No tuve estómago para ver el video. Para los que tampoco soportan ya ver a esta gente, les dejo la transcripción (aún así es difícil leer y no sentir coraje).
El apóstol Pablo les escribió a los corintios que Jehová “ama al que da con alegría”. Escuchemos cómo el hermano Anthony Morris, del Cuerpo Gobernante, desarrolló ese tema en una adoración matutina reciente.
Hoy hablaremos de dinero. Bueno, la verdad es que nosotros nunca pedimos dinero. Pero eso no significa que en la parte terrestre de la organización de Jehová no podamos hablar de dinero. Y hemos mantenido esa visión equilibrada por mucho tiempo.
Ya hace más de 100 años, la revista Watch Tower dijo lo siguiente: “Jamás nos ha parecido propio pedir dinero para la causa del Señor como las demás iglesias”, refiriéndose a la cristiandad. “Opinamos que el dinero obtenido mendigando con tretas en el nombre del Señor es ofensivo e inaceptable para él, y no consigue Su bendición ni para los que lo dan ni para la obra que con él se realice”.
Así que no necesitamos que se nos obligue a dar. Nos sentimos muy felices de apoyar el Reino con nuestro dinero. Lo que dijo la revista sigue siendo cierto hoy. Pero, claro, con esto no queremos decir que esté mal hablar de dinero. A veces hay que hablar de dinero en estos últimos días del sistema.
La Biblia dice que el dinero cubre las necesidades. Así que pensé en que analizáramos algunas ideas del libro Reino de Dios. Veremos tres razones muy bonitas por las que nos gusta tanto dar.
La primera razón es que queremos hacer lo que a nuestro Padre, Jehová, le agrada. Y el texto que vamos a leer ahora en Segunda a los Corintios es muy útil para explicar por qué nosotros no pedimos dinero. Aunque, como decíamos, hay que hablar de dinero de vez en cuando. Y, aquí, en el capítulo 9, Pablo está hablando de las donaciones. Entonces, dice algo muy profundo por inspiración que muestra lo que piensa Jehová. Está en el versículo 7. 2 Corintios 9:7: “Que cada uno haga lo que ha decidido en su corazón, y no de mala gana ni a la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría”. Y ese es el punto: nos sentimos felices de darle a Jehová.
Cuando surge una necesidad, la organización nos lo comunica. Por ejemplo, en la reunión anual vimos un informe sobre el aumento en la cantidad de desastres que están ocurriendo. Y la organización de Jehová gastó millones de dólares para ayudar a nuestros hermanos. Pero sabemos que dar es una responsabilidad personal. Como vimos, cada uno debe hacer “lo que ha decidido en su corazón, y no de mala gana”. Y, claro, nunca querríamos hacer sentir mal a alguien. Y nunca le diríamos a nadie algo como: “Oye, tú tienes mucho dinero, ¿por qué no das más?”. No nos corresponde preguntar eso, no es nuestro problema. Es una decisión que cada uno debe tomar. Así que, aunque hablamos de dinero, nunca queremos que nadie se sienta presionado. Y jamás querríamos que las personas nos dieran dinero obligadas o de mala gana. Nuestra organización no es así. Sin embargo, la cristiandad es experta en pedirle dinero a las personas.
Como nosotros amamos a Jehová, queremos ser la clase de persona a la que él ama. Y miren qué bonita esta expresión: “Dios ama al que da con alegría”. O como dice otra traducción: “Dios ama a las personas a las que les gusta dar”. Y así es. Queremos que Jehová nos ame. Así que, sin importar cuánto dinero tengamos, eso depende de nuestras circunstancias, nos sentimos felices de contribuir para el Reino. Esa es la primera razón por la que hacemos donaciones, por nuestro amor a Jehová.
La segunda razón se encuentra en la Ley de Moisés. Se basa en un principio que nos permite ver lo que hay en nuestro corazón. Es muy interesante. Vamos a Deuteronomio 16... Deuteronomio 16. Y veremos la relación entre lo que se les pedía a los judíos y lo que nosotros debemos hacer hoy día. Vamos a leer los versículos 16 y 17 del capítulo 16: “Tres veces al año, todos tus varones deben presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escoja: durante la Fiesta de los Panes Sin Levadura, la Fiesta de las Semanas y la Fiesta de las Cabañas, [ahora fíjense] y ninguno debe presentarse delante de Jehová con las manos vacías. El regalo que lleve cada uno debe ser en proporción a la bendición que Jehová tu Dios te haya dado”.
Así que, si pensamos en estas palabras, vemos que Jehová les dejó claro a los israelitas que ninguno debía presentarse en estas fiestas sin llevarle un regalo. Ninguno. No dijo: “Tienes que dar solo si eres rico o si has tenido un buen año”, como si los pobres no tuvieran que dar, porque en ese tiempo, aunque eran el pueblo de Jehová, también había pobres. Aun así, Jehová dijo: “Ninguno debe presentarse con las manos vacías”. Y eso nos incluye a todos nosotros sean cuales sean nuestras circunstancias, tanto si somos betelitas como si no.
Así que Jehová no quiere que nos presentemos con las manos vacías. ¿Y qué motivaría a un siervo de Dios a no presentarse con las manos vacías, fuera en el pasado, en el tiempo de Israel, o en nuestros días? Leamos lo que dice el versículo 17, es muy interesante: “El regalo que lleve cada uno debe ser en proporción a la bendición que Jehová tu Dios te haya dado”. Ese es el punto. Ellos tenían que pensar en las bendiciones que habían recibido, y eso es algo que nosotros deberíamos hacer siempre. Pensemos en lo que Jehová nos da, en cómo nos ha bendecido. Y debemos dedicar tiempo a hacer esto, hay que esforzarse. “El regalo que lleve cada uno debe ser en proporción a la bendición”. Así que hay que reflexionar. Pensar en nuestras bendiciones nos motivará a contribuir con alegría. Esta es una idea importante y algo en lo que deberíamos reflexionar, porque queremos asegurarnos de dar contribuciones de forma regular, y así nunca presentarnos con las manos vacías. No pensemos: “Yo ya hago mucho por Jehová”. Sí, pero se necesita dinero para muchas cosas. Y eso es algo que todos debemos recordar, incluso si no tenemos mucho dinero.
Bueno, la tercera razón para contribuir tiene que ver con nuestro amor por Jesús. Vayamos, por favor, a Juan, capítulo 14. Evangelio de Juan 14:23. Hacemos donaciones voluntarias porque amamos al Señor Jesús. Y vamos a leer lo que él dijo aquí. Juan 14:23. Dice: “Jesús le contestó: ‘Si alguien me ama, obedecerá mis palabras. Y mi Padre lo amará, y nosotros dos vendremos a él y viviremos con él’ ”. Fíjense... Dijo: “Si alguien me ama”. Así que cada uno de nosotros tiene esa responsabilidad.
Nosotros no somos como la cristiandad. Ellos proclaman su amor por Jesús, aseguran que sienten mucho amor por él. Pero la verdad es que ellos no saben cómo es Jesús en realidad. Nosotros sí que conocemos a Jesús. Si estamos en la verdad y nos hemos dedicado y bautizado, si realmente lo amamos, obedeceremos sus palabras. Y eso no solo significa dedicar tiempo y energías a la predicación, sino también hacer donaciones. Por eso nos sentimos felices de apoyar la obra del Reino con nuestro dinero.
No nos da vergüenza reconocer que para las labores que realizamos hace falta dinero. Por ejemplo, construir y mantener las sucursales, apoyar la predicación y otros proyectos. Se necesita dinero. No podemos ir a comprar los productos que necesitamos y decirle al vendedor: “Mira, somos una organización sin fines de lucro. ¿Nos lo das gratis?”. No, no hacemos eso. Es lógico que estas personas esperen recibir dinero por los productos que nos proporcionan.
Así que recordemos los tres puntos que analizamos: amamos a Jehová y por eso queremos hacer lo que a él le gusta. También debemos reflexionar en lo que nos da. Y, por último, el amor a Cristo nos impulsa a dar. Y queremos hacer todo lo que podamos.
Así que, ¿cuánto dinero debemos dar y con cuánta frecuencia? Eso es una decisión personal, y Jehová nos dignifica dándonos esa libertad. Nunca querríamos hacer sentir mal a alguien presionándolo a dar o diciéndole que debe dar esto o aquello. Eso es algo personal.
Y, si somos pobres, recordemos el excelente ejemplo de la viuda. Ella era muy pobre. Pero, aun así, cuando fue al templo, no se presentó con las manos vacías. No tenía mucho, pero Jehová y Jesús la amaron por dar lo que tenía. Así que se espera que todos hagamos donaciones, incluso si somos pobres. Y lo hacemos porque amamos a nuestro Dios, Jehová, amamos a Jesús y también porque nos sentimos agradecidos por todas las bendiciones que Jehová nos da.
Ubi dubium ibi libertas (Donde hay dudas hay libertad)
"La verdad nunca teme ser examinada, la mentira sí."