24 Oct, 2021, 02:55 PM
Hola a todos y todas.
Sirva este post como presentación en el foro, mas o menos. Y digo "más o menos", porque yo, como otros tantos conforeros que he leído en estas dos últimas semanas antes de decidir a escribir estas líneas, tengo que contar esta, mi historia, desde cierto miedo y aprensión (que no paranoia) del que se presupone vigilado y controlado.
Si. Como muchos y muchas de vosotros, sospecho que este foro debe ser frecuentado por muchos "capos" dentro de la organización y yo como tantos otros, tengo a la práctica totalidad de mi familia metida en este "fregao". Lógicamente, y por miedo a represalias en forma de distanciamiento familiar, intentaré contar mi historia de la manera mas cercana a la realidad posible, pero omitiendo ciertos hechos, cambiando ciertas cosas y no diciendo una verdad absoluta en cuanto a todo, ya que, de contar todos los factores, sería muy sencillo para estos lectores-espías dar con mi identidad. Espero que lo entendáis.
De antemano digo que no guardo ningún tipo de rencor contra nadie. Dí con buenas personas con buenas intenciones, pero guiadas por malas ideas. Allá voy. Aviso, va a ser largo:
Inicios: De pequeño, poco puedes hacer:
Provengo de una ciudad grande en España. Allí nací y crecí y desde que tengo uso de razón, mi familia ha estado involucrada en esta religión. Por ello yo, como otros tantos de vosotros y vosotras, me vi abocado a una "educación cristiana" en "la verdad" sin posibilidad de elegir. Sinceramente, de pequeño tampoco veía que hubiese otra realidad. Veía a mis compañeros de clase, viviendo sus mentiras sobre reyes mágicos, papas noeles y otras mentiras de la religión y me sentía un privilegiado por estar en algo en lo que mis padres no tenían la necesidad de mentirme.
Hacía defensa de mi fe públicamente en el colegio cuando tocaba (habitualmente todas las navidades me tocaba explicar públicamente porque no creía en eso en la clase de Religión, por aquel entonces no se podía elegir y las clases de religión las pasaba dibujando, o en el pasillo, o riéndome de las patrañas que les contaban a mis compis) y me enfrenté al ostracismo provocado por el hecho de "ser diferente". Nunca me importó. En esa época estaba bien orgulloso de ello.
De hecho, en esos años de infancia y adoctrinamiento, creo que tuve el pico mas fuerte de fe en todo este cuento. Pero el ostracismo tuvo una consecuencia inesperada. El hecho de no tener apenas amigos en el colegio y ser una persona muy introvertida, me condujo de lleno a la lectura. Leer me encantaba, era mi evasión a una vida llena de deberes seglares y religiosos y tenía una gran facilidad para ello. Eso me hacía devorar libros, pero no precisamente los de la WT.
Primer despertar: Lee libros y saldras del hoyo
Con 8 años solía leer novelas orientadas a publico adulto y hacia los diez o doce, motivado por un tío mio que era sindicalista político y que me dijo "no creas nada de lo que te cuenta nadie, lee, aprende, analiza y saca tus conclusiones, no las que te den otros" empece a leer literatura social, ensayos y libros de teoría política.
En esos años leí libros de todo tipo: Desde El Capital de Marx a Mein Kampf de Hitler, pasando por Enrrico Malatesta, Proudhon, Milton Friedman, Rudolf Rocker... un poco de todo. Uno de los libros que más me impacto, sin duda, fue "Dios y el Estado" de Mikhail Bakunin. En una parte de este libro anarquista donde se muestra como sirve el concepto de dios a la opresión y el control, Bakunin hace una rápida retrospectiva analizando el comportamiento de dios para con sus adoradores, diciendo que como puede ser dios de perdón y amor un dios que, a los humanos imperfectos cuando se equivocan, los castiga y extermina sin ninguna misericordia.
Lo compara mas con un niño con una lupa, quemando hormigas por capricho. Ese párrafo recuerdo que se me grabó en la cabeza y me marcó y sembró dudas sobre todo lo que contaban. No veía lógico que Dios matase a su pueblo cada vez que cometían un error que no le gustaba. Me parecía que este dios sacaba un poco las cosas de quicio... si. Era ese niño quemando hormigas. Las cosas empezaban a no cuadrar. Tenía 13 años.
Dentro de la organización tampoco tenia amigos. En mi congregación la practica totalidad de personas de mi edad eran chicas y ninguna estaba interesada en mí, ni por motivos amistosos ni mucho menos de otro tipo, así que mi vida transcurría solitaria, rodeado de libros, entre tareas del colegio y después instituto y las labores de la religión. En el colegio era un auténtico outsider en clase, un marginado. En los últimos años sufrí en silencio acoso escolar serio motivado por la religión.
Odiaba con toda mi alma salir a predicar, pese a que era publicador no bautizado y desde que recuerdo, intenté hacerlo lo menos posible.
Recuerdo una escena dramática en las primeras veces que me obligaron a salir, donde a las 9 y cuarto de la mañana, en un portal en el que vivía un amigo de clase, nos soltaron unos perros para que nos mordieran, por molestar. El hermano con el que iba y yo salimos por patas de allí para que no nos comiesen y se monto un buen escándalo, algo que luego corrió por clase para pisotearme un poquito mas a nivel social. Le dije al hermano, un SM que me daba el estudio personal: "¿que sentido tiene esto? ¿porque tenemos que venir a molestar a esta gente? Si no quieren salvarse, que se mueran, y si es voluntad de dios que se salven, ya vendrán por sus medios a la verdad". Lógicamente el hermano me contó una patraña (supongo que el la creía, era un tipo que era buena gente pero estaba muy adoctrinado, ahora lo veo con claridad) pero yo de aquella le deje de ver cualquier tipo de sentido lógico al ir a dar la brasa a la gente a las 9 de la mañana un sábado.
Recuerdo que me encantaba discursar. Aunque sabía que muchas cosas no cuadraban, seguía preparando mis asignaciones con interés, me encantaba desarrollar los temas, buscar información y documentar bien lo que decía. Disfrutaba realmente de salir a discursar y para ser sinceros, es una de las pocas cosas prácticas que aprendí allí que mas tarde he usado en mi vida personal: el perder el miedo a hablar en publico, tener una buena oratoria y desarrollar discursos. A los hermanos les encantaba (o eso me decían) verme discursar y para mis padres era un orgullo. Recuerdo que me felicitaban con frecuencia: "vuestro hijo tiene don para discursar" o "hace discursos con un nivel que no es propio de su edad" les decían y creo que mis padres me veían en unos años de SM o algo mas. Pobrecillos... En alguna asamblea de circuito llegaron a subirnos a toda la familia a la plataforma para contar nuestra experiencia de "vivir una vida de familia en Jehova". Pero para aquel entonces yo tenia serias, muuuy serias dudas de todo aquello.
Con los cambios de la adolescencia, descubrí por casualidad que era realmente bueno con ciertos deportes. Empece a practicar BMX y eso me sacó definitivamente de la órbita de las amistades de la congregación, mas interesadas en otras aficiones comunitarias.
Comencé a hacer amigos "mundanos" y a salir a montar con ellos, pasando cada vez menos tiempo en rollos de la congregación. Uno de los chicos con los que iba era mormón y recuerdo que teníamos una conexión especial porque, si bien la gente con la que montábamos era las primeras personas que no me hacían el vacío por estar en una religión, si que este chico y yo habíamos pasado por el ostracismo social en el colegio. Vi que no estaba solo y que otros pasaban por las mismas cosas, aunque en otras religiones. El chico estaba bastante harto también y quería salir de aquella basura.
Ya tenía 16 o 17 años. Al entrar en el instituto, había logrado hacer un reset respecto al acoso sufrido en el colegio. Me metieron en una clase con gente problemática, les caí bien, alguien pegó a una profesora y la fama de gente “bien pesada” (como dirían en México) nos la ganamos todos. Eso me dio respeto y un respiro para escapar al bullying de los últimos años de colegio.
Un rayo de luz definitivo: Libros viejos y enfoques que cambian:
Me apretaban constantemente para bautizarme. Algunos de mis hermanos menores ya se habían bautizado y yo seguía sin dar el paso. No lo veía nada claro. Y como digo, seguía leyendo mucho. El padre de un amigo con el que hacía BMX trabajaba en la Biblioteca Nacional y como sabía que me gustaba leer, me prestó un facsímil de una primera o segunda edición del Quijote de Cervantes, en castellano antiguo. A pesar de que era un libro que había leído ya en un par de ocasiones, me decidí a leerlo en esa versión original y aquello acabo con mi fe en que la palabra de dios era inspirada y no había sufrido cambios.
En aquella edición del Quijote había bastantes palabras y términos que habían cambiado y que hacían que mi versión moderna fuese "parecida pero no igual". De hecho había frases completas cambiadas, y cosas que habían desaparecido de mi edición moderna. Rápidamente pensé: "si estos cambios los ha sufrido un libro en cuatrocientos años, traduciendo de una lengua que se habla hoy en día... ¿cuantos cambios no habrá tenido la biblia en tres o cuatro mil años? ¿que queda de lo original, que se escribió en lenguas muertas que nadie habla? ¿será todo inventado?"
Ese día fue como un castillo de naipes. Todo se derrumbo dentro de mi. Me di cuenta con meridiana claridad que había basado mi vida en una falsedad, en algo que podía ser tan cierto como una patraña absoluta. Y todo apuntaba a la patraña como lo mas probable.
Dios, si existía, era un maldito sádico que disfrutaba que unas hormiguitas les dedicasen su vida y el se lo pagaba no haciendo nada por mejorar sus vidas y pisoteándolas si hacían algo que no le gustase. Un dios así no merecía nada.
El inicio del Fin: Cosas malas que pueden ser buenas
Ademas de eso, me comencé a interesar por la música y pasados unos años aprendí a tocar el bajo y empece a tocar en un grupo de música de mi ciudad gracias a algunos de los amigos que conseguí con la bici. Dentro del grupo oculté que "pertenecía" a la religión, porque en aquella época era lo que aquí consideráis un PIMO. Estaba dentro, pero lo único que quería era buscar como salir sin destrozar a mis padres y a mis hermanos. También me enfrentaba a lo desconocido. Era menor de edad, estudiante, no tenia redes sociales de apoyo (todo mi entorno, salvo los colegas de la bici y la música eran TJ) y veía que si salia iba a acabar muy mal. Debía pensar una estrategia para alargarlo todo hasta acabar mis estudios y tener un trabajo o si no tenia serio riesgo de exclusión. Por fuera era una persona normal, por dentro estaba sumido en una depresión brutal: vivía una farsa y no había ninguna salida fácil.
Por aquel entonces cometí un error. En uno de los discursos, me toco hablar sobre la creación. Y, para no liarla mucho, en vez de contar lo del guión que se esperaba, me llevé el tema a la teoría del “diseño inteligente” hablando de la evidencia fósil, la datación por carbono 14 y cosas así... para que no me matasen después por defender la evolución directamente. Aquella no se la esperaban. Y lógicamente me pegaron una reprimenda después -y eso que la di en la segunda sala, si llega a ser en la plataforma igual me hubieran bajado en el momento- y como consecuencia lógica, recortaron drásticamente mi participación en la Escuela. Pasé de hacer una asignación cada 3 semanas (y en ocasiones, cubrir a los que de último momento no podían hacerlas) a hacer una cada 5 meses. Tampoco me importó. A esas alturas solo quería salir de aquello.
Empece a estudiar Bachillerato. Quería hacer la carrera de arquitecto. Naturalmente, en la congregación nadie se opuso de manera frontal, pero veladamente en el estudio personal me decían una y otra vez que "dedicase mas tiempo a dios y menos a la vida seglar y a los estudios."
Algunas de esas cosas me enfadaban bastante. Como persona que en aquel tiempo ya tenía unas convicciones políticas y de clase bastante sólidas, recuerdo que una vez derivó la situación a una discusión fuerte durante un estudio donde, respondiendo a este tema, les dije "¿y como se supone que debo ganarme el pan y dar de comer a mi familia en el futuro si no estudio?" la respuesta fue algo en plan “dios proveerá” y me sacaron la ilustración de los gorriones del campo y ya estallé "yo no soy un gorrión. Soy una persona y vengo de la clase trabajadora, trabajador voy a ser toda mi vida... ¿de verdad no veis que si no estudio no podre prosperar de ninguna manera? Me estáis condenando a ser un esclavo". No gustó la discusión y mis padres cada vez estaban mas pesados con esto y con el rollo del bautismo. La situación en casa era dura.
Por estos tiempos (cerca de los 18) la música pasó a ser otro de los objetivos. Lo que antes me reseñaban de manera esporádica se convirtió en un machaque constante. Debía dejar el bajo, la bici y mis actividades mundanas para volverme a dios. En concreto la música les molestaba especialmente porque en las letras de las canciones entre otras cosas como canciones de amor y otras historias, tratábamos temas sociales y políticos y me venían con el “no ser parte de este mundo”. Yo les decía que me negaba a no tener opinión personal sobre cosas que me afectaban de forma directa como humano: la desigualdad social, los malos tratos, la violencia en el mundo, etc.
Pasaron los 18. Seguía estudiando y acabe estudiando a duras penas y tras mucho batallar, una licenciatura. Hasta estos años no fui capaz de conocer a una chica, porque me habían metido tanto en la cabeza los temas de las relaciones extramatrimoniales que, aunque sabía que no tenía que hacer caso a eso, tenia serios problemas para entablar conversaciones con el sexo opuesto. Me habían vuelto un tipo lleno de traumas, inseguridades y problemas de conciencia. Algunos de mis amigos de hecho -y esto lo supe años después- pensaban que era gay, y no era así. Lo que era era incapaz de hablar con chicas de manera normal, porque me habían programado como a los perros de Pavlov.
Ella me abandono al cabo de unos meses porque yo no era capaz de llevar una relación normal. Las inseguridades y el adoctrinamiento me habían llevado a ser un inútil a nivel emocional. Volvía a estar solo.
Empece a trabajar en una empresa de auténticos negreros y -paradójicamente- aquello fue mi salvación. Allí era “obligatorio” quedarse casi cada día a trabajar horas extras gratis. La hora de salida eran las 19, pero de facto rara vez salíamos antes de las 21 o las 22h. Ademas, muchas semanas tocaba viajar a obras, montajes, ferias o instalaciones. Esto, que de normal hubiese sido algo contra lo que me hubiese rebelado, lo acepté de buen grado ya que me resultó una salvación: gracias a estar en la oficina cientos de horas tiradas, podría escapar con una buena excusa de las reuniones y la participación en todo tipo de cosas.
Excusas para escapar.
Fui bajando rápidamente la participación en las reuniones. Las pocas veces que iba, estaba tan cansado por el trabajo que me sentaba al final del salón y o no prestaba atención o me dormía a ratos. El trabajo hizo que tuviera que dejar mi hobby y a muchos de mis amigos de la bici, pero seguía teniendo la música. En casa, mis padres tenían un drama conmigo, porque trabajar era importante, pero el servicio a dios también y yo les decía “¿y que queréis que haga? Vosotros me impedisteis estudiar algo mejor que me hubiera liberado de tiempo para las reuniones. Esto es lo que tenéis a cambio. Tengo que trabajar mas horas”. Ante eso, no había razonamiento porque sabían de su co-responsabilidad al haberme forzado a estudiar lo menos posible.
Gracias a eso fui espaciando las reuniones. Llego un momento que iba a una reunión cada dos meses. Hacía años que no había salido al servicio del campo. Hacía más de un año que no me daban la turra con el estudio. Ví que era el momento de salir definitivamente. Les dije a mis padres que había decidido dejar de ir a las reuniones definitivamente. Que no quería volver y no le veía sentido, por que ya no creía ni en que la biblia era palabra de dios, ni en el propio dios, ni en nada que tuviera que ver con la religión.
El golpe para mi padre fue mas suave. El lo había visto venir y básicamente me dijo bastante fríamente que si no sentía a Jehová en el corazón, mejor estaba fuera. Mi madre si que no lo vio venir. Pasó mas de un año sin dirigirme la palabra, como si fuera un expulsado (cuando ni siquiera estaba bautizado, recordemos que años atrás viendo que esto iba a pasar, decidí no meterme en mas líos bautizándome y era simplemente publicador no bautizado) y de hecho se comunicaba conmigo a través de mis hermanos. Esa situación absurda duró casi un año e hizo que, por no soportar esa pantomima, me fuese de casa y acabase viviendo en un piso compartido.
Reiniciando la vida: Todo puede ir mejor
Así salí. Y a partir de ahí todo empezó a mejorar.
Gracias a amigos del trabajo, conocí a mi actual pareja. Ella logró entenderme y hacerme superar una parte de mis inseguridades (que no todas, arrastro una mochila de piedras desde entonces) y llevamos mas de 20 años juntos, sin estar casados. No necesitamos un papel del gobierno para demostrar un compromiso ante nadie, porque el compromiso lo tenemos entre nosotros dos. Eso sí, en casa de mi familia tenemos que dormir separados. Debe ser que a dios le gustan los papelitos del gobierno mucho más que los compromisos reales. Seguro que a Adán y Eva les hizo firmar un papel ante el alguacil, igual que a los testigos de ahora. Luego, eso si, si se ponen los cuernos, amonestación y aquí no ha pasado nada.
Monté una pequeña empresa con varias personas que conocí en la másica. Somos tres trabajadores, nos va razonablemente bien, y no tenemos que morir trabajando ni dedicar tiempo a más estupideces que las que nos dan dinero para vivir felizmente.
Ademas el grupo de música que tanto presionaron por que finalizase, acabó teniendo un éxito que nadie esperaba. Con el tiempo hemos tenido la oportunidad de grabar varios discos comerciales y hacer un par de giras por Europa y visitar México y América Latina en varias ocasiones, algo de lo que particularmente estoy feliz.
Con el tiempo, recuperé el trato con mi madre, padre y hermanos. No es lo mismo que antes, pero no me puedo quejar, en eso creo que he perdido mucho menos que otras experiencias que he leído en este foro... gracias a que me anticipé y la vi venir.
Por lo demas como veis, en lo personal, en el camino, perdí bastante (creo que como todos...). Con más de 40 años me veo condicionado por una infancia donde se me presionó para negar cosas y sentimientos, para no apreciar otras cosas y para tener una visión sesgada de la vida y las relaciones humanas. Una adolescencia donde no pude vivir lo que vivieron otros amigos, y todas esas vivencias me faltan y sé que, tristemente, nunca las viviré, es algo perdido para siempre. Una juventud dura y sufriendo presión constante, hasta poder escapar finalmente, pero teniendo que sufrir un trato frio y distante simplemente por cortar con algo en lo que hacia años que no creía.
Después de veinte años fuera, he logrado superar algunos de esos traumas y condicionamientos, pero otros (como la concepción del uso de las drogas o el alcohol, por ejemplo) los sigo teniendo muy presentes y a día de hoy algo tan cotidiano como beber cuatro cervezas con los amigos me provoca ansiedad y problemas de conciencia, e incluso si un amigo se emborracha, me siento mal.
Para finalizar mi historia, y como dije al principio, no guardo rencor a nadie. Lo hecho, hecho está y ya no se puede cambiar. Solo espero poder ir superando los traumas que aún me quedan, poco a poco. La gente que me tocó tratar dentro, salvo algún “listo de la vida”, era buena gente, con una motivación positiva, pero el background terriblemente oscuro detrás de la megacorporación WT.
Me siguen saludando si los veo, le preguntan a mis padres o hermanos por mí y con algunos llegué a tener una buena amistad pese a las diferencia de edad.
Sinceramente, no quiero perder del todo a mi familia, pero la realidad es que me gustaría que abriesen los ojos. Pero si algo como lo de la generación traslapada (curiosamente llegue a este foro por ese tema, para explicarle a mi señora el rollo de los 144.000 y vaya sorpresa cuando vi que se habían inventado un cuento nuevo...) no les hace darse cuenta que son todo patrañas, o el enfoque netamente comercial, neoliberalista y enfocado al dinero al 100% de la JW ahora mismo tampoco les convencen para analizar nada mas allá de lo que les ponen delante de los ojos... no se que lo hará. El tiempo dirá si se me presentan oportunidades.
Muchas gracias a todos y todas por haber leído hasta aquí esta, mi historia.
Un saludo. Nos leemos.
PD: Muchas gracias al user Stargate por ayudarme a validar la cuenta.
Sirva este post como presentación en el foro, mas o menos. Y digo "más o menos", porque yo, como otros tantos conforeros que he leído en estas dos últimas semanas antes de decidir a escribir estas líneas, tengo que contar esta, mi historia, desde cierto miedo y aprensión (que no paranoia) del que se presupone vigilado y controlado.
Si. Como muchos y muchas de vosotros, sospecho que este foro debe ser frecuentado por muchos "capos" dentro de la organización y yo como tantos otros, tengo a la práctica totalidad de mi familia metida en este "fregao". Lógicamente, y por miedo a represalias en forma de distanciamiento familiar, intentaré contar mi historia de la manera mas cercana a la realidad posible, pero omitiendo ciertos hechos, cambiando ciertas cosas y no diciendo una verdad absoluta en cuanto a todo, ya que, de contar todos los factores, sería muy sencillo para estos lectores-espías dar con mi identidad. Espero que lo entendáis.
De antemano digo que no guardo ningún tipo de rencor contra nadie. Dí con buenas personas con buenas intenciones, pero guiadas por malas ideas. Allá voy. Aviso, va a ser largo:
Inicios: De pequeño, poco puedes hacer:
Provengo de una ciudad grande en España. Allí nací y crecí y desde que tengo uso de razón, mi familia ha estado involucrada en esta religión. Por ello yo, como otros tantos de vosotros y vosotras, me vi abocado a una "educación cristiana" en "la verdad" sin posibilidad de elegir. Sinceramente, de pequeño tampoco veía que hubiese otra realidad. Veía a mis compañeros de clase, viviendo sus mentiras sobre reyes mágicos, papas noeles y otras mentiras de la religión y me sentía un privilegiado por estar en algo en lo que mis padres no tenían la necesidad de mentirme.
Hacía defensa de mi fe públicamente en el colegio cuando tocaba (habitualmente todas las navidades me tocaba explicar públicamente porque no creía en eso en la clase de Religión, por aquel entonces no se podía elegir y las clases de religión las pasaba dibujando, o en el pasillo, o riéndome de las patrañas que les contaban a mis compis) y me enfrenté al ostracismo provocado por el hecho de "ser diferente". Nunca me importó. En esa época estaba bien orgulloso de ello.
De hecho, en esos años de infancia y adoctrinamiento, creo que tuve el pico mas fuerte de fe en todo este cuento. Pero el ostracismo tuvo una consecuencia inesperada. El hecho de no tener apenas amigos en el colegio y ser una persona muy introvertida, me condujo de lleno a la lectura. Leer me encantaba, era mi evasión a una vida llena de deberes seglares y religiosos y tenía una gran facilidad para ello. Eso me hacía devorar libros, pero no precisamente los de la WT.
Primer despertar: Lee libros y saldras del hoyo
Con 8 años solía leer novelas orientadas a publico adulto y hacia los diez o doce, motivado por un tío mio que era sindicalista político y que me dijo "no creas nada de lo que te cuenta nadie, lee, aprende, analiza y saca tus conclusiones, no las que te den otros" empece a leer literatura social, ensayos y libros de teoría política.
En esos años leí libros de todo tipo: Desde El Capital de Marx a Mein Kampf de Hitler, pasando por Enrrico Malatesta, Proudhon, Milton Friedman, Rudolf Rocker... un poco de todo. Uno de los libros que más me impacto, sin duda, fue "Dios y el Estado" de Mikhail Bakunin. En una parte de este libro anarquista donde se muestra como sirve el concepto de dios a la opresión y el control, Bakunin hace una rápida retrospectiva analizando el comportamiento de dios para con sus adoradores, diciendo que como puede ser dios de perdón y amor un dios que, a los humanos imperfectos cuando se equivocan, los castiga y extermina sin ninguna misericordia.
Lo compara mas con un niño con una lupa, quemando hormigas por capricho. Ese párrafo recuerdo que se me grabó en la cabeza y me marcó y sembró dudas sobre todo lo que contaban. No veía lógico que Dios matase a su pueblo cada vez que cometían un error que no le gustaba. Me parecía que este dios sacaba un poco las cosas de quicio... si. Era ese niño quemando hormigas. Las cosas empezaban a no cuadrar. Tenía 13 años.
Dentro de la organización tampoco tenia amigos. En mi congregación la practica totalidad de personas de mi edad eran chicas y ninguna estaba interesada en mí, ni por motivos amistosos ni mucho menos de otro tipo, así que mi vida transcurría solitaria, rodeado de libros, entre tareas del colegio y después instituto y las labores de la religión. En el colegio era un auténtico outsider en clase, un marginado. En los últimos años sufrí en silencio acoso escolar serio motivado por la religión.
Odiaba con toda mi alma salir a predicar, pese a que era publicador no bautizado y desde que recuerdo, intenté hacerlo lo menos posible.
Recuerdo una escena dramática en las primeras veces que me obligaron a salir, donde a las 9 y cuarto de la mañana, en un portal en el que vivía un amigo de clase, nos soltaron unos perros para que nos mordieran, por molestar. El hermano con el que iba y yo salimos por patas de allí para que no nos comiesen y se monto un buen escándalo, algo que luego corrió por clase para pisotearme un poquito mas a nivel social. Le dije al hermano, un SM que me daba el estudio personal: "¿que sentido tiene esto? ¿porque tenemos que venir a molestar a esta gente? Si no quieren salvarse, que se mueran, y si es voluntad de dios que se salven, ya vendrán por sus medios a la verdad". Lógicamente el hermano me contó una patraña (supongo que el la creía, era un tipo que era buena gente pero estaba muy adoctrinado, ahora lo veo con claridad) pero yo de aquella le deje de ver cualquier tipo de sentido lógico al ir a dar la brasa a la gente a las 9 de la mañana un sábado.
Recuerdo que me encantaba discursar. Aunque sabía que muchas cosas no cuadraban, seguía preparando mis asignaciones con interés, me encantaba desarrollar los temas, buscar información y documentar bien lo que decía. Disfrutaba realmente de salir a discursar y para ser sinceros, es una de las pocas cosas prácticas que aprendí allí que mas tarde he usado en mi vida personal: el perder el miedo a hablar en publico, tener una buena oratoria y desarrollar discursos. A los hermanos les encantaba (o eso me decían) verme discursar y para mis padres era un orgullo. Recuerdo que me felicitaban con frecuencia: "vuestro hijo tiene don para discursar" o "hace discursos con un nivel que no es propio de su edad" les decían y creo que mis padres me veían en unos años de SM o algo mas. Pobrecillos... En alguna asamblea de circuito llegaron a subirnos a toda la familia a la plataforma para contar nuestra experiencia de "vivir una vida de familia en Jehova". Pero para aquel entonces yo tenia serias, muuuy serias dudas de todo aquello.
Con los cambios de la adolescencia, descubrí por casualidad que era realmente bueno con ciertos deportes. Empece a practicar BMX y eso me sacó definitivamente de la órbita de las amistades de la congregación, mas interesadas en otras aficiones comunitarias.
Comencé a hacer amigos "mundanos" y a salir a montar con ellos, pasando cada vez menos tiempo en rollos de la congregación. Uno de los chicos con los que iba era mormón y recuerdo que teníamos una conexión especial porque, si bien la gente con la que montábamos era las primeras personas que no me hacían el vacío por estar en una religión, si que este chico y yo habíamos pasado por el ostracismo social en el colegio. Vi que no estaba solo y que otros pasaban por las mismas cosas, aunque en otras religiones. El chico estaba bastante harto también y quería salir de aquella basura.
Ya tenía 16 o 17 años. Al entrar en el instituto, había logrado hacer un reset respecto al acoso sufrido en el colegio. Me metieron en una clase con gente problemática, les caí bien, alguien pegó a una profesora y la fama de gente “bien pesada” (como dirían en México) nos la ganamos todos. Eso me dio respeto y un respiro para escapar al bullying de los últimos años de colegio.
Un rayo de luz definitivo: Libros viejos y enfoques que cambian:
Me apretaban constantemente para bautizarme. Algunos de mis hermanos menores ya se habían bautizado y yo seguía sin dar el paso. No lo veía nada claro. Y como digo, seguía leyendo mucho. El padre de un amigo con el que hacía BMX trabajaba en la Biblioteca Nacional y como sabía que me gustaba leer, me prestó un facsímil de una primera o segunda edición del Quijote de Cervantes, en castellano antiguo. A pesar de que era un libro que había leído ya en un par de ocasiones, me decidí a leerlo en esa versión original y aquello acabo con mi fe en que la palabra de dios era inspirada y no había sufrido cambios.
En aquella edición del Quijote había bastantes palabras y términos que habían cambiado y que hacían que mi versión moderna fuese "parecida pero no igual". De hecho había frases completas cambiadas, y cosas que habían desaparecido de mi edición moderna. Rápidamente pensé: "si estos cambios los ha sufrido un libro en cuatrocientos años, traduciendo de una lengua que se habla hoy en día... ¿cuantos cambios no habrá tenido la biblia en tres o cuatro mil años? ¿que queda de lo original, que se escribió en lenguas muertas que nadie habla? ¿será todo inventado?"
Ese día fue como un castillo de naipes. Todo se derrumbo dentro de mi. Me di cuenta con meridiana claridad que había basado mi vida en una falsedad, en algo que podía ser tan cierto como una patraña absoluta. Y todo apuntaba a la patraña como lo mas probable.
Dios, si existía, era un maldito sádico que disfrutaba que unas hormiguitas les dedicasen su vida y el se lo pagaba no haciendo nada por mejorar sus vidas y pisoteándolas si hacían algo que no le gustase. Un dios así no merecía nada.
El inicio del Fin: Cosas malas que pueden ser buenas
Ademas de eso, me comencé a interesar por la música y pasados unos años aprendí a tocar el bajo y empece a tocar en un grupo de música de mi ciudad gracias a algunos de los amigos que conseguí con la bici. Dentro del grupo oculté que "pertenecía" a la religión, porque en aquella época era lo que aquí consideráis un PIMO. Estaba dentro, pero lo único que quería era buscar como salir sin destrozar a mis padres y a mis hermanos. También me enfrentaba a lo desconocido. Era menor de edad, estudiante, no tenia redes sociales de apoyo (todo mi entorno, salvo los colegas de la bici y la música eran TJ) y veía que si salia iba a acabar muy mal. Debía pensar una estrategia para alargarlo todo hasta acabar mis estudios y tener un trabajo o si no tenia serio riesgo de exclusión. Por fuera era una persona normal, por dentro estaba sumido en una depresión brutal: vivía una farsa y no había ninguna salida fácil.
Por aquel entonces cometí un error. En uno de los discursos, me toco hablar sobre la creación. Y, para no liarla mucho, en vez de contar lo del guión que se esperaba, me llevé el tema a la teoría del “diseño inteligente” hablando de la evidencia fósil, la datación por carbono 14 y cosas así... para que no me matasen después por defender la evolución directamente. Aquella no se la esperaban. Y lógicamente me pegaron una reprimenda después -y eso que la di en la segunda sala, si llega a ser en la plataforma igual me hubieran bajado en el momento- y como consecuencia lógica, recortaron drásticamente mi participación en la Escuela. Pasé de hacer una asignación cada 3 semanas (y en ocasiones, cubrir a los que de último momento no podían hacerlas) a hacer una cada 5 meses. Tampoco me importó. A esas alturas solo quería salir de aquello.
Empece a estudiar Bachillerato. Quería hacer la carrera de arquitecto. Naturalmente, en la congregación nadie se opuso de manera frontal, pero veladamente en el estudio personal me decían una y otra vez que "dedicase mas tiempo a dios y menos a la vida seglar y a los estudios."
Algunas de esas cosas me enfadaban bastante. Como persona que en aquel tiempo ya tenía unas convicciones políticas y de clase bastante sólidas, recuerdo que una vez derivó la situación a una discusión fuerte durante un estudio donde, respondiendo a este tema, les dije "¿y como se supone que debo ganarme el pan y dar de comer a mi familia en el futuro si no estudio?" la respuesta fue algo en plan “dios proveerá” y me sacaron la ilustración de los gorriones del campo y ya estallé "yo no soy un gorrión. Soy una persona y vengo de la clase trabajadora, trabajador voy a ser toda mi vida... ¿de verdad no veis que si no estudio no podre prosperar de ninguna manera? Me estáis condenando a ser un esclavo". No gustó la discusión y mis padres cada vez estaban mas pesados con esto y con el rollo del bautismo. La situación en casa era dura.
Por estos tiempos (cerca de los 18) la música pasó a ser otro de los objetivos. Lo que antes me reseñaban de manera esporádica se convirtió en un machaque constante. Debía dejar el bajo, la bici y mis actividades mundanas para volverme a dios. En concreto la música les molestaba especialmente porque en las letras de las canciones entre otras cosas como canciones de amor y otras historias, tratábamos temas sociales y políticos y me venían con el “no ser parte de este mundo”. Yo les decía que me negaba a no tener opinión personal sobre cosas que me afectaban de forma directa como humano: la desigualdad social, los malos tratos, la violencia en el mundo, etc.
Pasaron los 18. Seguía estudiando y acabe estudiando a duras penas y tras mucho batallar, una licenciatura. Hasta estos años no fui capaz de conocer a una chica, porque me habían metido tanto en la cabeza los temas de las relaciones extramatrimoniales que, aunque sabía que no tenía que hacer caso a eso, tenia serios problemas para entablar conversaciones con el sexo opuesto. Me habían vuelto un tipo lleno de traumas, inseguridades y problemas de conciencia. Algunos de mis amigos de hecho -y esto lo supe años después- pensaban que era gay, y no era así. Lo que era era incapaz de hablar con chicas de manera normal, porque me habían programado como a los perros de Pavlov.
Ella me abandono al cabo de unos meses porque yo no era capaz de llevar una relación normal. Las inseguridades y el adoctrinamiento me habían llevado a ser un inútil a nivel emocional. Volvía a estar solo.
Empece a trabajar en una empresa de auténticos negreros y -paradójicamente- aquello fue mi salvación. Allí era “obligatorio” quedarse casi cada día a trabajar horas extras gratis. La hora de salida eran las 19, pero de facto rara vez salíamos antes de las 21 o las 22h. Ademas, muchas semanas tocaba viajar a obras, montajes, ferias o instalaciones. Esto, que de normal hubiese sido algo contra lo que me hubiese rebelado, lo acepté de buen grado ya que me resultó una salvación: gracias a estar en la oficina cientos de horas tiradas, podría escapar con una buena excusa de las reuniones y la participación en todo tipo de cosas.
Excusas para escapar.
Fui bajando rápidamente la participación en las reuniones. Las pocas veces que iba, estaba tan cansado por el trabajo que me sentaba al final del salón y o no prestaba atención o me dormía a ratos. El trabajo hizo que tuviera que dejar mi hobby y a muchos de mis amigos de la bici, pero seguía teniendo la música. En casa, mis padres tenían un drama conmigo, porque trabajar era importante, pero el servicio a dios también y yo les decía “¿y que queréis que haga? Vosotros me impedisteis estudiar algo mejor que me hubiera liberado de tiempo para las reuniones. Esto es lo que tenéis a cambio. Tengo que trabajar mas horas”. Ante eso, no había razonamiento porque sabían de su co-responsabilidad al haberme forzado a estudiar lo menos posible.
Gracias a eso fui espaciando las reuniones. Llego un momento que iba a una reunión cada dos meses. Hacía años que no había salido al servicio del campo. Hacía más de un año que no me daban la turra con el estudio. Ví que era el momento de salir definitivamente. Les dije a mis padres que había decidido dejar de ir a las reuniones definitivamente. Que no quería volver y no le veía sentido, por que ya no creía ni en que la biblia era palabra de dios, ni en el propio dios, ni en nada que tuviera que ver con la religión.
El golpe para mi padre fue mas suave. El lo había visto venir y básicamente me dijo bastante fríamente que si no sentía a Jehová en el corazón, mejor estaba fuera. Mi madre si que no lo vio venir. Pasó mas de un año sin dirigirme la palabra, como si fuera un expulsado (cuando ni siquiera estaba bautizado, recordemos que años atrás viendo que esto iba a pasar, decidí no meterme en mas líos bautizándome y era simplemente publicador no bautizado) y de hecho se comunicaba conmigo a través de mis hermanos. Esa situación absurda duró casi un año e hizo que, por no soportar esa pantomima, me fuese de casa y acabase viviendo en un piso compartido.
Reiniciando la vida: Todo puede ir mejor
Así salí. Y a partir de ahí todo empezó a mejorar.
Gracias a amigos del trabajo, conocí a mi actual pareja. Ella logró entenderme y hacerme superar una parte de mis inseguridades (que no todas, arrastro una mochila de piedras desde entonces) y llevamos mas de 20 años juntos, sin estar casados. No necesitamos un papel del gobierno para demostrar un compromiso ante nadie, porque el compromiso lo tenemos entre nosotros dos. Eso sí, en casa de mi familia tenemos que dormir separados. Debe ser que a dios le gustan los papelitos del gobierno mucho más que los compromisos reales. Seguro que a Adán y Eva les hizo firmar un papel ante el alguacil, igual que a los testigos de ahora. Luego, eso si, si se ponen los cuernos, amonestación y aquí no ha pasado nada.
Monté una pequeña empresa con varias personas que conocí en la másica. Somos tres trabajadores, nos va razonablemente bien, y no tenemos que morir trabajando ni dedicar tiempo a más estupideces que las que nos dan dinero para vivir felizmente.
Ademas el grupo de música que tanto presionaron por que finalizase, acabó teniendo un éxito que nadie esperaba. Con el tiempo hemos tenido la oportunidad de grabar varios discos comerciales y hacer un par de giras por Europa y visitar México y América Latina en varias ocasiones, algo de lo que particularmente estoy feliz.
Con el tiempo, recuperé el trato con mi madre, padre y hermanos. No es lo mismo que antes, pero no me puedo quejar, en eso creo que he perdido mucho menos que otras experiencias que he leído en este foro... gracias a que me anticipé y la vi venir.
Por lo demas como veis, en lo personal, en el camino, perdí bastante (creo que como todos...). Con más de 40 años me veo condicionado por una infancia donde se me presionó para negar cosas y sentimientos, para no apreciar otras cosas y para tener una visión sesgada de la vida y las relaciones humanas. Una adolescencia donde no pude vivir lo que vivieron otros amigos, y todas esas vivencias me faltan y sé que, tristemente, nunca las viviré, es algo perdido para siempre. Una juventud dura y sufriendo presión constante, hasta poder escapar finalmente, pero teniendo que sufrir un trato frio y distante simplemente por cortar con algo en lo que hacia años que no creía.
Después de veinte años fuera, he logrado superar algunos de esos traumas y condicionamientos, pero otros (como la concepción del uso de las drogas o el alcohol, por ejemplo) los sigo teniendo muy presentes y a día de hoy algo tan cotidiano como beber cuatro cervezas con los amigos me provoca ansiedad y problemas de conciencia, e incluso si un amigo se emborracha, me siento mal.
Para finalizar mi historia, y como dije al principio, no guardo rencor a nadie. Lo hecho, hecho está y ya no se puede cambiar. Solo espero poder ir superando los traumas que aún me quedan, poco a poco. La gente que me tocó tratar dentro, salvo algún “listo de la vida”, era buena gente, con una motivación positiva, pero el background terriblemente oscuro detrás de la megacorporación WT.
Me siguen saludando si los veo, le preguntan a mis padres o hermanos por mí y con algunos llegué a tener una buena amistad pese a las diferencia de edad.
Sinceramente, no quiero perder del todo a mi familia, pero la realidad es que me gustaría que abriesen los ojos. Pero si algo como lo de la generación traslapada (curiosamente llegue a este foro por ese tema, para explicarle a mi señora el rollo de los 144.000 y vaya sorpresa cuando vi que se habían inventado un cuento nuevo...) no les hace darse cuenta que son todo patrañas, o el enfoque netamente comercial, neoliberalista y enfocado al dinero al 100% de la JW ahora mismo tampoco les convencen para analizar nada mas allá de lo que les ponen delante de los ojos... no se que lo hará. El tiempo dirá si se me presentan oportunidades.
Muchas gracias a todos y todas por haber leído hasta aquí esta, mi historia.
Un saludo. Nos leemos.
PD: Muchas gracias al user Stargate por ayudarme a validar la cuenta.