[Demas]

Y llegaron "los años maravillosos".

Pude disfrutar de los diferentes cargos entre los ancianos, Presidente (hoy coordinador), servicio, secretario, EMT, conductor de la atalaya, ademas de discursar y conducir la atalaya en asambleas de distrito (hoy regionales) ante 15,000 personas, asambleas de circuito y días especiales.

Fui parte de ese grupo selecto de ancianos para asuntos especiales.

Ademas de asistir a 6 de las llamadas Escuelas del ministerio del Reino, donde tuve participación.

Seguíamos "haciendo discípulos", mi esposa precursora regular, ver a mis hijos participar en la EMT, a mi familia en demostraciones en asambleas. Todo iba viento en popa.

La relación entre los ancianos era inmejorable, los ministeriales progresaban, la congregación seguía creciendo. Realmente era el paraíso espiritual que tanto deseaba.

Sin embargo no todo lo que relumbra es oro, el castillo de arena se derrumbo.