23 Jul, 2020, 02:01 AM
Por algún tiempo, varios de nosotros hemos esperado la oportunidad precisa para sembrar la semilla del desencanto para los testigos que conocemos, mucho hablamos de intentos de desactivarlos, de desprogramarlos, de sembrar dudas, pero si estábamos esperando la oportunidad, el momento llegó.
¿Por qué? Con tristeza veo como muchos testigos a mi alrededor están desesperados y otros devastados. La razón es que por haber querido ser buenos testigos, predicadores ejemplares, dedicar su vida al servicio, nunca hicieron por buscar un trabajo estable que les diera atención médica mediante seguridad social, nunca juntaron puntos o dinero para una casa propia, mucho menos obtuvieron una pensión por retiro o jubilación. La mitad de mi congregación está en esa situación, esto lo expreso porque el martes falleció una publicadora por Covid19, fue triste porque aunque aquí en Tamaulipas los hospitales públicos reciben a todos los pacientes graves por Covid19, en realidad la familia no tenía dinero para gastos en medicamentos y cosas necesarias, claro que cooperamos y le ayudamos a comprar lo que se necesitaba, pero vi la cara de angustia de la familia al ver que no tenían recursos.
Por acá estamos ayudando a las familias desprotegidas con despensa, algo de dinero para los gastos que surjan, ya que casi todos se quedaron sin poder trabajar (unos vendían dulces y comidas en el centro y las escuelas, ya no pueden ponerse, otros fueron despedidos tan pronto empezó la pandemia). Hasta ahora se ha podido cubrir bien sus necesidades.
Pero el punto es este: aquí y ahora es el momento de inculcar en los jóvenes y no tan jóvenes la idea de que tienen que hacer más por ellos y sus familias, esta pandemia les está haciendo ver que si no se esfuerzan por estudiar, por tener un empleo estable y bueno, por empezar a ahorrar para el futuro, van a volver a atravesar una situación como esta con muchas carencias e incertidumbre, este ejemplo vivo, real y moderno es la oportunidad de oro para motivar los a dejar el servicio de lado y pensar en sí mismos.
Yo ayer conversé con dos de ellos, logré convencerlos, uno va a meterse a la universidad para estudiar contaduría y el otro va a regresar a terminar el bachillerato, yo los voy a apoyar. La ventaja es que si empiezan a descuidar el precursorado, yo como anciano no les diré que dejen la escuela, al contrario; los otros dos ancianos ni se preocupan por su redil, así que no habrá problema con ellos.
Es el momento oportuno para que vean la realidad de las cosas.
¿Por qué? Con tristeza veo como muchos testigos a mi alrededor están desesperados y otros devastados. La razón es que por haber querido ser buenos testigos, predicadores ejemplares, dedicar su vida al servicio, nunca hicieron por buscar un trabajo estable que les diera atención médica mediante seguridad social, nunca juntaron puntos o dinero para una casa propia, mucho menos obtuvieron una pensión por retiro o jubilación. La mitad de mi congregación está en esa situación, esto lo expreso porque el martes falleció una publicadora por Covid19, fue triste porque aunque aquí en Tamaulipas los hospitales públicos reciben a todos los pacientes graves por Covid19, en realidad la familia no tenía dinero para gastos en medicamentos y cosas necesarias, claro que cooperamos y le ayudamos a comprar lo que se necesitaba, pero vi la cara de angustia de la familia al ver que no tenían recursos.
Por acá estamos ayudando a las familias desprotegidas con despensa, algo de dinero para los gastos que surjan, ya que casi todos se quedaron sin poder trabajar (unos vendían dulces y comidas en el centro y las escuelas, ya no pueden ponerse, otros fueron despedidos tan pronto empezó la pandemia). Hasta ahora se ha podido cubrir bien sus necesidades.
Pero el punto es este: aquí y ahora es el momento de inculcar en los jóvenes y no tan jóvenes la idea de que tienen que hacer más por ellos y sus familias, esta pandemia les está haciendo ver que si no se esfuerzan por estudiar, por tener un empleo estable y bueno, por empezar a ahorrar para el futuro, van a volver a atravesar una situación como esta con muchas carencias e incertidumbre, este ejemplo vivo, real y moderno es la oportunidad de oro para motivar los a dejar el servicio de lado y pensar en sí mismos.
Yo ayer conversé con dos de ellos, logré convencerlos, uno va a meterse a la universidad para estudiar contaduría y el otro va a regresar a terminar el bachillerato, yo los voy a apoyar. La ventaja es que si empiezan a descuidar el precursorado, yo como anciano no les diré que dejen la escuela, al contrario; los otros dos ancianos ni se preocupan por su redil, así que no habrá problema con ellos.
Es el momento oportuno para que vean la realidad de las cosas.