11 Jul, 2017, 12:38 AM
Bienvenido Kikon007.
Te entiendo porque ya pasé por esa etapa. Pero te recomiendo investigar y leer mucho de las pruebas que en este y otros foros se presentan.
No solo son los casos de pedófilos encubiertos por Watchtower, sino las falsas profecías, el manipuleo mental, la opacidad financiera, el disfraz de religión para una multinacional inmobiliaria y editorial ya en declive, el autonombramiento de un Cuerpo Gobernante aferrado a su papel de Hijos de Dios, y tantas y tantas cosas que estando dentro, uno no podía percibir.
Cuando se logra identificar como se utiliza la Biblia y la buena fe de gente crédula para apoderarse de la vida, los recursos y talentos con fines de enriquecimiento, y uno llega a darse cuenta que esto no es ni santo, ni el "pueblo de Dios" ni la "Santa Madre Organización"
como le han dicho los fanáticos de Circuito, entónces es cuando se llega a sentir libertad, seguridad para mirar hacia adelante sin miedo a un Armagedón o a un comité judicial.
En ese momento se rompen las cadenas.
Te entiendo porque ya pasé por esa etapa. Pero te recomiendo investigar y leer mucho de las pruebas que en este y otros foros se presentan.
No solo son los casos de pedófilos encubiertos por Watchtower, sino las falsas profecías, el manipuleo mental, la opacidad financiera, el disfraz de religión para una multinacional inmobiliaria y editorial ya en declive, el autonombramiento de un Cuerpo Gobernante aferrado a su papel de Hijos de Dios, y tantas y tantas cosas que estando dentro, uno no podía percibir.
Cuando se logra identificar como se utiliza la Biblia y la buena fe de gente crédula para apoderarse de la vida, los recursos y talentos con fines de enriquecimiento, y uno llega a darse cuenta que esto no es ni santo, ni el "pueblo de Dios" ni la "Santa Madre Organización"
como le han dicho los fanáticos de Circuito, entónces es cuando se llega a sentir libertad, seguridad para mirar hacia adelante sin miedo a un Armagedón o a un comité judicial.
En ese momento se rompen las cadenas.
Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado: el tiempo. Napoleón Bonaparte.