24 Feb, 2019, 09:30 PM
He leído sus experiencias y me siento consternada porque si bien yo no era TdJ de niña, tuve compañeros que lo eran, les decíamos "raros".
Un niño se quedaba todos los lunes sentado en el salón haciendo planas mientras nosotros salíamos al recreo, casi no se involucraba, era muy tímido, una vez, la maestra nos pidió hacer una tarjeta de navidad para intercambiar, mi compañerito al día siguiente llegó con un recado de su mamá y una revista La Atalaya, la entregó a la maestra y lo regañó frente a todos, no recuerdo lo que le dijo pero sí que él se hizo pipí ahí parado con la cabeza baja y los ojos vidriosos se desató el bullyng en su contra, meses después lo sacaron de la escuela y jamás lo volví a ver, se llamaba Efraín.
Otra niña llamada Abigail, hizo buena amistad conmigo porque éramos las únicas de la clase que no celebrábamos cumpleaños, en mi caso cuando me preguntaban porqué mi mami no me hacía fiesta yo con toda honestidad decía "por que no le gustan las fiestas, tiene depresión" en cambio, Abigail soltaba una historia (tampoco recuerdo qué decía) seguramente de las cabezas que rodaron en el cumpleaños del Faraón y Herodes Rey, ella me buscaba en el recreo para jugar y a mí me daba pena que me vieran con la "rara", años después hubo una fiesta en el salón, nos dieron pastel y dulces, ella los rechazó, yo me sentí mal, guardé mi ración y en la salida se los dí en el patio detrás de unos arbustos, aceptó y se comió todo antes de salir a la calle, aún recuerdo su alegría de comer pastel sin que nadie la viera.
Mi infancia fue normal, dentro de lo que cabe, no podría someter a mis hijos a esta tortura, no después de leer sus historias Centroamericana, Pharisaios Demofonte
Les mando un afectuoso abrazo!!!
Un niño se quedaba todos los lunes sentado en el salón haciendo planas mientras nosotros salíamos al recreo, casi no se involucraba, era muy tímido, una vez, la maestra nos pidió hacer una tarjeta de navidad para intercambiar, mi compañerito al día siguiente llegó con un recado de su mamá y una revista La Atalaya, la entregó a la maestra y lo regañó frente a todos, no recuerdo lo que le dijo pero sí que él se hizo pipí ahí parado con la cabeza baja y los ojos vidriosos se desató el bullyng en su contra, meses después lo sacaron de la escuela y jamás lo volví a ver, se llamaba Efraín.
Otra niña llamada Abigail, hizo buena amistad conmigo porque éramos las únicas de la clase que no celebrábamos cumpleaños, en mi caso cuando me preguntaban porqué mi mami no me hacía fiesta yo con toda honestidad decía "por que no le gustan las fiestas, tiene depresión" en cambio, Abigail soltaba una historia (tampoco recuerdo qué decía) seguramente de las cabezas que rodaron en el cumpleaños del Faraón y Herodes Rey, ella me buscaba en el recreo para jugar y a mí me daba pena que me vieran con la "rara", años después hubo una fiesta en el salón, nos dieron pastel y dulces, ella los rechazó, yo me sentí mal, guardé mi ración y en la salida se los dí en el patio detrás de unos arbustos, aceptó y se comió todo antes de salir a la calle, aún recuerdo su alegría de comer pastel sin que nadie la viera.
Mi infancia fue normal, dentro de lo que cabe, no podría someter a mis hijos a esta tortura, no después de leer sus historias Centroamericana, Pharisaios Demofonte
Les mando un afectuoso abrazo!!!