[Anciano Restaurado]

Es posible que este mensaje exponga mi identidad, pero estoy furioso.

 Ayer, mientras estaba en el trabajo, recibí una llamada desde el teléfono de mi mamá: era un enfermero. Resulta que mi mamá todo lo hace por Zoom, y algunas veces una de sus amigas llevaba a su nieto para darle estudio de la Biblia. Pero este niño ya ha crecido y algunas veces no quiere ir, como es natural cuando los niños entran en esa etapa pre-juvenil, por lo que la hermana ha insistido para que mi mamá salga y la acompañe hasta la casa donde vive el nieto.

El asunto es que ayer accedió, y no bien habían salido de la casa cuando estas dos viejitas que iban solas tenían que pasar un barandal y justo a mi mamá se le fue el cuerpo y se golpeó, cayendo de rodillas: ahora hay que operar y hace un momento el especialista nos dijo que había que hacer un remplazo de rodilla porque había un mayor compromiso.

No me emputa lo del accidente, pues una caída de un adulto mayor puede ocurrir hasta en el baño de la misma casa; ni siquiera estoy molesto porque la hermana haya presionado tanto, pues mi mamá la disculpó y la trata como su amiga fiel.

Mi furia radica en que ayer mis compañeros ancianos, al enterarse del asunto, me llamaban a mí para saber sobre el estado de mi madre, y no fueron capaces de hablar con ella por teléfono. En cambio hoy, cuando se enteraron de que había que someterla a cirugía la llamaron para recordarle las normativas de la negativa a la sangre. ¡Son unos malditos hipócritas, malp@ridos!

*Ofrezco disculpas por mi lenguaje.