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IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA Y TRASTOQUES CONCEPTUALES
#1

IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA Y
TRASTOQUES CONCEPTUALES

La ciencia “apologética “ demuestra y defiende verdades de  la fe, con elementos que le ofrece la razón. Con este enunciado significativo, muchas personas tienden a pensar que las verdades de la fe, solo se circunscriben al dogmatismo religioso y que lo que esta ciencia  demuestra y defiende solo se circunscribe a los aspectos doctrinales que necesariamente van atados a un dogma mistico-religioso. Nada más lejos de la verdad, porque la fe dimana de las expectativas seguras de las cosas por venir y dentro de todo este concepto se hallan las diversidades literarias y circunstanciales que también atañen a ello. Y si la apologética  es ciencia cierta de cara a los postulados que proponen sus concepciones desde todos los ángulos perceptivos disponibles a la imaginación y a las dubitaciones existenciales, no hay que encauzarla necesariamente por el trillo dogmático-religioso. “ Una reciente escuela de teólogos, liderado por el suizo protestante Karl Barth, sostiene que la apologética no es el negocio propio del teólogo “. También Kierkegaard se quejó de que la verdad histórica no puede medirse con una decisión eterna y apasionada. El pasaje de la historia a la seguridad religiosa es un "salto" de una dimensión a otra clase de realidad. Dijo que todos los apologistas tienen la intención de limitarse a hacer plausible el cristianismo. Sin embargo, tales pruebas son vanos porque "para defender cualquier cosa la tendencia es siempre encauzada  en el descrédito ".

No me circunscribo en su totalidad a estas últimas inferencias de Kierkegaard, especialmente la concepción en este párrafo  final citado, sobre supuesta banalidad de las pruebas aportadas en defensa de un postulado. No empece, tomo de ellas lo demás para el sustento de una buena razón. La buena pro de esta razón se sustenta en los aspectos racionalizados, que no encriptan la solidez de sus postulados en una verdad acomodaticia, lineal, única e impenetrable. Las verdades defendibles no tienen que ser encriptadas en dogmas o doctrinas religiosos porque existen otras diversidades, otros parámetros que deben ser atendidos por estas como defensas sobre sus teorías o  de sus inferencias. Las verdades acomodaticias producto de nuevas gestiones en pro de ofrecer nuevos enfoques necesariamente penden de las voluntades de interesados en servirse de ello, para insertar dogmas nuevos que tienen la tendencia a desvirtuar los originales. Es cuando la apologética arroja luz sobre lo que es defendible y demostrable y lo que por naturaleza propia de un asunto, no lo es. Esta circunstancia, atiende al interés de una Organización religiosa, que por haber cometido errores de interpretación acude a ofrecer excusas incapaces de ser efectivas porque la razón no se entiende con ellas. Porque también las percepciones hacen su parte respecto a la intención al crear falsas expectativas, y se comprenden de inmediato esas intenciones.

Es el caso con La Sociedad Watchtower Bible and Tract Society, una Organización regida por un grupo que se autoproclama  motu propio "Esclavo Fiel y Discreto", que usa la discreción fuera de contexto definitorio, cuando tras aceptar como verdad una causa, debido a eventuales efectos, decide estirarla para que se ajuste a nueva circunstancia de un dogma, una doctrina, una disciplina con supuestas nuevas luces de verdades añadidas, pero a todas luces muy acomodaticias. Acomodaticias, pero que no soportan el peso de las analogías investigativas de las razones por in-defendibles, por in-demostrables, espúreas, apócrifas y falsas.

Lo anterior es un preámbulo para la proposición lógica, de que hace falta la razón como vehículo que conduce a toda racionalidad  y  a  sus interacciones racionalizadoras. Estas concepciones van tomadas de las manos con lo expuesto por Charles Wright Mills cuando escribe que: “ hace falta una cualidad mental que ayude al ser humano a usar la información, de tal manera que pueda usar la razón para recapitular con bases lúcidas sobre lo que ocurre en su mundo “.  Y, obviamente para que se pueda imaginar y conceptuar la razón, desde casi todas las perspectivas en que se encuentre,  abocada al discernimiento de circunstancias o situaciones medioambientales. Sin embargo, me preocupa algo así como una categorización sobre supuestas bases lúcidas, porque estas pudieran estar sujetas a un vapuleo, en defecto de cultura equivocada montada sobre bases mal fundadas conceptualmente como es el caso enfocado sobre la Watchtower. No solo por ello, también porque la lucidez está sujeta necesariamente a verdades esenciales probadas, o a verdades dogmáticas racionalizadas y sin lugar a dudas. A continuación expongo dos  hechos circunstanciales en los cuales  las bases lúcidas caen por tierra ante eventuales racionalidades tomadas desde sus interacciones:

 Hace un tiempo fui abordado por un anciano desconocido,  como transeúnte que observaba un edificio admirado por las formas arquitectónicas de este, con una pregunta que me pareció simple y de rápida contestación: - Señor… ¿  puedo hacerle una pregunta ?- me  interpeló el anciano -.
  • -¡ Sí, señor !... ¿ cuál es su pregunta ?. Contesté.

  • -¿ Usted cree en Dios ?. Fue la pregunta. Confesé estar sorprendido, no esperaba una pregunta tan simple y de tan fácil contestación a mi parecer.

  • -¡ Sí, señor ! – contesté después de un ligero forcejeo con el dogma de fe que me asistía.

  • -Pues… ¡ yo no !. Yo no creo en Dios. – y a renglón seguido enfatizando - yo sé que Él… ¡ Es !.
Ipso facto (Inmediatamente ) pude razonar, discurrir y conceptuar la información, cayendo en cuenta y aceptando que este desconocido tenía razón al categorizar la fe en su concepción sobre la existencia  sin dudas de Dios.
  • -Tiene usted sobrada  razón, señor. -Indiqué al anciano-.

  • -¡ Sí !, porque creer es dudar, saber es conocer. Adujo el anciano.
Muy razonables los planteamientos del anciano desconocido – pensé -, porque sin lugar a dudas categorizó con lucidez racionalizada la existencia de este Ser Supremo conocido con el término genérico de “Dios “.

Razón anterior expuesta sobre una creencia que a demasiadas personas en el mundo les parece lúcida y como tal por sentada,  pero que guarda el secreto en la racionalidad de su sapiencia y no en la creencia -incertidumbre. De manera, que sobre este pequeño particular debo discrepar con  Charles Wright Mills. Naturalmente acordar con él, en que hace falta una cualidad mental para el discurrir de las cosas por parte del ser humano. No empece, en estas concepciones, el señor Wright nos deja sobre ascuas, porque solo hace la proposición sin indicar dónde o cómo conseguir u obtener esa “cualidad mental “sobre la cual escribe. Es el hecho, de que concepciones aceptadas como lúcidas porque al parecer se obtienen de las razones apologéticas simples, defendidas  y demostradas por esta ciencia,  caen en el descrédito cuando surgen nuevos elementos cognitivos supuestamente mejor racionalizados.

Y, lloviendo sobre mojado, hago relación de otro ejemplo sustentador e inclusivo en mis proposiciones y sobre el cual acojo sus instancias de cara a las categorizadas bases lúcidas inductivas hacia las aceptaciones concluyentes sobre lo que ocurre en el mundo según Wright. Se trata de un debate llevado a cabo en un programa de radio cuya causa estuvo basada en la discusión sobre un simple vocablo escriturario:

 inicuo, cua

  1. adj. Injusto, no equitativo:
    decisión inicua.


  2. Malvado, cruel.
Continúa en próximo segmento
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#2

IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA Y TRASTOQUES
CONCEPTUALES. PARTE 2 DE 3


Por el hecho de que es la definición otorgada por La Real Academia de la Lengua Española al vocablo “ inicuo ”, la universalidad escrituraria utiliza como “ nefasto o malo ” este vocablo “ inicuo “. Sin embargo, aún cuando aparece lúcida la respuesta como significado aceptado, no por racionalidad, otras connotaciones lo presentan como antítesis de los deméritos "nefasto y malo". ¿ Como es esto ?. Sencillo: si descomponemos etimológicamente al vocablo "inicuo", encontraremos dos componentes gramaticales que hacen la gran diferencia. Inicuo es el vocablo y su descomposición etimológica se comporta de la siguiente manera: "in", es un prefijo de negación; "icuo" es un adjetivo calificativo que implica un concepto de equidad ( igualdad ).

Si como percibido y racionalizado el vocablo se circunscribe al concepto "desigualdad, por inigualable", es obvio que por descomposición etimológica el vocablo "inicuo" íntegro, contiene dos vertientes que tienen que ver con sus aplicaciones: Una persona puede ser tan inicuamente mala, como tan inicuamente buena. Esto es, que una persona es tan mala, que no tiene igual, que nadie es tan malo como esta persona. Que una persona es tan buena, que no tiene igual por lo tanto nadie es tan bueno como esta persona; que no es comparable con otra respecto a la bondad.

Entonces, el rompimiento etimológico del vocablo de marras, rompre, valga la redundancia, con todo el esquema que pretenda presentarlo tan lineal y único como definido por La Real Academia de la Lengua Española. Implica todo esto, que la lucidez no debe ser categorizada, sino presentada como parte del cúmulo de vivencias existenciales adquirido en muchos medios ambientales. Implica también que Charles Wright Mills debió llevar a consideración la relatividad lúcida hasta este plano cognitivo de cara a las defensas de sus postulados.

Parece obvio, que la cualidad mental reseñada pero no implícita, debe tener asiento en el cúmulo de vivencias existenciales de un ser humano, adquirido en sus medios ambientales históricos. Y a raíz de las inquietudes que producen los medios, tratar de hallar respuestas razonables y racionalizadas a cada cuestionamiento que nace de ello y a cada cambio que trastoque las inherencias del texto. Es extraordinariamente deseable el que los haberes cognitivos posean los valores intrínsecos consignados al encuentro fragmentario de verdades, de tal suerte, que una cualidad mental se halle pre- dispuesta a ser razonable, racionalizable y virtuosa de cara a las aclaraciones conceptuales que se logran precisamente tras las búsquedas de fragmentos de verdad por demostrable. Solo así podrían ser útiles las cualidades mentales que propone Wright para la imaginación sociológica. Y solo así podría ser contundente la defensa de verdades aclaratorias desde un punto de vista literario, desde puntos de vistas dogmáticos ya las notas aclaratorias no serían necesariamente aclaratorias si estas son usadas para intereses solapados como ocurre con la Sociedad Watchtower y como fue origen y encargo para la ciencia apologética y para sus defensas implícitas ante ponencia en los libros en sus momentos de interacción deficitaria por parte de los de esa Sociedad.

Para un profesionista, una cualidad mental tendría que tener los elementos cognitivos propios de los acondicionamientos disciplinarios, pedagógicos y psico-pedagógicos de su oficio porque es parte de su mundo. Y desde el conocimiento previamente cultivado y bajo su dominio, se puede tener una visión más o menos amplia sobre el kosmos y una visión más o menos concebida sobre su propio protagonismo eventual y prospectivo. Para esta visión se supone eche una mirada al labrado de su historia, pasar por el presente sin tener que discurrir mucho sobre él, pero vislumbrar su proyección de cara al enfrentamiento con lo que pudiera parecer cierto, incierto o con lo que pudiera imaginar cambiante o cambiado a raíz de sus propias propuestas y metas. Es exactamente lo que no han tenido en cuenta los falsos profetas de la Sociedad Watchtower.

Eventualmente y tras el mismo fin, la cualidad mental seguirá suspendida sobre toda la universalidad cognitiva que en sus haberes idiosincráticos posea. Los cerebros humanos no adivinan, solo comparan y a base de comparaciones logran emitir juicios. Esos juicios podrían llegar a ser ilusiones ópticas por decirlo de alguna manera, en defecto de las incertidumbres que producen las comparaciones y por causa de que no hay fundamentos en propiedad como diapositivas de imágenes en el cerebro para discernir acertadamente sobre algo desconocido, y menos si no se cuenta con una dirección divina. Es cuando hace falta una cualidad mental que pueda producir razonamientos comprehensivos para justificar recapitulaciones tras las obtenciones de sus bases lúcidas. Pero… ¿ qué hay con respecto a seres humanos que carecen de profundidades cognitivas y que se desarrollaron adquiriendo un cúmulo de vivencias en medios dudosos de ambientación disciplinaria y educativa ?. ¿ Qué hay de los que nunca piensan en nada que no sea parte vivencial del día, que no repasan inquietos el labrado de su historia, que no tienen una mirada prospectiva sincera, que viven en un limbo de probabilidades inciertas y pecaminosas por falsas ?. Dicen que el vulgo es mayoría.

El vulgo carece de cualidad mental y por ello está atado a los vaivenes que se suscitan en las sociedades; atado a las manipulaciones en todo orden: social, económico y político cual más insidioso y oportunista. La cualidad mental sugerida por Charles Wright Mills es una deseabilidad del espíritu y para muchos una utopía. Claro, si vamos a ir tras las deseabilidades vamos a contar con los que pueden hacer historia en tal dirección y vamos a por los medios disponibles en los campos sociológicos, utilizando también las capacidades disponibles para que una cualidad mental nos permita asimilar que hay luces más allá de túneles y que podríamos contar con razones lúcidas racionalizadas hasta donde sea posible para que precisamente arrojen luz en la empresa del conocimiento en todos los campos del saber. Para desarrollar la razón es necesaria la búsqueda de verdades y cómo encontrarlas no es tarea fácil, salvo cuando como inferido, se poseen haberes conceptuales aclarados dentro de lo que es cultura de cada persona en todo caso. Para hallar verdades y tener razones lúcidas es menester comenzar con un dogma de fe que establece que el principio de la sabiduría es el temor a Dios. Este principio no es tomado en cuenta por los Testigos de Jehová en la cúpula de un Cuerpo gobernante. y no es tomado en cuenta, porque su razón social no responde al interés por la salvación de los feligreses.

He querido deslindar un poco los aspectos sociológicos dentro del marco de la imaginación, de los aspectos dogmáticos y religiosos. Sin embargo, por necesidad surgen conceptos dogmáticos, debido a que la lucidez propuesta por el señor Wright está atada con eslabones a una cadena del conocimiento sobre la verdad no relativa, pero absoluta de cara a un dogma fehaciente para el logro de esa lucidez deseada. Ello, porque hay verdades probables y hay verdades dogmáticas que se tienen o se descubren por medio de racionalidad conceptual. Cabe preguntar aquí y entonces, ¿ son piadosas algunas mentiras ?. ¡NO!, ninguna mentira es piadosa. Un ejemplo de racionalidad conceptual se halla en una fábula en la que un Rey que desea gobernar eficientemente a su país, solicita consejo a un sabio. El Rey prepara una extensísima carta al sabio solicitando consejo al respecto. El sabio, después de tomar tiempo leyendo la carta, tomó papel y lápiz y en el centro mismo del papel escribió una palabra en respuesta al Rey. Con tan solo una palabra, el sabio contesta una extensa carta enviada por el Rey. El sabio había escrito solo la palabra “ modo ”. ¿ Qué debía implicar para el Rey esta respuesta ?. Por medio de la racionalidad...
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#3

IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA Y TRASTOQUES
CONCEPTUALES -parte tres de tres.

...conceptual el Rey debía entender que tenía que gobernar, con mesura, equilibrio, justicia, equidad, centro, bondad, astucia, moderación, razonabilidad etc.

Desde la imaginación sociológica se plantean los problemas, considerando que existen las posibilidades de solucionarlos o replantear nuevos modelos de gestión en pro de ellos para tipificar acciones encaminadas en primera instancia a entenderlos y en segunda instancia a resolverlos. Para ello es que hace falta que el hombre posea la cualidad mental implícita y apropiada para determinados planteamientos, de tal manera, que pueda llevar lucidez en la retórica conceptual para las recapitulaciones que se tengan a bien considerar. Sin embargo, las re-capitulaciones dan al traste con la idea original concebida y eso tiene sus nefastas implicaciones. Esto deberían saberlo los escritores que sirven a la Watchtower Bible and Tract Society o los que revisan un texto para determinadas aplicaciones. Ello, porque una vez salen los impresos y las consideraciones resultan ser falsas, tendrán que valerse de frágiles nuevas aclaraciones que los colocan en entredicho respecto a quién realmente los dirige en su empresa. Estas inferencias o tal vez aseveraciones, son en parte las preocupaciones de Charles Wright Mills en su ensayo : La Imaginación Sociológica. FCE Mexico,pp.24-28, 31-33.

Está claro que la indiferencia a enfrentar los problemas plantea una crisis de valores en el entramado social y religioso, que afecta a toda la sociedad en conjunto, y trastoca toda gestión particular que se haga en contrario. Pero hay que entender que las capacidades sociológicas de imaginar, plantear, recapitular y resolver no dependen de quienes carecen de lucidez mental cognitiva. De tal suerte, que las mejores intenciones chocan contra este fenómeno inductivo en toda dirección contraria. Y, repito: el vulgo es mayoría. No con esto estoy capitulando, porque medios hay para vender o endilgar concienciación y no hay peor lucha que la que no se hace. Solo me preocupa el hecho de que la retórica dice mucho pero hace muy poco. El interés en proponer es distinto a la voluntad de tomar acciones y resolver. Exísten ejemplos y méritos de interés social, y donde los hay se observa la gran diferencia: hay más armonía, más justicia social, paz, progreso y desarrollo. El interés público se convierte en prioridad debido a que la lucidez mental propone y el ser humano en estos entornos dispone. El interés público se hace parte de todos los estamentos sociales y de los pobladores en particular. El interés público tiene a bien el mejorar conceptos, pero las aceptaciones de mejoras tienen que ser congruentes totalmente con un texto original que de ningún modo debe ser trastocado contextual y conceptualmente afectando con ello el uso de razón defendible y demostrable.

Charles Wright es un crítico que coloca las advertencias sobre las necesidades perentorias en el ser humano de cara precisamente a sus necesidades sociológicas y propone deseabilidades a tenor con la verdad, sus procedencias y sus verdaderas espiritualidades. Sin embargo, no es explícito en cuanto a soluciones, como no sea imponiendo las cargas y preocupaciones sobre los hombros de la sociedad ante sus disyuntivas. Esto no es problema si nos mantenemos vigilantes de las acciones engañosas, apócrifas y espúreas en este caso de la Sociedad Watchtower Bible and Tract Society.
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