04 Nov, 2018, 06:47 PM
Hola, mi nombre es Raquel y está es la primera vez que ingreso a un grupo de ex testigos. Tengo 35 años y hace 11 años decidí dejar de ser Testigo de Jehová y hoy quiero compartir un poco de mi historia con ustedes.
Si alguno de ustedes está pasando por momentos fuertes, de dolor, de angustia, de rabia o de confusión y quieres sentirte escuchado o crees que puedo ayudarte desde mi experiencia de vida te puedes comunicar conmigo al whatsaap +1-418-905-3760
Nací en un hogar de Testigos de Jehova. Somos seis hermanos y mis padres nos pusieron a todos nombres bíblicos. Mi padre era anciano de congregación, mi madre precursora regular, mis hermanos bethelita, precursores especiales y regulares y han llegado a ser hasta ancianos de congregación. Teníamos estudio de familia todas las semanas. Eramos la “familia ejemplar”.
Tanto mi niñez, adolescencia y parte de mi adultez giraron entorno a los Testigos de Jehova. A los 12 años fui publicadora y a los 14 me bauticé, después me hice precursora regular. Antes de cumplir mi primer año como regular me invitaron a mi y a dos de mis hermanos a la Escuela de Precursores. Ese fue uno de los momentos más decisivos de mi vida y marcaría el primer momento para cuestionarme sobre lo que estaba viviendo. Ese primer día de escuela me encerré en el baño del salón del reino a llorar. No entendía por qué me sentía tan infeliz si estaba cumpliendo con todo lo que Jehová, mis padres y la organización pedían de mí. Ser testigo se había convertido en una carga muy grande para mí; entre más privilegios recibía más se alejaba mi deseo de vivir.
A los 21 años decidí dejar de ser testigo de Jehová así que busqué y encontré la manera de hacerme expulsar. Tuve que afrontar el rechazo de mi familia, de mis amigos y de todo lo que me rodeaba. Fueron dos años muy difíciles para mí aunque más adelante me daría cuenta de que esos dos años de valentía serían el inicio de una vida muy feliz. A pesar del rechazo, la soledad y el dolor que trae la expulsión sentía en mí corazón que estaba haciendo lo correcto y quería compartir esa dicha con más personas, quería que supieran lo bien que se siente estar afuera, pensar por uno mismo y escuchar su propia voz. Así que me planteé el objetivo de hacerme restablecer.
Después de dos años logré que me restablecieran. Conversé con algunos testigos sobre mi experiencia y me convencí de que ser testigo de Jehová no era el sitio para mi pero que tampoco era la mejor manera de ayudar a los demás y es cuando decido alejarme completamente de la organización pero sin darles el gusto de volverme a expulsar. Solo dejé de reunirme hasta que me alejé por completo.
Hoy en día soy muy feliz a pesar de que mis padres y algunos de mis hermanos siguen siendo testigos de Jehová. He cumplido muchas de mis metas, he sanado muchas de las heridas de esos 24 años de dolor y he aprendido que cada uno de nosotros tiene una sabiduría interna la cual nos guía a encontrar nuestro propio camino a la felicidad, que solo tú puedes sabes qué es lo mejor para ti.
Yo sé que el proceso de salir es doloroso, yo lo tuve que hacer completamente sola y hubiera deseado tener a alguien con quien compartir el dolor, la rabia y la soledad. Por eso pienso que hacerlo acompañado es más fácil.
Si alguno de ustedes está pasando por momentos fuertes, de dolor, de angustia, de rabia o de confusión y quieres sentirte escuchado o crees que puedo ayudarte desde mi experiencia de vida te puedes comunicar conmigo al whatsaap +1-418-905-3760