21 Apr, 2019, 01:50 PM
Que tal! He sido Testigo desde hace unas 3 décadas, ya que, cuando era niño, mi madre fue captada por los entonces "Estudiantes de la Biblia", como se les conocía en México a los Testigos en los años 80. Mi madre deseaba saber si un hijo suyo que había muerto de leucemia estaba siendo atormentado en el infierno, ya que no se había bautizado en la religión católica. Debo reconocer que mis más gratos recuerdos de la infancia los tengo de pertenecer a esta confesión. Quizás algunos se pregunten cómo es que no se da uno cuenta de la gran cantidad de inconsistencias que existen dentro a pesar de tantos años de estar ahí. La respuesta es muy sencilla: uno está programado para no darles importancia, para buscar por otro lado la respuesta menos en donde está. Muchos nuevos conversos no conocen el pasado de esta religión, y se les desanima a buscar en fuentes de consulta externas. Así estaba yo, hasta que en 2015, una serie de artículos de La Atalaya introducía las nuevas formas de pensar para las nuevas generaciones, borrando de un plumazo su conexión con las antiguas formas de enseñar. "Nueva luz" decía, pero esa nueva luz me dejó claro que quienes dirigen esta empresa multinacional harán lo que sea necesario por obtener nuevos adeptos, sin importar si eso significa deshacerse de sus primeros clientes ya envejecidos y gastados, ya que es imposible sostener una serie de promesas que no se llegaron a cumplir ("Millones que ahora viven no morirán jamás", ¿recuerdan? Por supuesto, todos esos están muertos ahora) Así que me propuse poner a prueba mi fe, como debe ser. Descubrí que no nos han dicho toda la verdad, verdad a medias y, a veces, mentiras revueltas con verdades a medias. Lo que llaman "alimento sólido" son las explicaciones más rebuscadas, y que por eso casi todos las evitan. Vi a las personas que tanto quiero como víctimas de un grupo de hombres que las manejan a su antojo, que se ven en la necesidad de inventar lo que sea con tal de que no pierdan la fe en sus promesas de un paraíso, donde verán a sus seres queridos que han muerto, entre ellos mi propia madre, y que harán cualquier cosa por ver cumplida esa increíble fantasía.
Mi madre ya es una mujer entrada en años, casi 90, por lo que es difícil que deje de creer en eso. Cuando empezó a estudiar estas cosas aún tenía las fuerzas de salir a buscar más adeptos, incluso aún hoy lo hace con menos ahínco, pero por sus fuerzas, más no por su ánimo. Creer en un futuro donde vea a su hijo fallecido le dio una esperanza en su vida, un rumbo hacia donde quería ir. Desconozco si algo dentro de ella se siente decepcionado, y si es así, jamás me lo dirá. Espero que cualquier fuerza superior, llámese Jehová, Alá o quien sea, vea que, así como mi madre, hay millones de personas con una fuerte necesidad de respuestas y obtengan lo que tanto buscaban donde sea que se encuentren.
Prometer no empobrece, pero uno hace proyectos de vida, traza sus decisiones con estas cosas en mente. Y por increíble que le parezca a muchas personas, uno está dispuesto hasta a morir por lo que esta confesión le enseña.
En retrospectiva puedo decir que he retomado mi vida a mis 46 años, no sé si exista la "verdad" como tal, pero parece que será una tarea harto difícil o incluso imposible. La ganancia que tengo es abandonar el carácter absoluto de una religión que ama el dinero más que nada en el mundo, no suelta ni un dólar ni por descuido. Ojalá que quien desee entrar en ella sepa todo lo que eso significa, no sólo la promesa de un paraíso.
Por cierto, tengo esta fanpage en facebook: https://www.facebook.com/despierta.mundo.146
Mi madre ya es una mujer entrada en años, casi 90, por lo que es difícil que deje de creer en eso. Cuando empezó a estudiar estas cosas aún tenía las fuerzas de salir a buscar más adeptos, incluso aún hoy lo hace con menos ahínco, pero por sus fuerzas, más no por su ánimo. Creer en un futuro donde vea a su hijo fallecido le dio una esperanza en su vida, un rumbo hacia donde quería ir. Desconozco si algo dentro de ella se siente decepcionado, y si es así, jamás me lo dirá. Espero que cualquier fuerza superior, llámese Jehová, Alá o quien sea, vea que, así como mi madre, hay millones de personas con una fuerte necesidad de respuestas y obtengan lo que tanto buscaban donde sea que se encuentren.
Prometer no empobrece, pero uno hace proyectos de vida, traza sus decisiones con estas cosas en mente. Y por increíble que le parezca a muchas personas, uno está dispuesto hasta a morir por lo que esta confesión le enseña.
En retrospectiva puedo decir que he retomado mi vida a mis 46 años, no sé si exista la "verdad" como tal, pero parece que será una tarea harto difícil o incluso imposible. La ganancia que tengo es abandonar el carácter absoluto de una religión que ama el dinero más que nada en el mundo, no suelta ni un dólar ni por descuido. Ojalá que quien desee entrar en ella sepa todo lo que eso significa, no sólo la promesa de un paraíso.
Por cierto, tengo esta fanpage en facebook: https://www.facebook.com/despierta.mundo.146