17 Oct, 2023, 11:20 PM
Durante mucho tiempo la biblia fue considerado un libro respetado, un libro reverenciable, y más aún, histórico. Fueron siglos en los cuales a pocos se les ocurrió cuestionar la historicidad de los acontecimientos relatados, y algunos pocos que asignaban significados simbólicos o alegóricos a los pasajes bíblicos eran considerados dementes (por ahí tenemos a filósofos como Filón). Aún cuando con el tiempo comenzó a surgir la alta crítica y métodos científicos para establecer la veracidad de los acontecimientos, la biblia conservaba algo de valor como la historia del pueblo Judío.
Así por ejemplo, se cuestionaba que las aguas del mar rojo se hayan abierto milagrosamente pero podía haber algo de verdad en ese relato siendo que los Israelitas salieron de Egipto... ¿o no?; tal vez no escucharon la voz de Dios en el Sinaí, pero es posible que hayan pasado varios años en el desierto ¿O no?; la arrogancia de los escritores de la biblia al querer conectar al pueblo Judío con el primer ser humano y con Dios mismo fue lo que los delató: ¿No resultaba raro que Mesopotamia tuviera un papel importante en su historia? Casualmente el jardín de eden era ubicado en esa zona, y cuando Noé supuestamente salió del arca estaba en Ararat que actualmente es territorio de Armenia así que lo lógico es que la civilización post diluviana hubiera empezado a desarrollarse en esa zona así que ¿Cómo explican que unos capítulos después la sociedad estaba desarrollándose en Babilonia? Y casualmente Abraham, el pre fundador del pueblo Israelita salía de Ur de los caldeos para dirigirse a Canaan a cumplir su destino divino, Mesopotamia estaba presente en todas esas importantes etapas históricas.
Todo esto resultaba extraño para algunos críticos, que finalmente encontraron el error: los Israelitas siempre habían vivido en Canaán, bueno eso de siempre es un decir porque todas las civilizaciones son producto de migraciones. Pero se les podía considerar Cananeos en toda la extensión de la palabra, eran tan Cananeos como los Amorreos, Edomitas, y Jebuseos, tribus nómadas que iban de aquí para allá y que con el tiempo buscaron la forma de establecerse en esas tierras. Así que no había detrás de esa nación una promesa a un viejito de que si abandonaba Ur se bendecirán las naciones, no hubo un "ya no te llamarás Jacob, te llamarás Israel", tampoco hubo un éxodo, los impostores siempre habían vivido en la zona que habitaban, y parece que durante o después del exilio babilonio se vieron en la necesidad de legitimar su posesión de la "tierra prometida", no fuera que otra nación intentara borrarles la identidad como le pasó al Reino de 10 tribus, de quienes nunca quedó claro qué sucedió con ellos, pues se los llevaron los Asirios pero nunca hubo constancia de su regreso.
No podemos culpar a los judíos por haber intentando mitificar su origen, al fin y al cabo casi todos los pueblos lo hacían, leyendas de una tribu vagando por decreto divino esperando encontrar el lugar adecuado para fundar su nación son comunes en muchos lugares del mundo, lo hicieron los Romanos, lo hicieron incluso los Incas y los Aztecas en este lado del mar, y las civilizaciones equiparaban sus mitos al mismo nivel que la historia seglar, ahí tenemos por ejemplo a los Caldeos mezclando los reyes legendarios que reinaron durante miles de años supuestamente, con reyes auténticos; el problema viene con que tardamos mucho tiempo en desconfiar de la biblia como fuente de información.
A diferencia de otras naciones de la época, los Israelitas no eran propensos a tener registros oficiales, ni transacciones comerciales, registros de este tipo han sido más raros de encontrar que un pescado con hombros, así que por siglos la única fuente de información ha sido la biblia misma; confiábamos en que gran parte de la historia del pueblo se escribía de forma contemporánea o al menos con pocos años de diferencia: que Moisés había escrito sobre el éxodo, que Josué de su puño y letra había escrito la conquista de Canaan, Samuel sobre los jueces y los inicios del Rey David, Jeremías y Esdras sobre los reyes. Es cierto que a veces se remitían a supuestos escritos seglares (recordemos esa frasesita bíblica "respecto a lo que hizo ¿No está todo escrito en el libro de...?") pero hoy eso parece más una estrategia para legitimar que utilizó el escritor del momento.
Tenemos pues también, 400 años de silencio, entre el antiguo testamento con Malaquías, hasta el nacimiento del Mesías, 400 años no son pocos, ¿Qué de relevante pasó en ese tiempo? ¿Por qué la biblia no habla específicamente de ese periodo salvo en el no aceptado universalmente libro de los Macabeos?
¿A qué voy con todo esto? A la necesidad de reevaluar la historia Israelita por completo, la biblia en lugar de ser una fuente de apoyo resulta a veces en un lastre que impide avanzar y analizar de manera objetiva la historia. Es cierto que se han hecho esfuerzos notables como el resultado de las investigaciones que hay en el libro "La biblia desenterrada", pero hay factores que han limitado el desarrollo de la arqueología en la zona, lo cual nos permitiría avanzar considerablemente en ese campo; circunstancias como la tensión entre Israel y las naciones vecinas de la zona, el que Jerusalén sea considerada una tierra sagrada y una gran atracción turística, y el mismo ego de los Judíos que creen ser un pueblo especial escogido por Dios, impiden el desarrollo de investigaciones, pero no cabe duda de que es necesario estudiar a Israel desde cero.
Así por ejemplo, se cuestionaba que las aguas del mar rojo se hayan abierto milagrosamente pero podía haber algo de verdad en ese relato siendo que los Israelitas salieron de Egipto... ¿o no?; tal vez no escucharon la voz de Dios en el Sinaí, pero es posible que hayan pasado varios años en el desierto ¿O no?; la arrogancia de los escritores de la biblia al querer conectar al pueblo Judío con el primer ser humano y con Dios mismo fue lo que los delató: ¿No resultaba raro que Mesopotamia tuviera un papel importante en su historia? Casualmente el jardín de eden era ubicado en esa zona, y cuando Noé supuestamente salió del arca estaba en Ararat que actualmente es territorio de Armenia así que lo lógico es que la civilización post diluviana hubiera empezado a desarrollarse en esa zona así que ¿Cómo explican que unos capítulos después la sociedad estaba desarrollándose en Babilonia? Y casualmente Abraham, el pre fundador del pueblo Israelita salía de Ur de los caldeos para dirigirse a Canaan a cumplir su destino divino, Mesopotamia estaba presente en todas esas importantes etapas históricas.
Todo esto resultaba extraño para algunos críticos, que finalmente encontraron el error: los Israelitas siempre habían vivido en Canaán, bueno eso de siempre es un decir porque todas las civilizaciones son producto de migraciones. Pero se les podía considerar Cananeos en toda la extensión de la palabra, eran tan Cananeos como los Amorreos, Edomitas, y Jebuseos, tribus nómadas que iban de aquí para allá y que con el tiempo buscaron la forma de establecerse en esas tierras. Así que no había detrás de esa nación una promesa a un viejito de que si abandonaba Ur se bendecirán las naciones, no hubo un "ya no te llamarás Jacob, te llamarás Israel", tampoco hubo un éxodo, los impostores siempre habían vivido en la zona que habitaban, y parece que durante o después del exilio babilonio se vieron en la necesidad de legitimar su posesión de la "tierra prometida", no fuera que otra nación intentara borrarles la identidad como le pasó al Reino de 10 tribus, de quienes nunca quedó claro qué sucedió con ellos, pues se los llevaron los Asirios pero nunca hubo constancia de su regreso.
No podemos culpar a los judíos por haber intentando mitificar su origen, al fin y al cabo casi todos los pueblos lo hacían, leyendas de una tribu vagando por decreto divino esperando encontrar el lugar adecuado para fundar su nación son comunes en muchos lugares del mundo, lo hicieron los Romanos, lo hicieron incluso los Incas y los Aztecas en este lado del mar, y las civilizaciones equiparaban sus mitos al mismo nivel que la historia seglar, ahí tenemos por ejemplo a los Caldeos mezclando los reyes legendarios que reinaron durante miles de años supuestamente, con reyes auténticos; el problema viene con que tardamos mucho tiempo en desconfiar de la biblia como fuente de información.
A diferencia de otras naciones de la época, los Israelitas no eran propensos a tener registros oficiales, ni transacciones comerciales, registros de este tipo han sido más raros de encontrar que un pescado con hombros, así que por siglos la única fuente de información ha sido la biblia misma; confiábamos en que gran parte de la historia del pueblo se escribía de forma contemporánea o al menos con pocos años de diferencia: que Moisés había escrito sobre el éxodo, que Josué de su puño y letra había escrito la conquista de Canaan, Samuel sobre los jueces y los inicios del Rey David, Jeremías y Esdras sobre los reyes. Es cierto que a veces se remitían a supuestos escritos seglares (recordemos esa frasesita bíblica "respecto a lo que hizo ¿No está todo escrito en el libro de...?") pero hoy eso parece más una estrategia para legitimar que utilizó el escritor del momento.
Tenemos pues también, 400 años de silencio, entre el antiguo testamento con Malaquías, hasta el nacimiento del Mesías, 400 años no son pocos, ¿Qué de relevante pasó en ese tiempo? ¿Por qué la biblia no habla específicamente de ese periodo salvo en el no aceptado universalmente libro de los Macabeos?
¿A qué voy con todo esto? A la necesidad de reevaluar la historia Israelita por completo, la biblia en lugar de ser una fuente de apoyo resulta a veces en un lastre que impide avanzar y analizar de manera objetiva la historia. Es cierto que se han hecho esfuerzos notables como el resultado de las investigaciones que hay en el libro "La biblia desenterrada", pero hay factores que han limitado el desarrollo de la arqueología en la zona, lo cual nos permitiría avanzar considerablemente en ese campo; circunstancias como la tensión entre Israel y las naciones vecinas de la zona, el que Jerusalén sea considerada una tierra sagrada y una gran atracción turística, y el mismo ego de los Judíos que creen ser un pueblo especial escogido por Dios, impiden el desarrollo de investigaciones, pero no cabe duda de que es necesario estudiar a Israel desde cero.