10 Dec, 2024, 09:00 AM
Hola UnRandomMas
Fíjate que, es bien curioso que, las personas que hacen este tipo de preguntas, como la tuya del por qué nosotros llegamos al punto quizás de odiar la organización de los Testigos de Jehová, son de personas que están en la organización y les ha ido bien en la vida. Entiendo que tú pasaste por una situación incómoda según he leído, pero con todo respeto, no creo que se compare con lo que muchos han vivido. Te pongo un ejemplo:
Yo jamás en mi vida he tenido cáncer, ni jamás he tenido a un familiar cercano con esa enfermedad. ¿Te imaginas si yo, que no tengo ni las más remota idea de lo que es padecer esa enfermedad, me metiera a un hospital oncológico a decirles a todos los pacientes: ¿"Y por qué odian ustedes tanto el cáncer? Si yo he conocido personas como ustedes que han superado el cáncer, vamos hasta profesionales hay con cáncer que llevan una vida relativamente normal"?
No crees que sería hasta un poco estúpido mi comentario?
Vamos, que lo que he dicho es cierto. Pero, si yo estuviera sufriendo en carne propia los efectos dolorosos de esta enfermedad, a lo mejor no estuviera diciendo éstas sandeces.
Efectivamente, hay personas que en la organización han hecho su vida: han ido a la universidad, tienen familia, un buen trabajo, son respetados en la comunidad, tienen amigos en todos lados, etc. ¿Pero, por qué? Afortunadamente, les tocó vivir en una familia que no fue tan fanática, que supo diferenciar entre la espiritualidad y el fanatismo, y no llevo su religión a su vida privada, se supo desarrollar, digamos, en el contexto del "mundo de Satanás".
Sin embargo, a otros nos tocó la desdicha de crecer en una familia fanática, muchas veces llena de problemas económicos, familiares, o emocionales, que al no tener más propósitos en la vida, encontró en ésta religión una vía de escape para olvidar sus problemas. Nos tragamos enterito el anzuelo del paraíso espiritual que hay en la organización y que dedicar nuestra vida al servicio de un tal Jehová nos daría un puesto seguro en el nuevo mundo.
Debido a ello, muchos de nosotros dedicamos nuestros mejores años a la organización, en cuerpo y alma, rechazando oportunidades laborales, académicas, o hasta amorosas en algunos casos con todo el lujo del mundo. No nos importó ser el raro de la escuela, del salón de clases, del vecindario, del trabajo... hasta que un día abrimos los ojos a la realidad de que la organización es una religión más, que de especial y verdadera, tiene lo que yo tengo de físico cuántico. Vimos que muchas de sus enseñanzas, carecen de fundamento bíblico, sus líderes son igual que los demás líderes religiosos, instan a sus feligreses a llevar una vida sencilla mientras ellos si pueden disfrutar de una vida llena de lujos, y para que te sigo contando si ya mis demás compañeros ya lo resumieron.
Entonces, no es como que un día íbamos de mal humor al Salón del Reino y alguien nos dejó con la mano extendida y nosotros por resentimiento juramos nunca más volver. No amigo mío, no fue así. Fue porque dejamos nuestra vida por la organización para darnos cuenta de que dejamos todo por ella, para recibir tan poco. Tu, que a lo mejor nunca padeciste "cáncer", jamás vas a entender.
Fíjate que, es bien curioso que, las personas que hacen este tipo de preguntas, como la tuya del por qué nosotros llegamos al punto quizás de odiar la organización de los Testigos de Jehová, son de personas que están en la organización y les ha ido bien en la vida. Entiendo que tú pasaste por una situación incómoda según he leído, pero con todo respeto, no creo que se compare con lo que muchos han vivido. Te pongo un ejemplo:
Yo jamás en mi vida he tenido cáncer, ni jamás he tenido a un familiar cercano con esa enfermedad. ¿Te imaginas si yo, que no tengo ni las más remota idea de lo que es padecer esa enfermedad, me metiera a un hospital oncológico a decirles a todos los pacientes: ¿"Y por qué odian ustedes tanto el cáncer? Si yo he conocido personas como ustedes que han superado el cáncer, vamos hasta profesionales hay con cáncer que llevan una vida relativamente normal"?
No crees que sería hasta un poco estúpido mi comentario?
Vamos, que lo que he dicho es cierto. Pero, si yo estuviera sufriendo en carne propia los efectos dolorosos de esta enfermedad, a lo mejor no estuviera diciendo éstas sandeces.
Efectivamente, hay personas que en la organización han hecho su vida: han ido a la universidad, tienen familia, un buen trabajo, son respetados en la comunidad, tienen amigos en todos lados, etc. ¿Pero, por qué? Afortunadamente, les tocó vivir en una familia que no fue tan fanática, que supo diferenciar entre la espiritualidad y el fanatismo, y no llevo su religión a su vida privada, se supo desarrollar, digamos, en el contexto del "mundo de Satanás".
Sin embargo, a otros nos tocó la desdicha de crecer en una familia fanática, muchas veces llena de problemas económicos, familiares, o emocionales, que al no tener más propósitos en la vida, encontró en ésta religión una vía de escape para olvidar sus problemas. Nos tragamos enterito el anzuelo del paraíso espiritual que hay en la organización y que dedicar nuestra vida al servicio de un tal Jehová nos daría un puesto seguro en el nuevo mundo.
Debido a ello, muchos de nosotros dedicamos nuestros mejores años a la organización, en cuerpo y alma, rechazando oportunidades laborales, académicas, o hasta amorosas en algunos casos con todo el lujo del mundo. No nos importó ser el raro de la escuela, del salón de clases, del vecindario, del trabajo... hasta que un día abrimos los ojos a la realidad de que la organización es una religión más, que de especial y verdadera, tiene lo que yo tengo de físico cuántico. Vimos que muchas de sus enseñanzas, carecen de fundamento bíblico, sus líderes son igual que los demás líderes religiosos, instan a sus feligreses a llevar una vida sencilla mientras ellos si pueden disfrutar de una vida llena de lujos, y para que te sigo contando si ya mis demás compañeros ya lo resumieron.
Entonces, no es como que un día íbamos de mal humor al Salón del Reino y alguien nos dejó con la mano extendida y nosotros por resentimiento juramos nunca más volver. No amigo mío, no fue así. Fue porque dejamos nuestra vida por la organización para darnos cuenta de que dejamos todo por ella, para recibir tan poco. Tu, que a lo mejor nunca padeciste "cáncer", jamás vas a entender.
"A nadie le gusta que lo despierten cuando duerme"
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