25 Jun, 2018, 08:57 AM
El libro de los Ancianos, conocido como "Pastoreen" dice en el capítulo 10 párrafo 6 (página 116) lo siguiente (las negritas son mías):
"6. Si se sabe que algunos miembros de la congregación tienen trato indebido con parientes expulsados o desasociados que no viven en la misma casa, los ancianos deben aconsejarlos y razonar con ellos utilizando las Escrituras. Podrán valerse de la información contenida en el libro “Amor de Dios”, páginas 207 a 209; La Atalaya del 15 de abril de 1988, páginas 26 a 31, o el artículo “Demostremos lealtad cristiana cuando se expulsa a un pariente”, de Nuestro Ministerio del Reino de agosto de 2002. Si es obvio que un cristiano está traspasando el espíritu de este
mandato y no hace caso del consejo, no podrá recibir privilegios en la congregación, pues estos solo se conceden a hermanos ejemplares. No se tomarán medidas judiciales a menos que el hermano se empeñe en tener compañía espiritual con su pariente o critique abiertamente la expulsión."
En la congregación donde asisto hay varios hermanos con hijos expulsados y que no viven en la misma casa. Según lo que dice la cita, se puede hablar a parientes expulsados (se entiende cualquier pariente), solo que si tienes "privilegios" te los quitan, pero ya... Eso es todo, puedes seguir hablando al familiar. Claro que en la congregación serás tema de conversación por muchos, debido a tu "rebeldía".
Conocí un caso en que el hermano anciano perdió su privilegio porque prefirio tratar con su hijo expulsado. Ahora bien, la información que tienen la mayoría de los publicadores es la que está en las Atalayas, o la que se presenta en las asambleas, y sabemos que se ha hecho muchísimo enfasis recientemente en no hablar al pariente expulsado.
Mi pregunta es ¿conocen casos en que los TJ han optado por la salida que da el libro pastoreen? ¿Cuál ha sido la reacción de los TJ si se enteran de este compás que deja abierto el propio libro de ancianos?
Gracias por sus comentarios.
"6. Si se sabe que algunos miembros de la congregación tienen trato indebido con parientes expulsados o desasociados que no viven en la misma casa, los ancianos deben aconsejarlos y razonar con ellos utilizando las Escrituras. Podrán valerse de la información contenida en el libro “Amor de Dios”, páginas 207 a 209; La Atalaya del 15 de abril de 1988, páginas 26 a 31, o el artículo “Demostremos lealtad cristiana cuando se expulsa a un pariente”, de Nuestro Ministerio del Reino de agosto de 2002. Si es obvio que un cristiano está traspasando el espíritu de este
mandato y no hace caso del consejo, no podrá recibir privilegios en la congregación, pues estos solo se conceden a hermanos ejemplares. No se tomarán medidas judiciales a menos que el hermano se empeñe en tener compañía espiritual con su pariente o critique abiertamente la expulsión."
En la congregación donde asisto hay varios hermanos con hijos expulsados y que no viven en la misma casa. Según lo que dice la cita, se puede hablar a parientes expulsados (se entiende cualquier pariente), solo que si tienes "privilegios" te los quitan, pero ya... Eso es todo, puedes seguir hablando al familiar. Claro que en la congregación serás tema de conversación por muchos, debido a tu "rebeldía".
Conocí un caso en que el hermano anciano perdió su privilegio porque prefirio tratar con su hijo expulsado. Ahora bien, la información que tienen la mayoría de los publicadores es la que está en las Atalayas, o la que se presenta en las asambleas, y sabemos que se ha hecho muchísimo enfasis recientemente en no hablar al pariente expulsado.
Mi pregunta es ¿conocen casos en que los TJ han optado por la salida que da el libro pastoreen? ¿Cuál ha sido la reacción de los TJ si se enteran de este compás que deja abierto el propio libro de ancianos?
Gracias por sus comentarios.
"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". Albert Einstein.