11 Dec, 2021, 06:42 PM
En algún lugar del mundo una joven llora… ella creció como hija de un matrimonio Testigo de Jehová.
La joven que ahora llora se bautizó a los 9 años, creyó que fue el mejor día de su vida; ¿Qué habría pasado si a esa edad les hubiera dicho a sus padres que deseaba casarse o independizarse? Seguramente se lo hubieran impedido, pero extrañamente nadie se opuso a que tomara una decisión igual de importante que la marcaría de por vida. La joven con el tiempo fue creciendo, y se fue dando cuenta que las cosas no son como parecen, se siente… diferente, diferente al resto de sus compañeros. Diario fue objeto de burlas por parte de sus compañeros de clase y de vecindario, aun así, ella aún cree en ese momento que su conducta debe ser diferente a los demás. Su vida es una vida de prohibiciones, pues sus padres le prohíben todo: las redes sociales, las fiestas, el alcohol, todo pese a que ya tiene 17 años, ni se le ocurra hablar si algún chico en la escuela le llamó la atención, pues sería reprendida por decirlo.
La joven que ahora llora, ingresó recientemente a la universidad, conoció más personas, y ella quiere vivir esa libertad que percibe en los demás, se da cuenta que muchos jóvenes de su clase se divierten, tienen parejas y consumen alcohol sin remordimiento de conciencia, cada quien decide qué hacer con su vida… habrá quien trunque sus sueños por un embarazo, por una sobredosis o por un accidente al volante, pero la gran mayoría de sus compañeros disfrutan de la vida sin inmiscuirse en ese tipo de problemas, parece que las supuestas consecuencias de “no ser siervo de Jehová” no son tan letales como le han dicho en el salón del reino. Sus padres se dan cuenta que la joven está comenzando a pensar diferente, y le ponen un ultimátum para que se comporte como ellos esperan o tenga que irse del hogar.
Está en un dilema, por algunos meses se compromete a comportarse como se espera de una joven bautizada, pero cada vez le es más difícil esa lucha interna entre la religión y lo que ella quiere hacer. Un día sus padres descubren que tiene “novio mundano”, a los padres no les interesa conocer al joven, no les interesa aconsejar a su hija sobre lo que son las relaciones sexuales con protección, lo único que hacen es ordenarle a su hija que corte esa relación. La joven ya no puede más, se ha sentido tan presionada toda su vida… nunca comió una rebanada de pastel de cumpleaños, nunca rompió una piñata, nunca celebró la navidad ni año nuevo, ¿por qué no se interesan en cómo se siente? ¿Qué puede ser más importante que sus deseos? Como en esta casa no se permiten estas cosas, la joven es echada a media noche, ella no sabe qué hacer, pero sabe que es el momento de huir de toda esta situación, solo lleva un par de maletas, sus padres no le permiten sacar más cosas para presionarla a que reconsidere las cosas.
La joven acude con una amiga de la universidad, quien le comenta que puede vivir un tiempo en su casa, en lo que se estabiliza. La joven acepta, y durante un tiempo su casa consiste en una habitación en mal estado, no puede volver a casa mientras no se someta a sus anteriores creencias. Durante todo este tiempo no ha recibido llamadas de los miembros de la congregación, ni de los ancianos, es de dominio público que fue echada de su hogar por no seguir “las normas de Jehová”.
Desafortunadamente la pesadilla no termina ahí, el padre de su amiga se muestra muy afectivo con ella… tal vez más de la cuenta. Ella se ha dado cuenta que él la espía, y eso le incomoda, sin embargo, no quiere decirle a su amiga porque sabe que no le creería… además que perdería su hogar provisional y no tiene a quién acudir. Se le ocurrió llamar a unos cuantos hermanos de la congregación para pedir ayuda y encontrar un hogar y un empleo… pero todos le dicen que no pueden ayudarla mientras no arregle las cosas con Jehová. El novio de ella solo se aprovecha de su necesidad emocional, la utiliza para tener relaciones y se desaparece por varios días… hasta que quiere estar nuevamente con ella.
La joven consiguió un trabajo, tuvo que dejar el colegio porque no podía estudiar y laborar al mismo tiempo, el empleo es mal pagado, y apenas le da lo suficiente para cubrir sus gastos básicos; además, el papá de su amiga, se molesta porque la joven no cede a sus pretensiones y en venganza le dice que debe abandonar la habitación que le han prestado; el novio de ella vuelve a buscarla, la lleva al cine y de ahí pasan a un hotel. Alguien, un hermano de la congregación, tomó la foto de ella y el novio entrando al hotel, y luego esperó el tiempo necesario para tomar la foto en que salieron, parece que ese tipo no tenía nada mejor que hacer.
Esta será la última vez que ella vea a su novio, pues en la cena le confesó que tenía unos tres meses de embarazo, y él desaparecerá para siempre.
A los pocos días la joven recibe la llamada de dos ancianos, le dicen que les gustaría hablar con ella para animarla… y ella les cree, cree que tal vez después de todo lo mejor es volver a Jehová, pero al llegar al salón del reino es incriminada y cuestionada por las fotos que le tomaron entrando y saliendo del hotel, las preguntas le incomodan, y de alguna manera, termina siendo expulsada de la congregación, lo cual se anuncia a la reunión siguiente.
Mientras la joven está en un hospital dando a luz un bebé prematuro de siete meses y medio, sus padres están tomando el café en la sala de su casa, platicando sobre una chica del territorio de la congregación a la que le dan estudio bíblico y que está recibiendo oposición por parte de la familia, este matrimonio está haciendo planes para invitar a dicha chica a que se venga a vivir a casa de ellos, pues “está progresando muy bien y es una hija espiritual” por lo cual deben mostrar amor cristiano… mientras su hija biológica y su nieto luchan por sobrevivir.
Agradezco que hayas leído hasta aquí, esta es una experiencia que alguna vez pasó por aquí y que enriquecí con suficientes detalles para que nadie sepa de quién se trata, pero estoy seguro que nadie sabrá quién es, pues sé que en tu congregación también hubo alguna situación muy similar a esta, en todas las congregaciones las hay.
La joven que ahora llora se bautizó a los 9 años, creyó que fue el mejor día de su vida; ¿Qué habría pasado si a esa edad les hubiera dicho a sus padres que deseaba casarse o independizarse? Seguramente se lo hubieran impedido, pero extrañamente nadie se opuso a que tomara una decisión igual de importante que la marcaría de por vida. La joven con el tiempo fue creciendo, y se fue dando cuenta que las cosas no son como parecen, se siente… diferente, diferente al resto de sus compañeros. Diario fue objeto de burlas por parte de sus compañeros de clase y de vecindario, aun así, ella aún cree en ese momento que su conducta debe ser diferente a los demás. Su vida es una vida de prohibiciones, pues sus padres le prohíben todo: las redes sociales, las fiestas, el alcohol, todo pese a que ya tiene 17 años, ni se le ocurra hablar si algún chico en la escuela le llamó la atención, pues sería reprendida por decirlo.
La joven que ahora llora, ingresó recientemente a la universidad, conoció más personas, y ella quiere vivir esa libertad que percibe en los demás, se da cuenta que muchos jóvenes de su clase se divierten, tienen parejas y consumen alcohol sin remordimiento de conciencia, cada quien decide qué hacer con su vida… habrá quien trunque sus sueños por un embarazo, por una sobredosis o por un accidente al volante, pero la gran mayoría de sus compañeros disfrutan de la vida sin inmiscuirse en ese tipo de problemas, parece que las supuestas consecuencias de “no ser siervo de Jehová” no son tan letales como le han dicho en el salón del reino. Sus padres se dan cuenta que la joven está comenzando a pensar diferente, y le ponen un ultimátum para que se comporte como ellos esperan o tenga que irse del hogar.
Está en un dilema, por algunos meses se compromete a comportarse como se espera de una joven bautizada, pero cada vez le es más difícil esa lucha interna entre la religión y lo que ella quiere hacer. Un día sus padres descubren que tiene “novio mundano”, a los padres no les interesa conocer al joven, no les interesa aconsejar a su hija sobre lo que son las relaciones sexuales con protección, lo único que hacen es ordenarle a su hija que corte esa relación. La joven ya no puede más, se ha sentido tan presionada toda su vida… nunca comió una rebanada de pastel de cumpleaños, nunca rompió una piñata, nunca celebró la navidad ni año nuevo, ¿por qué no se interesan en cómo se siente? ¿Qué puede ser más importante que sus deseos? Como en esta casa no se permiten estas cosas, la joven es echada a media noche, ella no sabe qué hacer, pero sabe que es el momento de huir de toda esta situación, solo lleva un par de maletas, sus padres no le permiten sacar más cosas para presionarla a que reconsidere las cosas.
La joven acude con una amiga de la universidad, quien le comenta que puede vivir un tiempo en su casa, en lo que se estabiliza. La joven acepta, y durante un tiempo su casa consiste en una habitación en mal estado, no puede volver a casa mientras no se someta a sus anteriores creencias. Durante todo este tiempo no ha recibido llamadas de los miembros de la congregación, ni de los ancianos, es de dominio público que fue echada de su hogar por no seguir “las normas de Jehová”.
Desafortunadamente la pesadilla no termina ahí, el padre de su amiga se muestra muy afectivo con ella… tal vez más de la cuenta. Ella se ha dado cuenta que él la espía, y eso le incomoda, sin embargo, no quiere decirle a su amiga porque sabe que no le creería… además que perdería su hogar provisional y no tiene a quién acudir. Se le ocurrió llamar a unos cuantos hermanos de la congregación para pedir ayuda y encontrar un hogar y un empleo… pero todos le dicen que no pueden ayudarla mientras no arregle las cosas con Jehová. El novio de ella solo se aprovecha de su necesidad emocional, la utiliza para tener relaciones y se desaparece por varios días… hasta que quiere estar nuevamente con ella.
La joven consiguió un trabajo, tuvo que dejar el colegio porque no podía estudiar y laborar al mismo tiempo, el empleo es mal pagado, y apenas le da lo suficiente para cubrir sus gastos básicos; además, el papá de su amiga, se molesta porque la joven no cede a sus pretensiones y en venganza le dice que debe abandonar la habitación que le han prestado; el novio de ella vuelve a buscarla, la lleva al cine y de ahí pasan a un hotel. Alguien, un hermano de la congregación, tomó la foto de ella y el novio entrando al hotel, y luego esperó el tiempo necesario para tomar la foto en que salieron, parece que ese tipo no tenía nada mejor que hacer.
Esta será la última vez que ella vea a su novio, pues en la cena le confesó que tenía unos tres meses de embarazo, y él desaparecerá para siempre.
A los pocos días la joven recibe la llamada de dos ancianos, le dicen que les gustaría hablar con ella para animarla… y ella les cree, cree que tal vez después de todo lo mejor es volver a Jehová, pero al llegar al salón del reino es incriminada y cuestionada por las fotos que le tomaron entrando y saliendo del hotel, las preguntas le incomodan, y de alguna manera, termina siendo expulsada de la congregación, lo cual se anuncia a la reunión siguiente.
Mientras la joven está en un hospital dando a luz un bebé prematuro de siete meses y medio, sus padres están tomando el café en la sala de su casa, platicando sobre una chica del territorio de la congregación a la que le dan estudio bíblico y que está recibiendo oposición por parte de la familia, este matrimonio está haciendo planes para invitar a dicha chica a que se venga a vivir a casa de ellos, pues “está progresando muy bien y es una hija espiritual” por lo cual deben mostrar amor cristiano… mientras su hija biológica y su nieto luchan por sobrevivir.
Agradezco que hayas leído hasta aquí, esta es una experiencia que alguna vez pasó por aquí y que enriquecí con suficientes detalles para que nadie sepa de quién se trata, pero estoy seguro que nadie sabrá quién es, pues sé que en tu congregación también hubo alguna situación muy similar a esta, en todas las congregaciones las hay.