Como leemos, el sacerdote masónico Albert Pike interpreta los “Lugares Altos”, como símbolo de la Pirámide de Betel en las escrituras. El Rey Salomón es uno de los más importantes próceres masónicos, lo que hace el nexo y la unión con el judaísmo y su misticismo. Como menciona Flavio Josefo, a Salomón se le dio “la Sabiduría” (Sofía en el ocultismo Cabalista y Masónico) para oficiar inclusive ritos de exorcismo cuando tenía la bendición de Jesús. Sin embargo, cuando se fue al lado “luminoso” del paganismo, muchos relatan que fue mucho más allá de lo permitido, e hizo alianzas con los espíritus contrarios, cultos espantosos, basados inclusive en el deleite del Sacrificio Humano a través de la quema de personas vivas. En varias sectas ocultistas, Salomón es considerado como Mago y Conjurador de demonios, así como su estrella, también llamada “de David”.
1 Reyes 11
Pero el rey Salomón, además de la hija de Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras, moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas,
2 de las naciones acerca de las cuales el SEÑOR había dicho a los hijos de Israel: No os uniréis a ellas, ni ellas se unirán a vosotros,
porque ciertamente desviarán vuestro corazón tras sus dioses.
Pero Salomón se apegó a ellas con amor.
3 Y tuvo setecientas mujeres
que eran princesas y trescientas concubinas, y sus mujeres desviaron su corazón.
4 Pues sucedió que cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses, y su corazón no estuvo dedicado por entero al SEÑOR su Dios, como
había estado el corazón de David su padre.
5 Porque Salomón siguió a
ASTORET, diosa de los sidonios, y a
MILCOM, ídolo abominable de los amonitas.
6 Salomón hizo lo malo a los ojos del SEÑOR, y no siguió plenamente al SEÑOR, como
le había seguido su padre David.
7 Entonces Salomón edificó UN LUGAR ALTO A QUEMOS, ídolo abominable de Moab
, en el MONTE que está frente a Jerusalén, y a
MOLOC, ídolo abominable de los hijos de Amón.
8 Así hizo también para todas sus mujeres extranjeras
, las cuales quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses.
9 Y el SEÑOR se enojó con Salomón porque su corazón se había apartado del SEÑOR, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces,
10 y le había ordenado en cuanto a esto que no siguiera a otros dioses, pero él no guardó lo que el SEÑOR le había ordenado.
11 Y el SEÑOR dijo a Salomón: Porque has hecho esto, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que te he ordenado, ciertamente arrancaré el reino de ti, y lo daré a tu siervo.
12 Sin embargo, no lo haré en tus días, por amor a tu padre David,
sino que lo arrancaré de la mano de tu hijo.
13 Tampoco arrancaré todo el reino, sino que daré una tribu a tu hijo por amor a mi siervo David y por amor a Jerusalén la cual he escogido.
El canon oficial bíblico, quizás no da tantos detalles acerca del APÓSTATA LUCIFERINO SALOMÓN, a quien se la atribuye la frase fetiche de los Testigos de Jehová, de que “la luz que se hace más brillante”, que aseguran, justifica la práctica de la interpretación y pronóstico erróneo de sucesos futuros (o sea, profetizar en falso) Sin embargo, las consecuencias de la inmensa idolatría sembrada por Salomón, se ven reflejadas en las supuestas medidas tomadas cientos de años después por el Rey Josías:
2 Reyes 23
1 Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y Jerusalén.
2 Y subió el rey a la casa del SEÑOR, y con él todos los hombres de Judá, todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor; y leyó en su presencia todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa del SEÑOR.
3 Después el rey se puso en pie junto a la columna e hizo pacto delante del SEÑOR de andar en pos del SEÑOR y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos con todo
su corazón y con toda
su alma, para cumplir las palabras de este pacto escritas en este libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
4 Entonces el rey ordenó que el sumo sacerdote Hilcías y los sacerdotes de segundo orden y los guardianes del umbral,
sacaran del templo del SEÑOR todas las vasijas que se habían hecho para Baal, para la
Asera y
para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel.
5 Quitó a los sacerdotes idólatras que los reyes de Judá habían nombrado para quemar incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, también a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, a las constelaciones y a todo el ejército de los cielos. 6 Y sacó la Asera de la casa del SEÑOR fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó junto al torrente Cedrón;
la redujo a polvo y arrojó el polvo sobre los sepulcros de los hijos del pueblo.
7 También derribó las casas de los dedicados a la prostitución que estaban en la casa del SEÑOR, donde las mujeres tejían pabellones para la Asera. 8 Entonces trajo a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá,
y profanó los lugares altos donde los sacerdotes habían quemado incienso, desde Geba hasta Beerseba, y
derribó los lugares altos de las puertas que
estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, a la izquierda de la puerta de la ciudad.
9 Sin embargo
, los sacerdotes de los lugares altos no podían subir al altar del SEÑOR en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.
10 También profanó al
Tofet que está en el valle de Ben-hinom,
para que nadie hiciera pasar por fuego a su hijo o a su hija para honrar a Moloc. 11 A la entrada de la casa del SEÑOR, junto a la cámara de Natán-melec, el oficial que
estaba en las dependencias, quitó los
caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol, y prendió fuego a los carros del sol. 12 Y los altares que
estaban sobre el techo, el aposento alto de Acaz que habían hecho los reyes de Judá, y los altares que había hecho Manasés en los dos atrios de la casa del SEÑOR el rey los derribó, los destrozó allí y arrojó su polvo al torrente Cedrón.
13 El rey también profanó los
lugares altos que
estaban frente a Jerusalén, los que
estaban a la
derecha del monte de destrucción, que Salomón, rey de Israel, había edificado a
Astoret, ídolo abominable de los sidonios, y a
Quemos, ídolo abominable de Moab, y a
Milcom, ídolo abominable de los hijos de Amón.
14 Asimismo hizo pedazos los
pilares sagrados , derribó las
Aseras y llenó sus lugares con huesos humanos.
15 Además, derribó el altar que estaba en Betel y el lugar alto que había hecho Jeroboam, hijo de Nabat,
el que hizo pecar a Israel,
o sea, derribó también aquel altar y el lugar alto, destruyó sus piedras, las redujo a polvo y quemó la
Asera.
16 Al volverse Josías, vio los sepulcros que
estaban allí en el monte, y envió a recoger los huesos de los sepulcros y
los quemó sobre el altar, profanándolo, conforme a la palabra del SEÑOR que había proclamado el hombre de Dios que había anunciado estas cosas.
17 Entonces dijo: ¿Qué monumento es éste que veo? Y los hombres de la ciudad le dijeron: Es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y proclamó estas cosas que
has hecho contra el altar de Betel. 18 Y él dijo: Dejadlo en paz; que nadie moleste sus huesos. Así dejaron sus huesos intactos con los huesos del profeta que vino de Samaria.
19 Josías quitó también todas
las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel provocando a ira al SEÑOR; les hizo tal y como había hecho en
Betel.
20 Y mató sobre
los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que estaban allí, y quemó huesos humanos sobre ellos. Y regresó a Jerusalén.
21 Entonces el rey ordenó a todo el pueblo, diciendo: Celebrad la Pascua al SEÑOR vuestro Dios como está escrito en este libro del pacto.
22 En verdad que tal Pascua no se había celebrado desde los días de los jueces que gobernaban a Israel, ni en ninguno de los días de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.
23 Sólo en el año dieciocho del rey Josías fue celebrada esta Pascua al SEÑOR en Jerusalén.
24 Josías también quitó los médium y los espiritistas, los ídolos domésticos y los
otros ídolos, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, con el fin de confirmar las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa del SEÑOR.
25 Y antes de él no hubo rey como él que se volviera al SEÑOR con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni otro como él se levantó después de él.
26 Sin embargo, el SEÑOR no desistió del furor de su gran ira, ya que ardía su ira contra Judá a causa de todas las provocaciones con que Manasés le había provocado. 27 Y el SEÑOR dijo: También quitaré a Judá de mi presencia, como he quitado a Israel. Y desecharé a esta ciudad que yo había escogido, a Jerusalén, y al templo del cual dije: ``Mi nombre estará allí.