[Charles Fiasco Rusell]

Esta carta sin duda alguna es emitida, porque muchos SDC, piden, o aceptan dinero extra. Yo mismo recibí facturas de hasta 200$, en congregaciones en donde solo un 20% trabajaba, de los SDC donde había gastos por medicina cara, a parte hermanos les daban dinero extra, ropa, y muchos así conseguían tener discursos en las asambleas de circuito. Esta carta sin duda va a ser parte de una actualización del Pastoreen.

Ahora, ¿cual es el trasfondo? A la organización, no le interesa ni los publicadores razos, ni los ancianos, ni los circuitos (muchos de ellos entregados a la simonía). La organización no tiene hermanos, ni amigos, sino, intereses. Para ellos, el dinero que se recauda para "obra mundial", es para la central, si, hay una mesada que se les da a los circuitos, pero es un mínimo. La organización quiere asegurarse de no perder nada. Es mas, mandaron a cerrar las cuentas de las congregaciones en los bancos, porque ese interés que se generaba les quedaba al banco, y al año, por miles de cuenta por congregación ya es un dinero considerable.

Una vez, en nuestro circuito, se pidió una ortodoncia, otro mando a comprar las 4 llantas de su Fortuner, y este dinero, no fue a las cuentas de la JW, se considera perdida. Los circuitos, saben que mandar a pedirles cosas a la sucursal, no es con efectos inmediatos. Ahora, hasta ellos mismos deberán "ajustarse".

Los superintendentes nunca han tenido permiso abierto para solicitar lo que se les antoje a las congregaciones, y el manual pautas para los superintendentes de circuito deja claro qué cosas pueden y cuáles no pedir a las congregaciones. El problema es que estas instrucciones no eran del conocimiento de los ancianos y mucho menos del miembros de a pie, así que los superintendentes disponían y los demás solo obedecían.

Ejemplo de esto, hace años que el superintendente en turno sugirió la construcción del departamento para alojamiento en el lugar donde vive (claro, esto ya no es tan fácil de hacer sin que pase desapercibido por la sucursal porque ahora tienen inventariados sus bienes raíces, pero en su tiempo era posible), varios han reembolso de medicamentos y consultas médicas, artículos de papelería (que se supone que debe cubrir el fondo de circuito), y gastos personales como el mantenimiento de su vehículo o ropa.

Pero como bien mencionas, lo que está haciendo la sucursal para frenar este abuso no es más que una estrategia para no perder dinero; y como he comentado anteriormente, el nuevo sistema de contabilidad en línea, vinculado a jw.org visualiza que en un futuro próximo todo gasto de las congregaciones será monitoreado por la sucursal para evitar la fuga de recursos.