[JoseFidencioR]

Es duro ser un genio. Aquí en Escéptica lo sabemos (bueno, nos lo han contado, al menos). Es duro tener razón cuando sabes que todo el mundo se equivoca; es difícil poseer la llave para desentrañar los secretos del Universo y que nadie te muestre la cerradura (o al menos nadie te permite hablar con el Presidente de los Estados Unidos para avisarle de la inminente invasión reptiliana). Es muy frustrante haber inventado la máquina de movimiento perpetuo y que te hablen de termodinámica. Es desolador poseer la cura de todas las enfermedades que aquejan a la humanidad y nadie que te pague un mísero Centro de Terapia Alternativa.
Pero al menos lo tienes: el Gran Descubrimiento. Eres lo más. El Maestro. La suma de todo conocimiento. Generaciones venideras te adorarán para siempre.

Ya, ¿pero mientras tanto, qué?
Porque claro, una cosa es saber que estás en posesión de un secreto milenario que va a revolucionar El Mundo Tal Como Lo Conocemos (EMTCLC), y otra cosa es que te crean. Reconozcamos, nosotras las primeras, que enseguida se te va a llenar el blog/Facebook/Tumblr/última página de La Vanguardia de malvados escépticos que no van a aceptar de buenas a primeras tu revolucionario descubrimiento. El mundo es un lugar cruel que se ensaña con los seres especiales como tú, corazón.

Pero no te preocupes. Aquí, hoy, en Escéptica, te vamos a dar las claves para hacer callar para siempre a todos los malvados negativistas de la ciencia oficial. ¡En siete (7) místicos pasos! ¡Y gratis!

1. NO LO CUENTES, HAZLO

Ya sabemos que tienes razón. Tú lo sabes, las voces de tu cabeza te lo dicen, no hay nada más cierto en tu universo. Pero ten en cuenta que esas patéticas criaturas que te piden “pruebas” no tienen tu nivel intelectual. No tienen fe. Necesitan algo más. Afortunadamente ¡es muy fácil! Sólo tienes que demostrar tu habilidad/descubrimiento de tal manera que hasta quien no esté previamente convencido pueda verlo… y convencerse.


Él tenía razón

Si mueves objetos con la mente, por ejemplo, no lo digas: muéstralo. Tú y yo sabemos que puedes, ahora sólo tienes que condescender a que algún escéptico de mente estrecha te ponga un par de controles. Tienen que establecer un protocolo para asegurarse de que realmente mueves objetos con la mente, no soplando o con hilos o  directamente a base de músculos. No te enfades. No eres tú; son ellos, que no pueden entender un universo tan maravilloso como el que tú conoces. Permite que lo hagan. Dales todas las facilidades. Tu habilidad es genuina, y por tanto, sus controles jamás pondrán en peligro el éxito de tu prueba.¿Verdad?

2. CONVIENE SABER DE LO QUE HABLAS
La máquina de movimiento perpetuo que has inventado es asombrosa. El planeta te debe una deuda de gratitud que jamás podrá pagar. Pero claro, siempre saldrá algún chinche que empezará a decir que si no has tenido en cuenta el rozamiento o alguna ley de la termodinámica. La verdad: eso son minucias. Tonterías de la ciencia oficial, occidental y encorsetada. ¿Qué más da si no has estudiado? Tú no necesitas un papelito de una universidad (que encima estará seguramente comprada por El Gobierno en la Sombra) que acredite que has estudiado tal o cual carrera; tú ya puedes dominar el Universo. Pero vaya, qué te cuesta aprender un poquito de física. Así les contestas y rebates sus argumentos en sus propios términos, que impresiona más. Seguro que nadie te tose si eres capaz de rebatir a Bob Park. Obviamente, después de haber demostrado con todos los controles necesarios (véase el punto 1) que tu máquina produce más energía de la que recibe, claro.[/font][/size][/color]
De igual manera, también te conviene dominar algunos términos de otras disciplinas: número de Avogadro, efecto placebo, espectro electromagnético y tal. Te recomiendo especialmente que pongas mucho cuidado cuando uses los términos energía, cuántico y vibración: como sabes (o deberías), ellos no los usan en el mismo sentido que tú, y debes ser capaz de usarlos correctamente si quieres convencer a esos cabezas cuadradas.
Pero no estamos preocupadas porque sabemos que puedes.
 
3. RESPONDE A LAS CRÍTICAS, NO A LOS CRÍTICOS
No, no queremos decir que respondas sólo a las chicas que te critican. Verás. Es triste, pero la envidia de los que no están a la altura de tu genio te perseguirá toda la vida. Seguramente muchos de ellos darán rienda suelta a sus frustraciones criticándote en los comentarios de tu blog/Facebook/Tumblr/última página de La Vanguardia. Sí, sabemos que duele. Que no es bonito ser objeto de cosas tan horribles como preguntas, críticas o exigencias de que tus poderes son reales. Se atreven a pedirte pruebas y algunos ni siquiera lo piden por favor: es un mundo cruel y frío este en el que te ha tocado vivir.

No es exactamente así...

Aun así, un consejo: si sabes que tienes razón (que la tienes), y además puedes probarlo (que puedes), es mejor que toleres unas cuantas críticas. Qué demonios: contéstales. Pero no criticando a quienes que te critican (que son feos y tontos es más que obvio para todos, no te preocupes), sino sus argumentos. Hazlos callar con el poder incontestable de la evidencia. Si te piden que distingas un medicamento homeopático de agua destilada en una prueba con controles a doble ciego, hazlo. Ahorrarás tiempo y de paso te apuntarás una victoria épica sobre las fuerzas del oscurantismo cientifista. No dejes que tu natural modestia te detenga. Te aseguramos que merece la pena que lo hagas.
 
4. ESCUCHAR ES ÚTIL…
¡…Aunque no lo parezca! Puede que alguien te sugiera algo, en esos comentarios críticos que ya no vas a borrar de tu blog/Facebook/Tumblr/última página de La Vanguardia (porque nos estás haciendo caso en todo, a que sí). Algo que quizá no habías tenido en cuenta. Un detallito de nada. Oye, no cuesta nada probar, ¿no te parece? Tu intuición está armonizada con la del Universo y Gaia y todo el resto, de modo que si tu intuición te proporciona un hilillo de duda, creemos que es mejor que le hagas caso. Más vale prevenir que curar.
 
5. ¿PODRÍAS HABERTE EQUIVOCADO?
Noooooo, por supuesto que no. Pero quedas muy bien, muy noble, cuando admites que es posible. De hecho es muy recomendable que pienses en unas cuantas maneras en que podrías haberte equivocado: autosugestión, no saber física, no saber química, no saber biología, no tener ni idea de nada… No, no, no es tu caso, ya lo sabemos. Pero tú piénsalo. Por si acaso. Mira un par de libros, pregunta a un par de expertos en el tema. No es que pensemos que te equivocas, faltaría más, es sólo por precaución. Haznos caso.
 
6. FALSABILIDAD: QUÉ ES, POR QUÉ DEBE IMPORTARTE
La epistemología es un rollo y cuando has descubierto el viaje en el tiempo o la cura contra todos los cánceres se convierte directamente en una molestia. ¿Cómo van a venir a fastidiarte con la falsabilidad cuando está tan claro que tu descubrimiento funciona? ¡Lo has visto con tus propios ojos!

Lo estás haciendo bien

Sí, bueno, ya sabes que a estos malvados escépticos les gusta complicar la vida de la gente. No les basta con tu palabra. Así que una de las cosas que te dirán, ya te lo adelantamos, es que para considerar que tu hallazgo es científico debe ser falsable: debes ser capaz de encontrar una manera de probar que te equivocas. Pero insistimos: ¡no decimos que te equivoques! A ver si me explico: si estuvieras equivocado (que no lo estás, tranqui) tu experimento debería poder demostrarlo. Si posees el toque terapéutico, por ejemplo, una sencilla mampara y un protocolo bien diseñado probarán más allá de toda duda que tus ojos no entran en juego, por ejemplo, y te servirá para diferenciarte de todos esos charlatanes que pululan por ahí. Ya estás tardando.
 
7. SABEMOS QUE NO LO HACES POR EL DINERO…
… Porque eres noble y desprendido y no quieres enriquecerte con tu maravilloso don. Te queremos por ello; es una cualidad admirable. Aun así, la verdad, creemos que sería muy recomendable, de cara a tu credibilidad, que aceptaras el Desafío del Millón de Dólares de la James Randi Educational Foundation. No tienes nada que perder, sobre todo si ya has superado con éxito los seis puntos anteriores. Y no hace falta que te ensucies con riquezas materiales si no quieres. En cuanto ganes el millón de dólares (y seguro que lo haces sin problemas), nos lo regalas: así no te contaminas, y nosotras lo aceptaremos encantadas con tal de librarte de ese mal trago. Porque estamos aquí para ayudarte.
No hay de qué.
http://esceptica.org/2012/06/06/asi-que-...a-oficial/