[Réquiem]

Me arranca carcajadas eso de las 20 asambleas como si fueran toques de trompetas divinas. O sea, ¿en serio? Imaginar que un grupo de señores con sombrero y corbata, reunidos en una convención de los años 20 en algún auditorio polvoriento, representaban el cumplimiento de las visiones de Juan en Patmos… es de un nivel de pretenciosidad olímpica. Vamos, que si esas reuniones eran trompetazos del Apocalipsis, entonces el congreso anual de fabricantes de aspiradoras bien podría ser el séptimo sello abierto por el Cordero.

No solo reciclan las ocurrencias de Rutherford, sino que encima le dan un barniz solemne, como si estuvieran revelando los secretos de la NASA. Es como si alguien escribiera un tratado serio explicando que los pitidos del microondas son, en realidad, los heraldos angélicos del fin de los tiempos. El gran problema de esa doctrina es que tiene más parches que un balón de barrio: primero la Liga de Naciones, luego la ONU… ¿qué sigue? ¿El club de jardinería de Brooklyn como bestia salvaje? En cualquier momento la reinterpretación dirá que las reuniones de Zoom durante la pandemia eran señales proféticas y que el botón de “levantar la mano” era la trompeta número once.

En las páginas 167 a 169, el libro equipara la muerte de los "dos testigos" del Apocalipsis (11:3–7) con un supuesto silenciamiento público de la obra “El Misterio Terminado”. La narrativa señala que la prensa y el clero se unieron para “vilipendiar al pueblo de Dios” y dar por concluido ese libro —como si hubieran apagado una luz profética— mientras insisten que eso "está lejos de la verdad". Dicho libro actualmente tendrá un 90% luz pasada de moda, y aún así, fungió como un "indicador de profecía bíblica cumplida", lo que fue simplemente una edición polémica o retirada, los testigos lo convirtieron en un acto de censura pública contra un mensaje divino. ¡Atención, damas y caballeros con sentido común! Resulta que la supuestamente neutral y fiel organización no solo convirtió 20 aburridas asambleas en trompetazos celestiales, sino que también interpretó que la retirada de páginas de un libro controversial fue un ataque apocalíptico coordinado por clérigos y prensa. Vamos, que aquello de "cortar unas páginas" era lo más cerca que estuvieron del Armagedón editorial. Si aplicamos esa lógica, cuando se descontinúe la Atalaya por falta de presupuesto para papel, será una señal inminente de… ¡el fin de los tiempos modernos!