbas han aparecido y desaparecido, dependiendo de la moda del momento. El libro Everyday Life in Ancient Egypt (La vida diaria en el antiguo Egipto) señala que los egipcios “se distinguían por no tener mucho vello, y se enorgullecían de andar bien rasurados, para lo cual empleaban elegantes navajas que guardaban en hermosas fundas de cuero”. Esta costumbre quizás explique por qué el prisionero hebreo José se afeitó antes de comparecer ante Faraón (Génesis 41:14).
Los asirios eran un pueblo de barba espléndida, y llegaban al extremo de la vanidad en los cuidados y atenciones que le prodigaban a su barba: se la rizaban, trenzaban y arreglaban de maneras muy complicadas.
Por otro lado, los israelitas de la antigüedad mantenían la barba a una longitud moderada, recortándola con una navaja. Entonces, ¿por qué les ordenaba la Ley de Dios que no ‘cortaran los mechones de sus lados’ ni ‘destruyeran la extremidad de su barba’? Este mandato no les prohibía recortarse el cabello o la barba, sino que les prevenía contra imitar las prácticas religiosas extremas de las naciones paganas vecinasa (Levítico 19:27; Jeremías 9:25, 26; 25:23; 49:32).
En la antigua sociedad griega era normal que todos los varones llevaran barba, excepto los nobles, quienes frecuentemente se afeitaban al ras. Parece que en Roma, la moda de afeitarse surgió en el siglo II a.E.C., y por siglos prevaleció la costumbre de hacerlo a diario.
A la caída del Imperio romano, sin embargo, se impuso nuevamente la barba, y se siguió llevando por unos mil años, hasta la segunda mitad del siglo XVII, cuando se puso de moda afeitarse. La imagen del hombre bien afeitado predominó durante todo el siglo XVIII. Pero, en la segunda mitad del siglo XIX, el péndulo empezó a oscilar otra vez hacia el lado contrario. Por ello, en las fotografías se ve a C. T. Russell (primer presidente de la Sociedad Watch Tower) y a su hermano cristiano W. E. Van Amburgh con barbas recortadas y bien arregladas, según el estilo digno y apropiado de la época. Y a principios del siglo XX, la costumbre de afeitarse resurgió una vez más, y su popularidad se ha mantenido en la mayoría de los países hasta nuestros días.
Cuando vuelva a llevarse el afeitado, la volverán a prohibir.
Pero una vez más, la papeleta se la endosan a otro.
Ahora le toca al "carro".
"La religión es solo una manera de sacarles el diezmo a los ignorantes, sólo existe un Dios, y ése no se enriquece como los curas charlatanes".
John Lennon
"La única iglesia que ilumina, es la que arde"
Piotr Kropotkin