26 May, 2025, 01:38 PM
Soy huérfano, respecto al universo; es cierto que tengo un padre biológico, y me parezco tanto a él que es imposible poner en duda que soy su hijo, no se necesita prueba biológica. Pero aún así, mi padre me enseñó desde niño que tenía un padre mayor, me dijo que ese padre se llamaba Jehová.
Conforme iba creciendo, se me iba inculcando que Jehová es un padre más alto y fuerte que cualquier otro, que aún si mi padre biológico me abandonara, Jehová siempre estaría ahí, y no solo eso, Jehová me cuidaría, me protegería y me guiaría en cualquier aspecto de mi vida. A veces me desconcertaba la personalidad de Jehová, ¿cómo era posible que mandara serpientes solo porque algunos se quejaron de vagar en el desierto durante 40 años? ¿Por qué hizo morir a Moisés antes de tiempo solo por no haber citado los derechos de autor? ¿Era necesario apedrear a un hombre por buscar leña el sábado? ¿o matar a un sacerdote por tocar el arca del pacto? Aún así, obedecía lo que aprendía, y me sentía profundamente mal si sentía que le había fallado a Jehová en algo.
Y luego, pasó lo que ya todos saben, comprendí que los testigos de Jehová son un timo, un mero engaño, y ahí perdí a mi padre celestial, a decir verdad, me resistí un poco, pero la lógica se impuso sobre la fe, y me di cuenta de que Jehová no existe, solo fue un invento para mantenerme dócil y sometido, comprendí que estaba huérfano en el universo.
Aún así, las dudas existenciales me inquietaban, ¿de verdad sería posible que yo estuviera en este mundo, sin propósito? ¿o soy producto de un ser superior que tiene un plan para mí? Creí que después de todo debía haber alguien que diera origen a todo, pero ¿por qué y para qué? Creí que después de todo sí tenía un padre, Jehová era un suplantador y sencillamente tenía que encontrar al verdadero. La primera idea fue investigar la biblia desde cero, pero todo se iba desmoronando: La biblia no podía ser confiable, fui descubriendo que las escrituras hebreas ni siquiera se escribieron en las fechas que la mayoría de los cristianos creen, los Hebreos nunca salieron de Egipto, no conquistaron Canaán, no existieron los fantasiosos reinados de David y Salomón, los escritos tenían influencia babilónica, persa y Helénica, al grado que hoy en día muchos eruditos judíos desestiman la literalidad del tanaj.
Luego, las escrituras del nuevo testamento. Jesucristo parece una persona con grandes ideales, buenas enseñanzas, pero no algo más allá de lo que podrían ser las enseñanzas de otros sabios que existieron en cualquier otra cultura. Las “pruebas” de su divinidad y resurrección no son más que una serie de deducciones y suposiciones basadas en la fe, ya estaba cansado de creer por querer creer. Las creencias del Cristianismo corresponden más a los escritos del Apóstol Pablo que a los de Cristo mismo, es como si Jesucristo no hubiera podido decir claramente su doctrina y alguien más tuviera que explicarla.
Y así podría pasarme toda la tarde explicando los errores en todas y cada una de las religiones, conceptos y filosofías investigadas, pero al fin llegué a una conclusión: Soy huérfano, estoy solo en el universo, porque aún si existiera ese segundo padre, no da muestras de querer ser encontrado y ya no es mi interés buscarlo.
Pero mi búsqueda no se quedó en un deseo de creer, con el tiempo mi investigación dejó de basarse en la ambición de querer un mundo bonito, o de negarme a aceptar conceptos inherentes de la vida como el sufrimiento, el mal, o la muerte, no fue por pensar que tal vez tendremos una recompensa a nuestra buena conducta, o por negarme a aceptar que los malvados pueden quedar impunes; fue meramente un hambre intelectual, la que me hizo buscar respuestas, simple y sencillamente quería saber quién me creó y para qué.
Así que, no es un tema de decepción, el que haya dejado de pensar en Él, simple y sencillamente si existe y quiere que yo lo conozca seguramente tiene los medios y el poder para mostrarse claramente, si no lo hace es porque no tiene esa intención, y por lo tanto yo tampoco tengo intención de buscarlo. Y seguramente alguien diría que Él se expresa en la creación, que cuando nos maravillamos en su diseño aprendemos de él, déjame decirte que científicamente se ha comprobado que nuestro cuerpo tiene defectos, y aunque hay un orden general establecido en el universo también hay cosas que no se pueden controlar, por lo que no acepto ese argumento.
Con todo esto, les conté cómo fue que quedé dos veces huérfano, y no sé el motivo, puede que tenga un padre o un creador, que simple y sencillamente no quiso mostrarse ante mi, ni ante ti.
Conforme iba creciendo, se me iba inculcando que Jehová es un padre más alto y fuerte que cualquier otro, que aún si mi padre biológico me abandonara, Jehová siempre estaría ahí, y no solo eso, Jehová me cuidaría, me protegería y me guiaría en cualquier aspecto de mi vida. A veces me desconcertaba la personalidad de Jehová, ¿cómo era posible que mandara serpientes solo porque algunos se quejaron de vagar en el desierto durante 40 años? ¿Por qué hizo morir a Moisés antes de tiempo solo por no haber citado los derechos de autor? ¿Era necesario apedrear a un hombre por buscar leña el sábado? ¿o matar a un sacerdote por tocar el arca del pacto? Aún así, obedecía lo que aprendía, y me sentía profundamente mal si sentía que le había fallado a Jehová en algo.
Y luego, pasó lo que ya todos saben, comprendí que los testigos de Jehová son un timo, un mero engaño, y ahí perdí a mi padre celestial, a decir verdad, me resistí un poco, pero la lógica se impuso sobre la fe, y me di cuenta de que Jehová no existe, solo fue un invento para mantenerme dócil y sometido, comprendí que estaba huérfano en el universo.
Aún así, las dudas existenciales me inquietaban, ¿de verdad sería posible que yo estuviera en este mundo, sin propósito? ¿o soy producto de un ser superior que tiene un plan para mí? Creí que después de todo debía haber alguien que diera origen a todo, pero ¿por qué y para qué? Creí que después de todo sí tenía un padre, Jehová era un suplantador y sencillamente tenía que encontrar al verdadero. La primera idea fue investigar la biblia desde cero, pero todo se iba desmoronando: La biblia no podía ser confiable, fui descubriendo que las escrituras hebreas ni siquiera se escribieron en las fechas que la mayoría de los cristianos creen, los Hebreos nunca salieron de Egipto, no conquistaron Canaán, no existieron los fantasiosos reinados de David y Salomón, los escritos tenían influencia babilónica, persa y Helénica, al grado que hoy en día muchos eruditos judíos desestiman la literalidad del tanaj.
Luego, las escrituras del nuevo testamento. Jesucristo parece una persona con grandes ideales, buenas enseñanzas, pero no algo más allá de lo que podrían ser las enseñanzas de otros sabios que existieron en cualquier otra cultura. Las “pruebas” de su divinidad y resurrección no son más que una serie de deducciones y suposiciones basadas en la fe, ya estaba cansado de creer por querer creer. Las creencias del Cristianismo corresponden más a los escritos del Apóstol Pablo que a los de Cristo mismo, es como si Jesucristo no hubiera podido decir claramente su doctrina y alguien más tuviera que explicarla.
Y así podría pasarme toda la tarde explicando los errores en todas y cada una de las religiones, conceptos y filosofías investigadas, pero al fin llegué a una conclusión: Soy huérfano, estoy solo en el universo, porque aún si existiera ese segundo padre, no da muestras de querer ser encontrado y ya no es mi interés buscarlo.
Pero mi búsqueda no se quedó en un deseo de creer, con el tiempo mi investigación dejó de basarse en la ambición de querer un mundo bonito, o de negarme a aceptar conceptos inherentes de la vida como el sufrimiento, el mal, o la muerte, no fue por pensar que tal vez tendremos una recompensa a nuestra buena conducta, o por negarme a aceptar que los malvados pueden quedar impunes; fue meramente un hambre intelectual, la que me hizo buscar respuestas, simple y sencillamente quería saber quién me creó y para qué.
Así que, no es un tema de decepción, el que haya dejado de pensar en Él, simple y sencillamente si existe y quiere que yo lo conozca seguramente tiene los medios y el poder para mostrarse claramente, si no lo hace es porque no tiene esa intención, y por lo tanto yo tampoco tengo intención de buscarlo. Y seguramente alguien diría que Él se expresa en la creación, que cuando nos maravillamos en su diseño aprendemos de él, déjame decirte que científicamente se ha comprobado que nuestro cuerpo tiene defectos, y aunque hay un orden general establecido en el universo también hay cosas que no se pueden controlar, por lo que no acepto ese argumento.
Con todo esto, les conté cómo fue que quedé dos veces huérfano, y no sé el motivo, puede que tenga un padre o un creador, que simple y sencillamente no quiso mostrarse ante mi, ni ante ti.
charlesfiascorussell@gmail.com