Esta comunidad utiliza cookies
Esta comunidad utiliza cookies para almacenar información de ingreso si eres forista, y tu última visita si no lo eres. Las cookies son pequeños textos almacenados en su computadora; dichas cookies son puestas por este sitio y no posan como riesgo de seguridad. Las cookies rastrean tópicos específicos que usted haya leído. Por favor confirme si acepta o rechaza que estas cookies sean almacenadas.

Una cookie se almacenará en su navegador para prevenir que este aviso salga nuevamente. Usted podrá cambiar este ajuste utilizando el enlace a pie de página.

Copyright authors please see our disclaimer. (March 19, 2021)

Calificación:
  • 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5

Extraño Código Watchtower: Betel, La Roca de los Tiempos de Jove
#4

Pero el culto del antiguo judaísmo no sólo incluía a El, dios del gran miembro, creador del Mundo; también se veneraba a las piedras sagradas, una práctica que estaba extendida por toda la Tierra y cuyas derivaciones alcanzan todavía a nuestro siglo. Las piedras sagradas también fueron asociadas con la vida sexual, y durante mucho tiempo los hombres las consideraron como seres animados, cargados de poder y portadores de la fertilidad. Los menhires, esparcidos por los distintos continentes, a menudo con forma de falos o adornados con ellos, también tienen, al menos parcialmente, significado genital.

Especialmente en la religión cananea, las piedras sagradas (aproximadamente del tamaño de las actuales tumbas) fueron usadas como mojones o betilos (hebr. «massebah»). Si los pilares y columnas de Asera eran signos de la diosa madre de la fertilidad, las piedras simbolizaban al dios masculino, y quizás hubiera algunas en la misma Arca de la Alianza. En todo caso, el patriarca Jacob, dormido, según la Biblia, sobre una piedra y bendecido luego con cuatro mujeres, a quien Dios hizo tantas promesas en el sueño —y no sólo a él, sino también a su «simiente» repetidamente mencionada—, reconoce que aquella piedra es betel, «casa de Dios» (¡El!). «Qué santo» exclama el piadoso personaje, «es este lugar: aquí están verdaderamente la Casa de Dios y las Puertas del Cielo» (lo que se convirtió posteriormente en introito de la liturgia romana de Navidad). Y levanta la piedra como «señal» y la rocía con aceite. Jacob vuelve a construir esta clase de emblemas fálicos en dos pasajes bíblicos posteriores que nos hablan nuevamente de su simiente, de sus hijos y de los hijos de sus hijos, emblemas que adoptarán formas cada vez más bellas y valiosas y que, por cierto, serán prohibidos en el Deuteronomio, condenados por los profetas y destruidos finalmente en el año 620, bajo el reinado de Josías, junto con otras muchas supervivencias del culto pagano. No obstante, hoy todavía hay en Palestina y sus países vecinos numerosos betilos, los árabes siguen untando las piedras sagradas con aceite, los primitivos bailan a su alrededor con el pene en la mano, creyendo en su fuerza generatriz, o frotan en ellas sus partes sexuales y los pechos, con el fin de concebir un hijo o de conservar la leche.

Los israelitas, que eran circuncidados y juraban por el falo, conocían, obviamente, el culto fálico. Tenemos ciertos betilos de aspecto fálico; Isaías menciona a un dios priápico del hogar; Ezequiel, imágenes masculinas de oro y plata con las que se desencadena la lujuria; en Jeremías, los israelitas dicen de la piedra: «tú nos has engendrado»; y en el Eclesiastés se menciona «lanzar piedras» junto a «abrazar» con el significado de hacer hijos. El Medievo cristiano aún conoce la petra genetrix, la piedra materna de la procreación, la lapides vivi o piedra animada, según una inscripción de la catedral de Aquisgrán. Y Matilde de Magdeburgo (infra), la enamorada de Cristo, apostrofa instintivamente a su Prometido: «Tú, roca eminente»[39


Das Kreuz mit der Kirche, eine sexual Geschichte des Christentums

Karlheinz Deschner, 1974
Responder


Mensajes en este hilo

Posibles hilos similares…
Hilo / Autor Respuestas Vistas Último mensaje

Salto de foro:


Usuarios navegando en este hilo: 1 invitado(s)