23 May, 2019, 01:14 AM
Saludos raza y queridos foristas, este hilo les haré saber a todos una historia muy personal sobre cómo empezaron los Testigos de Jehová en el estado de Nuevo León. Montoya es mi segundo apellido del lado de mi mamá, lo que les contaré es lo que sé por boca de ella y de mi abuelo que ya murió:
Mis bisabuelos Epigmenio Montoya y su esposa Santos de Montoya nacieron a inicios del siglo XX, ellos fueron de los primeros mexicanos en conocer a los misioneros que el hermano Rutherford envió a México en la década de los años 20. Tuvieron cerca de 9 hijos y el primogénito fue mi abuelo Cecilio Montoya que nació en 1927, él fue toda su vida TJ y sus hermanos también se bautizaron. La familia empezó a crecer en número y el apellido Montoya se diseminó por toda el área metropolitana de Monterrey. Mi abuelo vivía con su esposa María del Carmen de Montoya y sus 9 hijos en la colonia Moderna en el municipio de Monterrey, emigraron al municipio de Apodaca a mediados de la década de los 60 y pertenecieron a la congregación Zaragoza-Apodaca, esta congregación lleva ese nombre porque se inició en la calle Zaragoza cerca del palacio municipal.
Ese congregación se fundó creo en septiembre de 1959, actualmente existe y se ubica en la calle Iturbide entre las calles Allende y Matamoros, el salón del reino dedicado se inauguró en agosto de 2007, estuve presente en esa reunión de inauguración y muchos hermanos de la tercera edad lloraron. Una de las congregaciones que surgieron fue Pueblo Nuevo y mi tío José Luis "Don Pepe" Montoya fue uno de los pioneros.
Una de las hermanas de mi abuelo de nombre Cornelia se mudó al estado de San Luis Potosí y por ello hay familias con apellido Montoya en ese estado. En Nuevo León a los 4 vientos hay Montoyas y muchos de ellos están emparentados con El Zelote porque la familia es grandísima, el origen TJ es por el interés que mis bisabuelos aceptaron lo que la Sociedad Watchtower enseñaba en aquella época. Ellos eran de la generación de 1914 y esperaban ver el cumplimiento de la promesa de un Armagedón y un paraíso en la tierra, mi abuelo predicó que en 1975 vendría el fin de este sistema pero no pasó absolutamente NADA. Él me predicó a mí en agosto del año 2000 y comencé a ir a las reuniones:
Me bauticé el 19 de diciembre de 2009, años después el 17 de abril de 2013 fui nombrado siervo ministerial, el 14 de diciembre de 2015 fui expulsado. El 28 de noviembre me readmitieron, mi segunda expulsión fue el 02 de octubre de 2017. Han pasado 2 años y fue una larga vereda entre el rechazo y el querer volver, toparte con ancianos con opiniones personales y toda clase de traspié, hay algunos que me conocen y dicen que no tengo autoridad moral porque me expulsaron 2 veces, pero todos tropezamos muchas veces está escrito en la Biblia.
¿Volver o no volver? Me dice una amiga que conoce mi historia de 100 años de la familia. Si estás leyendo esto la respuesta es que a pesar de la historia familiar, nunca tocan a mi puerta y la pasan por alto, han venido pero a pedir el baño y eso porque mi tía también Montoya le pide a mi mamá que le haga el favor a las hermanas de la congregación Zaragoza, nunca nos invitan a la conmemoración o a las asambleas, ni un mínimo interés hacia nosotros. En la familia algunos dicen soy la oveja negra.
A pesar de los lazos familiares y que mis 2 expulsiones levantaron un muro entre nosotros, estoy feliz en mi condición. Me considero a pesar de mis errores un cristiano verdadero.
"El peor enemigo de la Sagrada Escritura es la imaginación humana", El Zelote